ALGUNOS ASESINADOS ANÓNIMOS DE AQUEL VERANO
Me resultó especialmente remarcable, y me impresionó hondamente, el dato que el Sr. Celso (Celso Argüello) me aportó, en el verano de 2003, relativo a los cadáveres que veía de vez en cuando en los márgenes de las carreteras cuando en el verano y el otoño de 1936 se desplazaba en el "coche de línea" desde nuestro pueblo a la capital, donde prestaba el Servicio Militar.
Ya un par de años antes había yo recorrido algunos Registros Civiles de varios lugares de nuestra tierra, en el infructuoso intento de hallar el rastro del paradero de mi abuelo y de nuestros demás asesinados, allí donde los escasos nuevos datos que iba conociendo me señalaban como posible que en sus descampados o cunetas hubieran terminado sus días. Había así indagado en Villadangos del Páramo y en Villamañán y en el mismo León, y en los pueblos del entorno del Monte de San Isidro: en Villaquilambre y en Cuadros, y en Garrafe de Torío, y en Sariegos, donde por cierto me hablaron de al menos tres fosas comunes en las que habrían terminado en el otoño de 1936 algunos de los entonces paseados en el Monte de Carbajal de la Legua, dos de ellas en los mismos lugares donde las gentes del pueblo encontraron los cadáveres, ya en avanzada descomposición, las cuales ubica quien me informa (recordando el detalle de la visera* o gorra que portaba un paseado), y la otra extramuros primero de su cementerio y más tarde en su interior a resultas de su ampliación, y a la que por mandato del entonces responsable de la Junta Vecinal, y por el riesgo sanitario que el abandono en sus campos de los restos de las infelices víctimas suponía, fueron trasladados en carros los cadáveres recogidos. Parecido acarreo de muertos el realizado aquel otoño en Villadangos, por lo que allí nos contaron, donde se llegaron a establecer, en aquellos meses del terror paralegal y caliente, turnos de hacenderas (prestaciones de trabajo comunal) para recoger a los asesinados de sus montes y enterrarlos en la fosa común de su cementerio.
Como macabra y dolorosa muestra de lo que debieron de ser en nuestra tierra aquel verano y otoño tan sangrientos, y como reconocimiento y homenaje a tantos muertos anónimos, con la pretensión también de rescatarlos siquiera sea minimamente de tal anonimato al que sus asesinos en añadido crimen los destinaron, exponemos aquí lo que aparece en los registros de defunción obtenidos, indicio mínimo de los muchos similares existentes en nuestra tierra, y estos a su vez exiguos asentamientos documentados de una infame y trágica realidad entonces tan ampliamente extendida:
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Del Registro Civil de Cuadros.-
El día 14 de septiembre de 1936, se recogen, sobre la una, en el kilómetro uno del camino vecinal de Lorenzana (de León en el otro registro) a La Robla, los cadáveres de dos hombres, desconocidos, el uno como de unos 60 años, y el otro como de unos 35. Los dos han fallecido a consecuencia de varias heridas de arma de fuego, y reciben sepultura, según consta, en el cementerio de Lorenzana, lugar que figura como el de su fallecimiento. En ambos casos se consigna lo siguiente: Que este individuo fue encontrado hecho cadáver en el kilómetro uno del camino vecinal de Lorenzana a La Robla. (Actas de Defunción nos 533 y 534).
El día 22 de septiembre de 1936, se encuentran, sobre las dos, los cadáveres de tres hombres desconocidos, fallecidos en el kilómetro 11 de la carretera de León a Caboalles. El uno de unos 40 años, los otros dos de unos 60 años, los tres fallecidos en la vía pública a consecuencia de varias heridas de arma de fuego, y los tres enterrados, según se consigna, en el cementerio de Lorenzana. Se consigna también, para cada uno de los tres, que este individuo fue encontrado muerto en unión de otros dos en el kilómetro 11 de la carretera de León a Caboalles. En el caso del Acta de Defunción nº 536, que corresponde al asesinado de unos 40 años, se añade Nota: Reconocido por su familiar, esposa D.ª Trinidad ---- ----, residente en León, c/ Pérez Galdós,----. Hijos: José Antonio ---- ----. En el Acta nº 537 se ha añadido: Extendida nota para hacer constar que después de la impresión hubo noticias de que era de Valdevimbre.
El mismo día 22 de septiembre, a las tres, se recoge el cadáver de otro hombre desconocido, como de 30 años, fallecido en despoblado a consecuencia de varias heridas de arma de fuego, en la carretera de León a Caboalles, en el kilómetro 13 (esta vez). Se le entierra en el cementerio de Santibáñez, y, a pesar de aparecer como desconocido, consta ser natural y domiciliado en La Virgen del Camino (León), hijo de Lorenza, mecánico de profesión y casado con Guadalupe G. G. de cuyo matrimonio deja tres hijos llamados Encarnación, Fernando y Concepción S. G. menores de edad. (Acta de Defunción nº 539).
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Del Registro Civil de Villamañán.-
El día 25 de septiembre de 1936, a las diez y siete minutos, se encuentra, en el campo, un hombre muerto por disparos de arma de fuego. Se le entierra, según consta, en el cementerio de esta villa. (Acta de Defunción nº 61).
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Del Registro Civil de Sariegos.-
El día dos de octubre de 1936, a las once horas, aparecen en el Monte de Carbajal los cadáveres de seis hombres desconocidos. Según consta, son enterrados en el cementerio de Carbajal, y en todos los casos se practica la inscripción en virtud de orden del Excmo. Sr. General Gobernador Militar de esta provincia ( lo era entonces, a la vez que comandante Militar de la Plaza, desde el 22 de septiembre, el General Vicente Valderrama Arias. Fue Gobernador Civil desde el 3 de agosto al 22 de septiembre el Comandante Ignacio Estevez, quien pasado el tiempo sería suegro de Manuel Fraga Iribarne). En ninguna de las inscripciones aparece la causa de la muerte. Se consigna además en cada una de las Actas de defunción lo siguiente:
En el registro nº 23 se dice que el fallecido vestía pantalón y chaqueta de punto, azulados, jersey azul, camiseta blanca de verano, calcetines algodón verde, sandalias de cuero, *gorra visera, calzoncillo blanco.
El asesinado del registro nº 24 vestía chaqueta de dril y pantalón de idem claro, camisa color marrón, calzoncillo blanco, calcetines color café y alpargatas negras.
El desconocido muerto del registro nº 25 vestía chaqueta de corte oscura, pantalón de dril azul, camisa blanca, camiseta blanca de verano, calcetines algodón rojos y botas material rojas.
El hombre desconocido del registro nº 26 vestía chaqueta corte oscura y pantalón dril oscuro, camisa blanca, calzoncillos blancos, calcetines rojos y alpargatas negras piso goma.
El muerto del registro nº 27 se dice que tenía pelo negro, y vestía traje corte ablandado, zapatos rojos de material, camisa azulada, camiseta blanca de verano y calcetines algodón color café.
Del paseado del registro nº 28 se dice que no puede identificarse su cadáver ya que no tiene otras prendas más que unos calcetines de algodón azules y alpargatas de sport negras.
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Del Registro Civil de León.-
El día 10 de octubre de 1936 se inscribe la defunción (Acta n1 275) de una persona desconocida del sexo masculino, de 40 años de edad aproximadamente, cuyo cadáver apareció el anterior día ocho, a las veinticuatro horas, en el Monte de San Isidro. Se consigna además: Pantalón pana, zapatillas negras, chaqueta morada descolorida, bigote rubio, boina. Se indica haber muerto a consecuencia de paralización cardiaca; se le entierra en el cementerio de esta ciudad, y se inscribe en virtud de oficio del Excmo. Sr. General Gobernador Militar de esta Plaza.
Nos resultó en su momento muy curioso no haber encontrado en el Registro Civil de la ciudad de León, para el periodo de los meses de septiembre y octubre de 1936, más que este único asentamiento de defunción de un "paseado". Por otra parte, y habida cuenta que estas anotaciones las encontraba en mi infructífera búsqueda de datos sobre la desaparición de mi abuelo y sus compañeros de martirio, al hallar esta, y dados el lugar de la muerte y la edad que se asignaba al infortunado, mi corazón dio un vuelco ante posibilidad, incluso remota, de que pudiera tratarse de mi abuelo, asesinado a los 44 años con los demás, siempre se dijo así, en el Monte leonés de San Isidro. Pronto comprobé que no era este el caso, y que se trataba de un más entre tantos infelices sacrificados en aquel tiempo a la barbarie .
Si nos sirvió aquella consulta para descubrir y corregir algunos apuntes de los listados tomados del Registro de Enterramientos del Cementerio de León por los historiadores leoneses Wenceslao Álvarez Oblanca y Secundino Serrano en su pionero y meritorio trabajo de investigación sobre la guerra civil y la represión franquista en nuestra provincia( "La Guerra Civil en León"), publicado en junio de 1987 en el monográfico nº 67 de la revista trimestral Tierras de León, editada por la Diputación leonesa, completando así en algunos casos las filiaciones, la naturaleza o la profesión de algunos de los republicanos fusilados aquel mes de octubre del 36 en el Polígono de Tiro de Puente Castro, en abundantes cantidades algunas fechas, como las del 25 ó 31, e inhumados después en la fosa común del camposanto.
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Del Registro Civil de Garrafe de Torío.-
El día 12 de octubre de 1936, a las diez y nueve horas, se recogen dos cadáveres de desconocidos que no pueden ser identificados y que representan una edad de 40 años, uno, y de 26 el otro. Los dos fallecidos a consecuencia de heridas producidas por arma de fuego, y ambos enterrados en el cementerio de La Flecha.
De quienes son inscritos con los nºs 761 y 762 se dice ser natural de ------- (?) (en el primer caso), y tratarse de un cadáver de un barón (sic) como de unos 40 años de edad (26 en el otro caso), que se hallaba muerto en el sitio llamado Valle de La Flecha, a la izquierda de la carretera, entre el kilómetro 16 y 17, no encontrándose señales ni defectos que lo distingan (más que las heridas que le produjeron la muerte, se dice del de 26 años), tiempo de fallecimiento unas nueve horas aproximadamente, dicho cadáver se encontraba tendido de cuvito supino (sic) (con la pierna izquierda ligeramente contraída, se añade del de 40 años).Sus estaturas son de 1, 60 el de 40 años, y de 1,55 el de 26.
El desconocido de 40 años vestía chaqueta dril gris, jersey algodón claro, camisa rayada, pantalón de pana lisa, zapatos de cuero negros, calcetín de lana blanca, todo ello en perfecto estado. Contenía en uno de los bolsillos una peseta sesenta céntimos y una llave.
El asesinado de 26 años vestía chaqueta y pantalón de color marrón, jersey gris, camisa blanca, calzaba alpargatas negras y calcetines de lana blanca, todo ello en mal estado, nada en los bolsillos. En este caso se consigna además con gran precisión la ubicación de la sepultura en la que se le inhuma.
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Del Registro Civil de Cuadros.-
El día 20 de octubre de 1936, sobre las dos, se encuentran los cadáveres de dos desconocidos, uno de unos 31 años, y el otro de unos 30, fallecidos en campo despoblado por heridas de arma de fuego en el kilómetro 14 de la carretera de León a Caboalles, en el término de Santibáñez, en cuyo cementerio se les entierra. De cada uno se consigna ser encontrado en unión del otro.
Del de unos 31 años (Acta de Defunción nº 543) se añade: talla 1,60, color rojo pelo, idem barba afeitada, nariz larga, viste chaqueta de paño fino color marrón con una insignia de ferroviario, camisa de fondo blanco con rayas negras con cuello, camiseta blanca afelpada, corbata color café con pintas blancas, calcetines color café fino, zapato bajo con puntera. Existe una Nota añadida que reza: Este hombre fue reconocido por sus familiares y resultó ser Marceliano G. R. de 31 años, natural de Cervera (Palencia), hijo de Juan y Epifanía, de estado casado con Eloina G. Z. de cuyo matrimonio deja un hijo llamado Jesús, y era de profesión ferroviario.
Del asesinado de unos 30 años (Acta de Defunción nº 544) se dice: estatura 1,55, color moreno, pelo negro, cara redonda, nariz corta, barba afeitada, de los restos de las ropas solo tiene chaleco negro, camiseta blanca afelpada, calzoncillo lienzo blanco, calcetines finos blancos, todas estas ropas en jirones (?) muy pequeños. Hay una Nota añadida que indica: Este hombre por datos adquiridos era José E. G. natural de Murcia y residía accidentalmente en Armunia, era de estado soltero, hijo de Alejandro y de Josefa.
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Del Registro Civil de Villamañán.-
El día 9 de noviembre de 1936, a las doce horas, se encuentran en el campo dos hombres muertos, inscritos, por orden superior, en el Registro de Defunciones con los números 67 y 68, fallecidos a consecuencia de disparo de arma de fuego, y que son enterrados, se dice, en el cementerio de esta villa.
Por indagaciones realizadas en la primavera del año 2003, en las cuales fue determinante la desinteresada y valiosa ayuda que entonces nos prestó Don Isaías Astorga Rodríguez, párroco de Villamañán, supimos, con certeza, que estos dos muertos desconocidos fueron los jóvenes de nuestro pueblo RAFAEL MATEOS MARTÍNEZ y CRESTENCIO GONZÁLEZ PÉREZ.
FOSAS COMUNES EN LOS ALREDEDORES Y EN EL SUR DE LEÓN
Fosas en la Cenia.-
Ya en el año 2002 intercambié correos con Horencio Reguera Rodríguez, natural de aquella zona y quien me contaba de la existencia de fosas allí, a las que habrían destinado “camiones” de paseados procedentes de León, en especial de San Marcos. También indagó en su momento (en torno al año 2003) por fosas en esa zona Piedad Luna Tovar.
Fosas en Izagre.-
En el verano de 2003 algunos descendientes de asesinados de La Bañeza confirmaron la existencia allí de una fosa con restos de al menos tres bañezanos paseados, identificados (dos hombres y una mujer), y restos de seis personas más. Los restos de otro bañezano fueron rescatados por sus familiares de esta misma fosa en la posguerra.
Habría aquí también una fosa con restos de 12 o 13 estudiantes de León, de Veterinaria.
Una y otra fosa fueron ubicadas con precisión en las indagaciones de los descendientes de asesinados bañezanos en los días de agosto de 2003 en los que se desplazaron a esta zona.
Fosas en Maire de Castroponce.-
Habría, según testimonio del enterrador en el verano de 2003 a descendientes bañezanos de asesinados, en esta fosa restos de dos bañezanos paseados, y de otras personas más. Estas fosas habrían sido destruidas, no hace mucho tiempo, para construir nichos en el lugar que antes ocupaban.
Fosas en Villafer.-
Parece ser que allí habría sido asesinado uno de los jóvenes de Jiménez de Jamuz (Primitivo Posada Ríos). Sus restos terminarían en alguna fosa de la zona.
En enero de 2004 me transmitía Santiago Martín Fernández información que le facilitaban sus padres, y según la cual
"...En Cimanes de la Vega aparecieron tres cuerpos en la cuneta en la carretera que va a Benavente, uno de ellos tenía una placa que ponía "Técnico Molinero". Los enterraron en el cementerio del pueblo, en la parte que tenían para los enterramientos civiles. La fecha no la recuerdan pero debió ser a finales de Julio o posteriormente, ya que mi madre cuando comienza la guerra estaba aprendiendo Confección en la Bañeza en casa de una tal Matilde Mañanes, mujer de Daniel, que era cojo. Y a los pocos dias de empezar la guerra se vuelve a Cimanes. En la casa de Matilde Mañanes trabajaba con ella una oficiala mayor que se llamaba Teresa. Un hermano mayor de esta Teresa fue fusilado en Villafer y apareció con otros dos más, que se dicen eran de la Bañeza como el hermano de Teresa. Aparecieron en la cuneta de la carretera que va a Campazas frente a una viña que tiene mi familia. Parece ser que aparecieron en otras fechas otros cuerpos pero esto lo afirma mi tio.
Los enterraron en el cementerio de Villafer, en la parte dedicada a los enterramientos civiles, a la entrada del cementerio a la derecha. Mi tío afirma que los fusilados eran de la Bañeza, y que una vez le hablaron de esto los dueños de una fonda que había al lado de la cárcel de la Bañeza, donde le dijeron que eran de allí..."
Fosas en la Finca del Hinojo.-
Cabría la posibilidad de existencia de una fosa en algún paraje de esta finca de los Marqueses de Esteva de las Delicias. Algunas informaciones de personas mayores de pueblos como Valdesandinas del Páramo o Villazala apuntarían a ello.
Fosas en la carretera de Villalís.-
Habría alguna en algún lugar de esta carretera. A ella o ellas se enviarían algunos de los paseados desde los lugares de detención de La Bañeza.
Fosa Común de Villadangos del Páramo.-
En la Semana Santa del año 2003 indagamos en Villadangos en la creencia de haber podido terminar asesinados allí los desaparecidos de nuestro pueblo. Hablamos con personas mayores del lugar, y estudiamos en la parroquia los libros de enterramientos de la época. Se nos informó de la multitud de cadáveres que aparecían en el verano y otoño de 1936 en los montes y campos de esta localidad, los cuales eran recogidos por el sistema de trabajos comunales (“hacenderas”) por los vecinos y depositados ("a carretadas") en la fosa común del cementerio, situada a lo largo de uno de los muros, en la cual se iban abriendo huecos a medida que iban apareciendo nuevos cadáveres, a continuación de los anteriores. Se nos dijo que los restos de la fosa no habían sido nunca retirados, y que sobre los mismos se habían levantado, con el tiempo, panteones mortuorios aún existentes.
Esta última apreciación no coincide con lo mantenido por Rufino Juárez García, hijo de uno de los ocupantes de esta fosa, (Rufino Juarez Fernández, asesinado según datos del Registro Civil de Villadangos el 22 de octubre del 36, maestro, de 39 años y natural de Vegas del Condado), según el cual los restos de la fosa habrían sido enviados en algún momento al osario.
Fosa en Villamañán.-
Al menos, y con certeza, los dos jóvenes jminiegos Rafael Mateos Martínez, y Crestencio González Pérez, de las JJ. SS. ocuparían alguna fosa común en el cementerio de esta localidad, o, como era más habitual, extramuros del mismo, junto con al menos otro desconocido del que tenemos constancia de también haber sido encontrado su cadáver en los predios de este término. Don Isaias Astorga Rodríguez, párroco de una de las iglesias de Villamañán fue quien indagó hace unos años y nos informó de los detalles del hallazgo de los restos de los jóvenes de Jiménez; no nos pudo asegurar el lugar donde habrían sido inhumados sus restos.
En San Martín de la Vega.-
Pueblo al lado de La Bañeza. En su cementerio estarían los restos de un vecino de San Cristóbal de la polantera.
Fosas en los Pinares de Nogarejas.-
Esta es la información en su momento aportada por Baltasar Berciano Valderrey, de Destriana de la Valduerna:
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FOSAS DE PINILLA
"Aunque hay que recorrer todavía un largo camino, sospecho que algunos de los represaliados de Destriana pueden estar enterrados en alguna de las tres fosas de Pinilla de la Valdería (Ayuntamiento de Castrocontrigo).
En Pinilla hay tres lugares en los que fueron enterrados varios paseados. Esta información me la facilitaron varios vecinos de Pinilla, entre ellos el señor Francisco Fernández Fernández, de 102 años de edad, que con otros vecinos de Pinilla cavó las fosas y enterró a los muertos. Su hija Rosalía me acompañó a las fosas.
FOSA 1
Situada en el llamado “Camino del muerto”, antiguo camino forestal que llevaba a Pinilla desde el cruce de las carreteras de La Bañeza a Sanabria y de Destriana a Sanabria. El camino parte, más o menos, del punto kilométrico 22 y la fosa está a unos 150 metros en dirección a Pinilla. El camino está bastante cubierto de maleza y no se utiliza en la actualidad.
En esta fosa sólo hay una persona enterrada. Vestía un abrigo “bueno” y llevaba reloj.
FOSA 2
Está en el cruce de las carreteras citadas, a unos 100 metros de la carretera de Destriana justo por donde pasa una línea eléctrica de alta tensión.
En esta fosa habrían sido enterradas cinco personas.
FOSA 3
En el cementerio de Pinilla.
Habrían sido enterradas también 5 personas.
Por los datos aportados por el señor Francisco Fernández, uno de ellos podría ser Camilo Prieto Martínez.
Otro de los enterrados sería Manuel López Alonso, natural de Oteruelo (Ayuntamiento de Santiagomillas), según consta en el registro de defunciones del Ayuntamiento de Castrocontrigo.
REGISTRO DE DEFUNCIONES DEL AYUNTAMIENTO DE CASTROCONTRIGO
1. TOMO 24, Nº 29, folio 99.
“… defunción de un cadáver adulto, sexo masculino, de más de 30 años… natural se ignora… hijo de se ignora… falleció en el campo sitio de “cuesta agrias”, término de Pinilla a las “como si a las dos o las tres” a consecuencia de disparos de arma… habrá recibir sepultura en el cementerio de Pinilla.
Inscripción hecha en virtud de manifestación de Pablo Campo, vecino de Pinilla, habiéndola presenciado como testigos Don Feliciano Turrado y Don Nicolás Aldonza, vecinos de Pinilla.
2. TOMO 24, Nº 30, FOLIO 99
Defunción descrita en los términos que la anterior.
3. TOMO 24, Nº31, FOLIO 100
Igual
4. TOMO 24, Nº 32, FOLIO 100
Igual
5. TOMO 25, Nº 33, FOLIO 1
Defunción expresada en los mismo términos que las anteriores.
TOMO 30, PÁG. 155
Manuel López Alonso, hijo de Miguel Ángel y María, casado… nacido el 9 de agosto de 1884 en Oteruelo, registro civil de Santiagomillas.
Defunción 3 horas del día 6 de agosto de 1936.
Lugar: Cuesta Agrias, monte pinar de Pinilla.
Causa: disparo arma de fuego.
Enterrado en el cementerio de Pinilla".
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El reportaje del Diario de León del 18 de agosto de 2004:
L. López / A. Domingo la bañeza
Tres «paseados» yacen en el monte sin que nadie reclame sus restos
Pinilla de la Valdería | Un miembro de la ARMH considera que uno de los difuntos es natural de Destriana .
Dos cruces de madera y una de piedra indican la ubicación de los enterramientos.
Baltasar Berciano, de la ARMH, asegura que en este paraje hay enterradas dos personas
Los cuerpos de tres personas yacen en el monte de Pinilla de la Valdería sin que nadie reclame sus cuerpos, según ha podido saber este periódico por el testimonio de un vecino de Palacios de Jamuz, Pascual Alonso, confirmado por el de habitantes vecinos de la zona, y por las investigaciones realizadas por Baltasar Berciano, descendiente de Destriana y miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que trata de averiguar el destino final de las doce personas de su pueblo de origen que sufrieron represalias por sus ideas políticas.
Pascual Alonso, natural de Palacios de Jamuz, asegura que desde hace 20 años conoce la ubicación de los dos primeros enterramientos, que él, como muchos en la zona, suponen que se trata de una fosa común, aunque ha oído hablar de la existencia el lugar desde que estalló la guerra española, cuando tenía 7 años. El segundo enterramiento lo conoce «hará unos tres o cuatro años». Se encuentra en la otra vertiente del pinar de Pinilla y una piedra lo señalan a modo de túmulo. También hay una lápida en la que se lee: «In memoriam. Asesinado lado carretera durante Guerra Civil 1936-1939. Manos piadosas de Pinilla me sepultaron en este lugar solitario. Aquí espero la resurrección. Gracias a quienes oran o meditan sobre mi tumba. Mayo 1998».
Los signos
Según Alonso, la persona que yace bajo las piedras y la baldosa con la inscripción fue secretario del Ayuntamiento de Truchas «porque es lo que siempre ha dicho la gente».
Alonso no puede ofrecer otro argumento y no comprende cómo es posible que nadie haya reclamado sus restos, al igual que los de la que supone fosa común. No se sabe quién ha colocado las cruces en un lugar ni las piedras y la inscripción en el otro. Tampoco los que han investigado los hechos saben quién ha colocado los signos. Sin embargo, existe el testimonio de una persona que participó en el enterramiento de los difuntos que yacen en el monte de Pinilla. Cuando comenzaron los paseos, según las fuentes consultadas, se enterró a las víctimas en el cementerio del pueblo, pero dejaron de sepultarlos en sagrado porque «se les llenaba», piensa Alonso. Domiciano Pérez Frontaura, de 81 años y natural de Nogarejas, señala que fue «una orden de Madrid» la que prohibió los enterramientos en el campo santo del pueblo. Ambos han escuchado la hipótesis de que los paseados eran vecinos de Destriana o, al menos, en este pueblo vivían sus verdugos.
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FOSAS EN EL MONTE DE SAN ISIDRO.-
A primeros de septiembre del año 2001, yo tomé nota de haber escuchado en TVLeón la noticia del descubrimiento de una fosa común con restos de 14 personas en Villaquilambre. Creí que los datos podían apuntar al hallazgo de los restos de los asesinados-desaparecidos de mi pueblo (que eran 14). En la primavera del año 2002, por teléfono y desde Ourense, contacté con el Ayuntamiento de Villaquilambre y con el Juzgado de Paz, preguntando por tal hallazgo: en uno y otro lugar nadie conocía ni sabía nada del mismo.
En el mes de agosto de 2002 me desplacé a León, preguntando personalmente y de nuevo por el hallazgo en el Ayuntamiento y en el Juzgado, constatando de nuevo que nadie sabía nada del mismo. Pregunté en la sede de la TVLeón con el mismo resultado. También repasé la hemeroteca de el Mundo-La Crónica de León de aquel periodo, no encontrando referencia alguna al supuesto hallazgo de la supuesta fosa, por lo que concluí que tal hecho nunca sucedió.
Indagué en los Registros Civiles de Sariegos, León, Cuadros y Garrafe de Torío, de los que obtuve fotocopias de asentamientos de defunciones de personas desconocidas halladas en el verano y otoño de 1936 en los descampados de aquellos lugares. Hablé también en Carbajal de la Legua con algunas personas mayores del pueblo, y estudié, acompañado por uno de los sacerdotes a cargo de la iglesia de este pueblo, del que, por cierto, obtuve toda clase de facilidades, los libros de enterramientos de aquellos años. Todas las pesquisas referidas, motivadas por la posibilidad de hallar allí tal vez rastros de los desaparecidos de mi pueblo, mi abuelo Domitilo González Lobato entre ellos, rastro que, por cierto, no hallé.
Fosas en Carbajal de la Legua.-
De lo que allí me manifestó Don Ángel Lorenzano Florez, quien tenia unos doce años en 1936, en el otoño de aquel año aparecían con frecuencia cadáveres en el monte de este término. Recordaba el grupo de los encontrados a primeros de octubre, de los que yo había obtenido copia de su hallazgo y asentamiento en el Registro de Sariegos. Me comentó de tres grupos de cadáveres hallados al menos en aquellos meses, uno llevado en carretas y enterrado en una fosa fuera del cementerio, la que al ampliar este quedó más o menos en su centro, y otros dos enterrados en el mismo lugar de su hallazgo al estar ya los restos en avanzada descomposición. Me manifestó entonces ser capaz de ubicar en el campo los lugares concretos donde habían sido inhumados aquellos restos. También me contó como el responsable de la Junta Vecinal del pueblo obligó, por razones sanitarias, a establecer turnos entre los vecinos para recoger los cadáveres que aparecían en sus montes.
Fosas en el solar del Sanatorio Antituberculoso.-
Si atendemos a una de las versiones sobre el lugar en el que habrían acabado asesinados el grupo de mártires de Jiménez de Jamuz sacados de sus casas en la madrugada del 19 al 20 de septiembre de 1936, este habría sido en el que años más tarde se construiría el Sanatorio Antituberculoso de San Isidro, situado en el Monte del mismo nombre, y abandonado y ruinoso hace ya bastantes años.
Fosas en diferentes lugares de los términos de Cuadros y Garrafe de Torío.-
Según datos del Registro Civil de Cuadros, referidos solamente a un corto periodo del otoño de 1936, aparecen al menos cinco cadáveres (el 14 y el 22 de septiembre) que son enterrados, se indica, en el cementerio de Lorenzana. El mismo día 22 de septiembre aparece otro que se inhuma en el cementerio de Santibañez. Cabe presumir en estos cementerios, y en los demás donde terminaban estos “paseados”, la existencia de fosas en las que se enterraban los restos de estos asesinados, como era lo más frecuente y habitual en el momento, situadas fuera de los recintos sagrados. El 20 de octubre aparecen dos nuevos cadáveres que son inhumados también en el cementerio de Santibáñez.
Según lo asentado en el Registro Civil de Garrafe de Torío, el 12 de octubre de 1936 se encuentran los cadáveres de dos personas, que son enterrados en el cementerio de La Flecha, consignándose con gran precisión el lugar en que se depositan los restos de uno de ellos.
Ourense, 30 de mayo de 2006.
José Cabañas González