---:::---   Actualizado:  19-03-2006   ---:::---

LAS ANTIGUAS COMEDIAS EN JIMENEZ DE JAMUZ
(Porfirio Gordón Vidal)

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    Llamamos antiguas comedias a las representadas en las últimas décadas del s. XIX y primer tercio del XX. Querer llevar más atrás el teatro en Jiménez de Jamuz es entrar en el terreno de lo desconocido, por falta de noticias, tanto orales como escritas. A lo sumo podemos intuir que se representarían principalmente obras religiosas como Autos Sacramentales y otras relacionadas con la Pasión.

Porfirio Gordón exponiendo el presente trabajo en la Edición del 2004 del Certamen de Teatro Tierra de Comediantes.- - Las fuentes escritas de que disponemos para este período no van más allá de unas pocas noticias en periódicos bañezanos de la época como EL PUEBLO, EL ADELANTO ó LA OPINIÓN y, sobre todas ellas, una jugosa carta al Director en el periódico EL ALCÁZAR que firma un tal Zascandil.

- Las fuentes orales son las que hemos recogido de algunos vecinos y, a su vez, éstas son muchas veces indirectas porque es lo que ellos oyeron contar a sus padres o abuelos.

Así pues, con esta escasa información, no tenemos más remedio que abarcar un período más amplio y llamar antiguas comedias a las que se echaron hasta los años 60 o, por decirlo de alguna manera, las comedias en blanco y negro.

De los años 40, 50 y 60 sí tenemos más información, escrita y oral, porque nos lo pueden contar todavía, afortunadamente, muchas personas.

El ti Tirso, comediante.

Antes de pasar a hacer un repaso por las obras y comediantes que conocemos, quiero referirme a la sorpresa --de contento, quiero decir-- que me llevé un día cuando, consultando los libros de Nacimientos, Matrimonios y Defunciones del Juzgado Municipal de Santa Elena me encuentro con un jiminiego en 1878 que entre predominio de labradores y alfareros, como oficio suyo rezaba el de "COMEDIANTE".
Aquel contento se tornó en desilusión en cierto modo, cuando hablé de ello, en días posteriores, al Sr. Angel Murciego (que en paz descanse) y me explicó que al ti Tirso (Tirso Mateos Claro, se llamaba) le había conocido él y que fabricaba juguetes con los huesos de las patas del cerdo y los movía con hilos como marionetas. De ahí lo de comediante y de ahí mi desilusión en cierta manera.

La "gorda" de 1890.

Pero vamos a referirnos a la primera obra de la que tenemos constancia: "Las armas de la hermosura", de Calderón de la Barca, que se representó en nuestro pueblo el día 23 de Abril de 1890 y tuvo trascendencia por lo que ocurrió fuera del escenario que impidió concluir la obra: es lo que hemos dado en llamar "la gorda de 1890".

Tenemos dos versiones de los mismos hechos:

- La versión jiminiega, que nos la da el Sr. Felipe el Pollo, antiguo actor y director de escena, en una entrevista que en 1960 le hizo el bañezano Jesús Toral Pascua:
PREGUNTA: Y ya que hablamos de tragedias, ¿Nunca las hubo fuera del
                escenario?

RESPUESTA: -¡¡Uf…!!! La de 1890 fue muy gorda. Se representaba una comedia de Capa y Espada, que como siempre gozaba del fervor del público jiminiego. Un grupo de bañezanos recalaron por allí con ánimo de "cucarse" de los comediantes. Mas como dice el refrán que "en huerto ajeno no robes peras"… los cómicos saltaron del tablado espada en ristre… y allí se organizó la de tirios y troyanos. Mi padre que fue testigo, más de una vez me relató la épica hazaña. "¡Ay, hijo!, si los hubieras visto cruzar el río despavoridos…"

Medio pueblo habría participado en aquellos hechos: algunos hombres se apostaron a la entrada del puente para impedir el paso de los bañezanos, que tuvieron que atravesarlo por la rodera, debajo del puente actual, y otros por el molino de abajo o por donde pudieron, que tampoco el río Jamuz es tan caudaloso. Incluso se cuenta que algunos hombres sujetaron las riendas de los caballos de la Guardia Civil para impedirles intervenir en el asunto. Las mujeres apañaban piedras en el mandil, en el reguero que entonces pasaba por la Plaza, para dárselas a los hombres. En fin, que se armó una muy gorda.

- La versión bañezana es la que nos da Zascandil (Gaspar Julio Pérez Alonso) en una carta al Director en EL ALCÁZAR, periódico titulado liberal por entonces:
En tono jocoso y de burla va narrando lo que él presenció aquel día: el escenario, malos actores, mala interpretación, mala indumentaria, etc.

- El escenario le pareció "un tablero o patíbulo donde pudieran ajusticiar, como lo ajusticiaron los actores al autor de Las Armas de la hermosura". También dice que estaba "formado de colchas, sábanas y otra porción de cosas "verdes".
- Malos actores porque interpretaban mal y decían palabras como "enfeliz", "desimula", "alcazár", "mantecatos", "dende aquí", "dicir", "melitares", etc.
- De la indumentaria dice que "allí había que ver maravillas! Soldados romanos salían con fusiles modernos y vestidos como la caballería española".
- Del lío que se organizó dice Zascandil que "uno de los actores se bajó desesperado del tablero y comenzó a repartir cachetes y puñadas a diestro y siniestro, a amigos y enemigos y se enredó la cuestión de los concurrentes de esta villa, que al verse acometidos, acometieron dignamente, dando y recibiendo estacazos -alguno de los cuales me alcanzó, por tratar de separar a un amigo- y contribuyendo a la momentánea dispersión de los gimeniegos, que repuestos, la emprendieron a pedradas con tanto cariño y decidida afición, que llovían convites, volaban sillas, bancos, taburetes y otros instrumentos como plumas por el aire".

En fin, que las dos versiones son partidistas, cada una defiende a los suyos y, si quisiéramos ser imparciales tendríamos que convenir en que los actores jiminiegos no serían en verdad profesionales -nunca lo han sido- y que algunos espectadores bañezanos no supieron comprender eso y se pasaron en sus burlas.

Qué diferencia con el también bañezano y culto General Benavides, que es la antítesis del señor Zascandil, cuando dice en su obra:

No sabéis cuánto me encanta
esta antigua afición vuestra;
es el arte primitivo,
los albores de la escena;
en fin, una evocación
de aquellas lejanas épocas
en que el escenario estaba
en los patios y plazuelas.
 

(…)

Si alguien ríe vuestras frases
y vuestras obras comenta
con sorna, no le hagáis caso
y continuad con firmeza
la pintoresca costumbre
de representar cumedias.

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EL TINGLADO DE LA FARSA

Todo comenzaba en los meses de invierno cuando un grupo de hombres y mujeres jóvenes -los solteros porque antes, una vez que se casaban, dejaban de actuar- se reunían en torno de un director, una persona de las más cultas o más inquietas culturalmente del pueblo.
Allí decidían una obra para representar y, una vez conseguido el texto, que no siempre fue fácil, comenzaban los ensayos alrededor de un "lillar" o de un fuego de cocina con la vista puesta en torno al día de Santo Toribio. Muchos noviazgos nacieron en esos ensayos, algunos se formalizaron llegando al altar y otros se rompieron después de los primeros escarceos.
Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta sobre aquellos antiguos comediantes es que muchos de ellos no sabían leer y otros lo hacían con dificultad, por lo que había que repetir una y otra vez hasta que lo aprendían, lo que a mi manera de ver tiene más mérito.
Se puede adivinar que lo pasarían bien. A mi padre, Andrés Gordón, por ejemplo, el Sr. Felipe el Pollo siempre le decía: "Andrés, tú pa’ la masera, pa’ que no alborotes".

Aprendida y ensayada más o menos bien la obra en cuestión, llegaba el día de subir a las tablas, que era el domingo siguiente después de Pascua, en torno a Santo Toribio (27 de Abril). Toda la semana anterior ya habían estado los mozos mirando el cielo, intentando adivinar qué tiempo haría aquel domingo.
El lugar elegido, desde inmemorial tiempo, siempre fue la Plaza Mayor y el sitio concreto, la fachada norte (casa de Argimiro). Allí y ese día por la mañana lo dedicaban los hombres a hacer el "tablero" o escenario y las mujeres a ir por las casas para pedir sábanas y colchas.
El "tablero" se componía de cuatro horquetas de encina para hacer el entramado y varios maderos sobre los que se fijaba el piso con las costanas de los carros y las tablas de los alfareros. Se culminaba con una vara o palo muy largo en el que se colgaba la bandera nacional (en la parte derecha delantera). Después, sobre sogas que les dejaba o compraban al ti Dionisio, se cosían las colchas y sobre un alambre se remataba el telón con las sábanas.

Por la tarde era la función. Como dijo Zascandil en 1890, para presenciar la obra de aquel día, se desplazó mucha gente de la vecina villa: "… muchísimos aficionados nos lanzamos a pie, en carro, tílburi, bicicleta, etc. Todo esto quiere decir que de La Bañeza hubo en Jiménez infinidad de gente". Pero no solo de La Bañeza, también venían en gran cantidad gentes de la Valduerna y de los pueblos de Valdejamuz, en sus carros y caballerías. El lugar de aparcamiento de aquellos antiguos automóviles era la Plazuela, por la proximidad a la Plaza Mayor. Cada uno se agenciaba su asiento: sillas, escaños, taburetes, etc., todo era válido para ver a los comediantes.

El día siguiente, lunes, se solía representar la función, dirigida especialmente para los del pueblo, donde ya podían escuchar mejor la relación de la obra.Grupo de actores y actrices jiminiegos con las viandas obsequiadas.-

El martes era el día señalado para deshacer el "tablero". Con el tiempo, cuando ya había dos grupos de comediantes, se dejaba el escenario para los segundos. Los hombres se dedicaban a deshacerlo y las mujeres a repartir las sábanas y colchas a quien se las había prestado. También el martes lo empleaban los cómicos para salir a pedir por el pueblo con el fin de hacer una o dos "comilorias". Normalmente toda la gente les daba algo, según las posibilidades de cada uno, y eran principalmente huevos, pan y algunas monedas. En algunas casas les daban el "traguín". Vemos en alguna fotografía posar a los actores con la talega para los huevos y el botijo para el dinero. Se recuerda a algunas familias por su esplendidez con los actores:
- la de los Morotos, que les daban una docena de huevos,
- al ti Pablo el Fungo, que les daba una hogaza de 11 libras o
- al ti Migueletas, que también les obsequiaba con una hogaza bien grande y, si les hacía falta, dos.
El mismo martes por la noche y el miércoles si sobraba, hacían la "comiloria", e incluso había un tercer día si la recaudación había sido muy generosa. Llegaron a sacar alguna vez hasta veinte docenas de huevos. No era raro así, algún que otro cólico. Normalmente celebraban estas meriendas en la casa donde habían realizado los ensayos y ni que decir tiene que en esos momentos muchos actores lo pasaban mejor que sobre el escenario.

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Obras de finales del XIX y principios del XX.-

Además de "Las armas de la hermosura", de la que ya hemos hablado, tenemos noticia de otras antiguas obras:

- Por ejemplo una obra en que Francisco González hacía el papel de "General Tébano", con cuyo apodo se quedó él y sus descendientes.
- El Conde de Moravia.
- El Mellao o la Esclavitud del Amor.
- Diego Corrientes. En la que el ti Ceferino el Capador en el papel de Diego Corrientes, montado en su yegua, atravesaba toda la Plaza y llegaba hasta el tablero (escenario) y, descabalgando, entraba en escena a actuar.

- Juan José, de Joaquín Dicenta. De ésta conocemos que se echó en 1915 por el recorte de prensa que apareció en el periódico "EL PUEBLO": "Hoy, en el limítrofe pueblo de Jiménez de Jamuz pondrán en escena el hermoso drama del genial Dicenta rotulado "Juan José".
- Los intereses creados, de Jacinto Benavente.
- La vida es sueño, de Calderón de la Barca.
- Genoveva de Bravante.
- El cazador herido por el ciervo. En esta obra trabajó mi abuelo Cándido Gordón, el ti Leoncio el Macheto y el ti Rafael el Gallo.

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De un librito de poesías titulado "POR MI TIERRA DE LEÓN", de 1920, del ya mencionado General Benavides, extraemos un fragmento de una poesía titulada "Cumedias". La anécdota que cuenta ocurrió representando una obra en un pueblo de la Comarca bañezana: Por ejemplo, en Jiménez:

En un pueblo… que yo sé,
para las cercanas fiestas,
buscan de "El Mártir del Gólgota"
las religiosas escenas
para asombrar al concurso
con la cristiana tragedia.
No había dificultades
para el reparto de aquellas
figuras extraordinarias
del drama de la Judea,
pero, al hablar de María
de Magdala, ¡allí fué ella!
pues, por haber sido mala
o, vamos… por lo que fuera,
ninguna moza quería
ser allí "la Magalena".
Y tuvo que ser un mozo,
Doroteo, "el de la Petra"
el que, "bien arregladico",
supliría a una mozuela.
Después de muchos ensayos
todo arreglado se encuentra
y la brava "compañía",
 

de su labor satisfecha,
espera impaciente que
llegue el día de la fiesta.
A presenciar la función
llegaron de las aldeas
muchos curiosos, algunos
de no muy próximas tierras.
Colócanse unos oyentes
en las ventanas y puertas,
otros en carros, que ocupan
el centro de una plazuela,
y ante el portal de una casa
el escenario se asienta.
Lo adornan grandes pañuelos
"de ramos", colchas de seda,
y otras telas de colores
que a tales efectos cuelgan.
Aunque con mucho retraso,
que nadie a explicarse acierta,
se alza el telón y, por fin,
el drama místico empieza.
Las damas hacen melindres
y contorsiones diversas
para mostrar que están, todas,

llenas de unción evangélica
y, por parecer enérgicos,
los actores vociferan,
sufriendo insultos y… golpes
Judas, Herodes, etcétera
(todos los que algún papel
poco simpático ostentan).
El concurso sigue atento
cuanto allí se representa,
algunas mujeres lloran
y algunas estacas tiemblan
en manos que las extienden
a los traidores de escena,
que, a estar cerca, probarían
varias clases de madera.
Llegado el momento crítico
en que aparecer debiera
aquella gran pecadora
en santa mujer conversa,
los cómicos se entretienen
diciendo algunas simplezas,
la "Magalena" no sale
y la gente se impacienta.
Uno del público grita:

-¡Que salga la "Magalena"!
otros repiten el grito
y el gran estrépito aumenta;
baja el telón de repente,
y sigue la bronca fuera.
De pronto cesan las voces
y en expectación se truecan;
uno desde el escenario
su pintada cara muestra,
entre unas telas de angeo
que ser telón representan,
y dice, muy indignado,
mirando a la concurrencia:
-Esperaisos, si queréis,
y no tengáis tanta priesa
que, al fin y al cabo, estáis viendo
de balde nuestra cumedia;
esperai un poquitín
y saldrá la "Magalena",
porque ha llegau ahora mesmo
y, en un istante, ¡se afeita!

 

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Obras echadas en Jiménez por los años 20:

- El Soldado de San Marcial.
Actores de esta obra: Aquilino Macías, Salvador el Migueletas, Ángeles Murciego, que tendría unos cinco años.
- Los siete niños de Écija.
Actores de esta obra: Nemesia Peñín Román, el ti Chato, los hermanos Maruca y Miguel.
- El pan de piedra, de Fola Iturbide, de cuyo autor se echaron muchas obras en nuestro pueblo. Trabajaron en ella: Serafín el Chispo, el ti Gallo y la ti Águeda, que se enamoraron en esta obra, Pedro Pastor Blanco (el ti Tapuro).

Alguna de esta obras puede ser la que se anunciaba en el periódico LA OPINIÓN de la Bañeza en el año 1925:

"Hoy, en Alija de los Melones y en Jiménez de Jamuz se celebrarán comedias por los jóvenes de ambos pueblos".

- Tierra baja.
- La Malquerida, de Jacinto Benavente.
- La ciudad alegre y confiada, de Jacinto Benavente, segunda parte de "los intereses creados". Severina me comentó en una ocasión que ella hizo en una obra de "Colombina" y Clara la Torala de "Girasol". En esta obra aparecen esos personajes. También el Sr. Felipe el Pollo dice que uno de sus personajes fue "Crispín", que aparece en esta obra.
- Morena Clara, de Quintero y Guillén.


COMEDIAS DE LOS AÑOS 30.-

- LOS CACIQUES, de Carlos Arniches. El Sr. Felipe el Pollo fue el ensayador y primera obra de la Sra. Pipe con 10 u 11 años (n.1920), que recuerda párrafos enteros.
- El sol de la humanidad, de Fola Iturbide.
- La sobrina del cura, de Carlos Arniches. José de Blas Peñín hacía el papel de Repica, con cuyo apodo se quedó. También trabajaban Salina, Vitorino y su mujer María, Segundo el Nano.
- El Molino.
- El pan del pobre, de Francos Rodríguez.
- Tosca y Juan José, seguramente echadas por Compañías.
- Gente de Fábrica, de Jaime Frimat. De esta, puesto que tenemos el recorte de prensa de EL ADELANTO, sabemos seguro que fue el año 1933.

- Los niños del Hospicio, de Gonzalo Jover. Según el mismo semanario, se puso en escena el día de Santo Toribio de 1934.
- La muerte del tirano.
- Tempestad sobre un trono ó Galán y García Hernández. Representada por una Compañía en casa del ti Justo el Viruta, con la cual se fue José de Blas Peñín (Repica).

A propósito del ti Repica, él mismo nos contó en una entrevista que le hizo Andrés Sanjuán en 1995 la anécdota siguiente:
"Estando en Tamames de la Sierra, un Alcalde de un pueblo cercano habló con nuestro director para representar la obra D. Juan Tenorio. Este hombre lo tomó en serio e hizo mucha propaganda para que acudiera la gente. Llegó el día y el salón estaba abarrotado, incluso de viga a viga pusieron tablas para que en lo alto se sentara la gente. A pesar de todo, había muchas personas que se habían quedado fuera, por cierto, dando bastante bulla. El organizador y Alcalde, con toda la corporación, estaba en la primera fila. Comienza la función con los conocidos versos:
¡Cuál gritan esos malditos,
pero mal rayo me parta
si en terminando esta carta,
no pagan caro sus gritos!
El Alcalde, pensando que era por los que se habían quedado fuera, se levantó de su asiento y, dirigiéndose al actor, le dijo: Señor cómico, usted a lo suyo, que si gritan o no gritan de eso me encargo yo".

- La ola gigante, de Fola Iturbide.
- El Cristo Moderno, de Fola Iturbide.
- La copa del olvido, de Joaquín Jiménez y Enrique Paradas. Ensayada por el Sr. Quico el Caitano.

Una de estas obras sería la última representada en 1936, ya que durante la guerra, como es lógico, no hubo teatro.


COMEDIAS DE LOS AÑOS 40.-

-El delincuente honrado, de Gaspar Melchor de Jovellanos. La ensayó el ti Justo el Viruta. Actores: Demetrio el Migueletas, Felines Lobato, Pilar la Capadora, Simón, …
- La fuerza de la conciencia. Última de la Sra. Pipe y primera de Andrés Gordón.
- El rorro (sainete)
- La cartera del muerto, cuyo ensayador fue el Ceferino.
- El monstruo de oro y Miguel Strogoff (1942). La primera es en la que debutó el gran actor que fue el Sr. Ángel el Pelao con un pequeño papel. Llevaba el papel principal el Sr. Lorenzo Lobato, otro buen actor jiminiego.
- Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno (sainete)
- La máquina humana, que no se llegó a representar.
- Tosca (1943), de Victorien Sardou, una de las de más éxito de las representadas en Jiménez.
- Dueña y señora (1944) y El Médico a palos (sainete). "Dueña y señora" se recuerda por los papeles de Isabel la Talladora en Tonecha, Lorenzo Lobato, Felines,…
- El señor feudal (1944), ensayada por el Sr. Belarmino, como otras muchas.
- El veranillo de San Martín, primera obra en que trabajó Mundo.
- El zapatero y el Rey
- Lanuza ó Los Comuneros de Aragón.

Angel y Rosa se fueron también en 1945 con una Compañía que había estado echando obras en Jiménez y, necesitando actores, se fueron con ella estando unos 11 meses representando comedias "por ahí alante".

José Bolaños, Pepe el Pelao, Agueda y Chón, en "El Cuchillo de Plata", de 1960.--Caín y Abel, primera obra en que debutó otro de los grandes actores de Jiménez: José Bolaños, que repitió papel diez años más tarde con la misma obra.
- El cuchillo de Plata
- El Jorobado o el Juramento de Lagardere.
- El capitán Tormenta. Primera obra de otro buen actor: Benito Martínez Vivas
- Los dos soldados franceses ó El capitán Derville
- Juan José
- A secreto agravio, secreta venganza, obra en verso de Calderón de la Barca. Con José Bolaños en el papel principal.
- Don Juan de Serrallonga, de Víctor Balaguer, en prosa y en verso.

Por estos años y los 60 son de destacar ya los buenos decorados y la bonita indumentaria que ellos mismos diseñaban.

-El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, padre.
- El soldado de San Marcial.  Una de las que se echó para recaudar libros para la biblioteca.
- Los hijos no perdonan
- La cieguecita de París
- Cristo contra Mahoma. Un dramón al gusto de la época en la que un general fusila a su hija y mantiene una lucha por el honor con su nieto.
- Flor de un día
- Caín y Abel
- Magdalena, la mujer adúltera, de Graells y Casanovas.
- Embrujamiento, de López Pinillos y La muerte civil (1957)

COMEDIAS DE LOS AÑOS 60.-

-El cuchillo de plata, de Eduardo Vidal y José Roca. 1º PREMIO del Concurso de Comedias que se celebró durante las fiestas de La Bañeza en 1960.
- El Cardenal (1961)
- El lobo (1961)
- Marianela (1964), de Benito Pérez Galdós.

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Estos apuntes para la historia de las comedias en Jiménez de Jamuz no serían posibles sin la información y aporte de fotografías proporcionados por mis padres, los Sres. Miguel Bolaños, Pipe, Severina, Rosa, Angel Murciego (fallecido recientemente), Pepe y Candelas, Francisco y Pedro Martínez, José Bolaños, Chon, Mundo, Benito Martínez…

 

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    La obra MARIANELA fue puesta en escena los pasados 3 y 25 de diciembre de 2005 por el Grupo de Teatro de la Asociación Cultural Jiminiega, el primer día compitiendo en el V Certamen de Teatro Tierra de Comediantes, de arraigado éxito ya en nuestro pueblo. Con motivo de su presentación al público, 41 años después de su anterior escenificación, esta es la introducción a la misma que Porfirio entonces realizó:

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PRESENTACIÓN OBRA DE TEATRO

MARIANELA

Jiménez de Jamuz, 3 de Diciembre de 2005

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- "Nágas roído que si no acabóse la junción ".

- "Callarsus pá seguir las comedias ".

    Con frases de este estilo intentaban imponer silencio nuestros antiguos comediantes a un público que daba tanta murga que pocos lograban enterarse de lo que sucedía en el escenario. De esta manera no era raro que se liara la cuestión entre los concurrentes y llegaran a producirse verdaderas batallas en la Plaza, como "la Gorda de 1890" con nuestros vecinos de La Bañeza y otras posteriores. Por contra, aquel público tan guerrero increpaba a los actores porque no se les oía o no se les entendía.

Esto hoy no sucede y viene a cuento porque me ha llamado la atención una frase del programa de la MARIANELA de 1964:

"CON SER VICIO DE ALTA VOCES''

No era la primera obra en que se utilizaban -creo que fue con EL CUCHILLO DE PLATA en 1960-, pero sí, tal vez, la primera que se anunciaba. Fue un adelanto por aquellos años 60 cuando ya el público empezaba a ser respetable y los actores respetados.

No obstante, desde aquella primera obra conocida de 1890 -LAS ARMAS DE LA HERMOSURA, de Calderón- hasta la MARIANELA. de Pérez Galdós de 1964, no muchas cosas más habían cambiado: los escenarios seguían haciéndose con las colchas y sábanas, seguían representándose en la Plaza para un gran público, etc.

Aquella MARIANELA de 1964 fue la última obra de teatro en Jiménez de una generación de actores que comenzaba a emigrar. La MARIANELA que ahora vamos a contemplar es la de una generación de jóvenes actores que tiene mucho mérito, por varias razones, que hagan esto, como lo tiene el Director de escena, Andrés, digno sucesor del Sr. Felipe el Pollo.

Dispongámonos a disfrutar y démosles, por lo dicho anteriormente, un caluroso aplauso a todos ellos. Gracias.

Porfirio Gordón, Cronista del Ayto.

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Reportaje fotográfico de la representación de MARIANELA 2005


PRESENTACIÓN DEL VI CERTAMEN DE TEATRO "TIERRA DE COMEDIANTES"

        El pasado día 17 de marzo fue presentada en León la sexta edición del certamen, correspondiente al presente año 2006, y sus Bases. Es novedoso en la misma el salto experimentado, superando el entorno autonómico al que hasta ahora se circunscribía, y pasando por primera vez a dirigirse a grupos aficionados de ámbito estatal. Con motivo de tal presentación se mostró también la Revista "5 Años de Tierra de Comediantes", que conmemora lo que han sido las anteriores cinco ediciones del Certamen. A la noticia de la presentación y a la Revista puedes ir desde los siguientes enlaces:

La noticia en el Diario de León

    5 Años de Tierra de Comediantes


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