Nuestros Munícipes de antaño (II). 1930-1931. El cambio de régimen

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Nuestros Munícipes de antaño (II)

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1930 - 1931. El Cambio de Régimen

                                José Cabañas González                                                                                         Enero de 2007                                             


       Señala el historiador Ronald Fraser en su obra “Recuérdalo tú  y recuérdalo a otros[1], como “en numerosos pueblos del país, el cambio de régimen monárquico al republicano había traído consigo el cambio de los nombres de los partidos políticos, pero poca cosa más. No cambiaba la estructura del poder local cuando un cacique que antes era monárquico se convertía en el líder de algún partido republicano acabado de formar (o bien lo manipulaba entre bastidores)”. Antes, en 1930, dimitido ya el dictador Primo de Rivera y según lo decretado por Alfonso XIII el 15 de febrero, se habrían constituido diez días más tarde de nuevo los Ayuntamientos, y en el nuestro es previsible  que se hiciera, como en tantos entonces y antes, “ocupando los cargos concejiles la oligarquía de los mayores contribuyentes y los caciques siempre votados”[2], como muestra Vicente Martínez Encinas en su reciente y magnífico trabajo “Grajal de Campos: La década conflictiva: 1930-1939 (Instituto Leonés de Cultura. Salamanca. 2006). Es igualmente factible que aquí, como en aquella villa, se diera ya una polarización política por la cual “quienes hasta entonces eran liberales pasan a llamarse republicanos o de izquierdas, y los llamados conservadores se autotitulan ahora monárquicos o de derechas”, hecho que, por otra parte, no invalida la percepción que ancianos de nuestro pueblo nos han transmitido de que en aquellos tiempos, y hasta la primavera de 1936, aquí “venían mandando siempre los mismos”.

       El régimen franquista se constituyó, pasados algunos años, reciclando gran parte de aquellos “viejos políticos”, sobrevivientes de la Restauración, de la dictadura primoriverista, y de la República en algunos casos, revestidos de falso apoliticismo y de sobrevenido y artificial falangismo[3], por lo que en  nuestro Municipio aquellos “mismos” antes referidos, salvo el breve paréntesis republicano frentepopulista, y no en todos los casos, continuaron también entonces ordenando.

       Las Actas municipales de las que disponemos para este periodo se inician con la sesión del 14 de abril de 1930. Componían entonces el Pleno de nuestra Corporación el Alcalde y 8 Concejales, aunque la mayoría de las Sesiones de este tiempo (celebradas con metódica frecuencia semanal[4]) se realizan por la Comisión Municipal Permanente de la misma, que formaban aquél y sus dos Tenientes de Alcalde. La vida municipal en nuestra tierra y en nuestro país continuaba entonces transcurriendo por restrictivos cauces de participación: a la imposibilidad de ser electores las mujeres y los varones menores de 25 años[5] se sumaba la limitación económica y clasista que otorgaba en exclusiva el derecho a ser Concejal elegible a los mayores contribuyentes del Municipio. Una situación propicia a perpetuar las prácticas que desde la Restauración beneficiaban, especialmente en el agro, los particulares intereses de caciques y notables locales[6].

       Sobrevenida, el 30 de enero de 1930, la “dictablanda” del general Dámaso Berenguer, y constituidos, como ya dijimos, los nuevos Ayuntamientos, formaban parte del nuestro, a la fecha del 14 de julio de aquel año, Miguel Peñín Ramos, como Alcalde, y Vicente Murciego Fernández y Antonino Rubio García, como respectivos Tenientes de Alcalde 1º y 2º; eran Concejales: Miguel Cabañas Carnicero, Manuel Benavente Murciego, José García Rubio, Eugenio García Rubio, Dionisio Fernández Vivas, y Mateo López Rubio. Las cuestiones locales más significativas que a partir de tal fecha aquellos munícipes, casi siempre en Comisión, abordaron fueron las siguientes: 

       Aprueban en la sesión del 21 de julio el Anteproyecto de Presupuesto Municipal para el siguiente año, y en la sucesiva del día 28 nombran al Secretario Pedro del Palacio Comisionado para hacer entrega de los mozos en la Caja de Recluta de Astorga; este mismo presenta cuenta por 50 Pts. de la revisión el pasado 1 de mayo de los del actual reemplazo ante la Junta de Clasificación, “habiendo hecho gasto de viaje, estancia de una noche y un día, locomoción y socorros a los mozos”. Siete días más tarde nombran a Vicente Prieto Fernández auxiliar del Teniente de Alcalde 1º y a jornal del Ayuntamiento para que “estimule la terminación de una vez del Cementerio nuevo de Jiménez y avive la prestación personal (“Hacendera”) establecida, que está resultando muy deficiente, y se obligue de nuevo a los vecinos a que concurran a llevar los materiales necesarios”; según el Alcalde, “la necesidad del Camposanto es imperiosa, y las quejas del pueblo constantes”. Se presentan diversas cuentas relativas a aquella obra, y otra del Farmacéutico titular por medicamentos facilitados a pobres de la Beneficencia municipal.

       En la sesión del 18 de agosto[7] el 2º Teniente de Alcalde presenta Moción según la cual, siendo los cargos municipales gratuitos y habiendo percibido quienes desde 1925 a 1929 fueron Alcalde y Tenientes de Alcalde indebidos gastos de representación  por valor de 1.075 Pts. el Regidor, y la mitad de tal cantidad cada uno de sus Tenientes, deben ser obligados a su  reposición a las arcas municipales. Se acordó conocer en Pleno de este asunto (aunque agotó esta Corporación su mandato sin que así se hiciera). Finalizado el estío y sus labores, en la sesión del 6 de octubre se comisiona de nuevo al Secretario, esta vez para recoger en la Diputación Provincial las Cédulas Personales[8] del año actual, y se le nombra Recaudador de dicho impuesto con la gratificación de la parte que del mismo corresponde al Ayuntamiento, en atención “al trabajo y molestias que supone su cobranza y rellenarlas, particularmente en el pueblo de Jiménez”. En la misma reunión presenta el Teniente de Acalde 1º cuenta de 100 Pts. por materiales facilitados para la construcción del Cementerio de nuestro pueblo, y por la dirección de la prestación personal que se le había encomendado, y el Secretario otra de 4 Pts. por socorro ordinario de la Alcaldía a dos pobres de la provincia de Orense. 

       En tanto aquí se sucedían algunas sesiones suspendidas “por no haber comparecido Concejal alguno”, y alguna más de trámite, en el país, el 10 de octubre el Partido Socialista se unía al Comité Revolucionario prorepublicano. El 24 de noviembre se celebra sesión extraordinaria en la que, a instancia de Epifanio Miguelez Álvarez, de Jiménez, la Corporación  se declara competente para conocer de su denuncia contra el también vecino Félix Murciego Fernández, Presidente de la Junta Vecinal, por intrusión indebida de parte de un cembo y de un camino, ambos bienes comunales, para una huerta de su propiedad, al contrario de lo dictaminado en acuerdo del pasado 30 de julio, que ahora se repone, en que asignaba tal competencia, precisamente, a la propia Junta Vecinal. También se discute y aprueba el Presupuesto Municipal para el año 1931 por importe de 23.710 Pts.

       La siguiente sesión que se celebra, el 22 de diciembre, corresponde al Pleno ordinario del tercer periodo cuatrimestral de 1930, según disponía el Estatuto Municipal vigente. En ella, conforme a tal regulación, se ocupa el Pleno del examen de los acuerdos y la gestión de la Comisión Permanente durante el actual cuatrimestre, aprobándolos por unanimidad y haciéndolos suyos en este caso en todas sus partes. Se designa en esta reunión a los Vocales de la Comisión Evaluatoria y del Repartimiento General de Utilidades, que ha de encargarse de cubrir para el próximo año las atenciones que en el Presupuesto Municipal se señalan, lo que se hace por sorteo entre quienes integran las listas de los mayores contribuyentes y entre los que figuran en ellas con las menores cotas, en el reparto del año anterior. La Comisión la preside el Alcalde, y la integran los curas párrocos de los tres pueblos[9], además del mayor y el menor contribuyentes de cada uno de los mismos. El año tocaba a su fin; en Jaca, el día 12 del mismo mes, había fracasado el levantamiento militar republicano de los capitanes Galán y Hernández, fusilados dos días después, al que habían seguido huelgas generales en numerosas ciudades y el día 15 la sublevación de Cuatro Vientos, en la que tuvieron activa participación el comandante Ramón Franco y el general Queipo del Llano, exiliados tras ella en Portugal.

       Ya en 1931, el 7 de febrero se convocan elecciones a Cortes; el día 14 se suspenden y dimite el Presidente Berenguer, sustituido por el Almirante Aznar, con el cual la crisis monárquica se agudiza. El 13 de marzo se dispone la celebración de comicios municipales (con arreglo a la Ley Electoral de 1907, a la Orgánica Municipal de 1877, y al Censo de 1930), para el 12 de abril próximo, y nuestros Regidores se reúnen el 15 en Pleno y en sesión extraordinaria a tal efecto. En ella establecen que, dado el Padrón Municipal de 1929, de 2.431 habitantes, corresponden a la Corporación que se elegirá 10 Concejales, 5 por cada uno de los dos Distritos, el 1º que integran los pueblos de Santa Elena y Villanueva, y el de Jiménez  el 2º.

       El 27 de marzo, a las cuatro de la tarde, celebra el Pleno la última sesión, extraordinaria, de la era monárquica que pronto finalizaría, y la Comisión de Policía Urbana y Rural resuelve el viejo litigio de la intrusión en zona comunal en la parte sur del Camino de Herreros, en nuestro pueblo, estableciendo que “no procede el derribo del cercado por no ocasionar perjuicio al denunciante, a los bienes comunales ni a vecino alguno, ni tampoco al discurrir de las aguas por el Cauce Grande, y ser, al revés, la valla ornato público”; declaran tratarse de “una denuncia caprichosa de la época dictatorial, como caprichosos fueron los acuerdos en contrario del Ayuntamiento de 1924, resoluciones de la dictadura, en la que no existían Concejales de elección popular[10], como los actuales que toman este acuerdo, y por ser norma del presente gobierno dejar sin efecto la obra de la dictadura, en su mayor parte”. Y a ello se continuaron aplicando, y acordaron por unanimidad la desaparición de los distintivos de las Plazas de Primo de Rivera de los tres pueblos, “por considerar nefasto y perjudicial a los intereses generales y particulares”.

       El 12 de abril, domingo, se realiza la elección municipal, transformada en plebiscitaria y decisoria de la forma de gobierno por el previo, creciente y frontal rechazo a la Monarquía. Y triunfan las candidaturas republicanas, especial y mayoritariamente en las capitales provinciales, también en la  nuestra, a pesar de las facilidades que para lo contrario otorgaba la Ley Electoral que las regía, al suspender el que venía siendo requisito que impedía la presentación de Concejales en activo hasta pasados cuatro años de su cese, o la del artículo 29 que permitía la proclamación directa cuando por un distrito se presentaba un solo candidato[11]. El Rey se expatría, y se proclama el día 14 la República, y el 16 a los Regidores electos; se celebra en nuestro Ayuntamiento sesión extraordinaria el 21 para “constituirlo ante el nuevo régimen”, y así, cesan los anteriores y forman el nuevo los elegidos el 12 de abril: Miguel Peñín Ramos, Vicente Murciego Fernández, Antonino Rubio García, Simón Rubio García, Miguel Gordón Sanjuán, Pedro Carbajo Míguelez, Joaquín Álvarez Álvarez, Felipe Sanjuán Pérez, Segundo Murciego González, y Domingo González Esteban; algunos, como se ve, repiten. Se eligen después Alcalde y Tenientes de Alcalde, cuyos cargos, con ligera variación en su distribución, recaen en quienes ya antes los ostentaban.

       El 11 de mayo de 1931, mientras en algunos lugares del país arden conventos, se reúne la nueva Corporación en sesión extraordinaria presidida por quien es ahora Alcalde: Antonino Rubio García. Se fija el número de Comisiones y se nombra a sus integrantes; se estudia la denuncia que un vecino de Jiménez presenta contra otro por apropiación para su vivienda de vía pública en la calle de la Gerguería, al sitio de “El Tejar”, impidiendo el tránsito por ella hacia la Iglesia; también se retoma la cuestión de los fondos indebidamente percibidos por anteriores Regidores, cuantificándolos y resolviendo se instruya expediente para su devolución a las arcas municipales, aunque con tres votos particulares en contra de los Concejales que estiman “que debían haber tomado dichas cuentas las Corporaciones anteriores”[12]. El 22 de mayo, en la sesión extraordinaria que se está celebrando se presentan Rafael Mateos Cela, Simón Bolaños González, Lucas Pastor Vidal, y Primitivo García Sanjuán[13], portadores de  un Oficio del Gobernador Civil en el que se ordena “se constituya La Comisión Gestora del Ayuntamiento con los expresados señores, hasta que se celebren las elecciones del día 31 del actual[14] y quede éste definitivamente establecido”. Así lo acepta la Corporación que ahora cesa, nombrándose a continuación los cargos, que recaen en Rafael Mateos el de Alcalde, y en Primitivo García y  Simón Bolaños los de Tenientes de Alcalde 1º y 2º.

       Repetidas pues las elecciones, en la sesión del 3 de junio, mientras en el país se convocan las Cortes Constituyentes, aborda y define la Gestora, a pesar de su estado de interinidad, “la necesidad urgentísima de afrontar la terminación de nuestro Cementerio para proceder a la clausura definitiva del viejo por higiene y por humanitarismo”. No se realiza la definitiva constitución del Ayuntamiento según los resultados del 31 de mayo hasta la sesión extraordinaria del 26 de junio, y ello talvez  por no haber concurrido a las de los días 8, 15 y 22 la Comisión Gestora ahora cesante, que lo hace en presencia del Comandante del Puesto de la Guardia Civil de La Bañeza y dos Números, portadores de la orden del Gobernador que así lo dispone. Siendo los Concejales electos[15]: Miguel Gordón Sanjuán, Antonino Rubio García, Honorio de Blas  Álvarez, Maximino Chana Alonso, Domingo González Esteban, Victoriano Dominguez Peñín, Rafael Mateos Cela, Tomás Cabañas Carnicero, Simón Bolaños González, y Vicente Murciego Fernández, ocupa el cargo de Alcalde el primero de ellos, y los de respectivos Tenientes de Alcalde 1º y 2º los dos siguientes.

       Siguen sesiones ordinarias celebradas con frecuencia semanal, de las que entresacamos los asuntos tratados más reseñables: en la del 6 de julio se nombran las Comisiones  Municipales       y se presenta Moción para repetir, por defecto legal, la votación de elección de los Tenientes de Alcalde. En la del 13 de julio, un día antes de que se abran las Cortes y se cierre la Academia Militar General de Zaragoza, se vuelve a insistir en la urgencia de terminar la construcción del Cementerio de Jiménez, y de la limpieza de sus pozos y fuentes, para lo que se consignan del presupuesto 150 Pts., y “se requiere a los componentes de la Comisión de Evaluación del Reparto General de Utilidades para que la formen en cada pueblo inmediatamente sin excusa ni pretexto”. El 27 de julio, cuando desde hace ya una semana coexisten huelga general y ley marcial en Sevilla, se repite en nuestro Ayuntamiento la elección de los Tenientes de Alcalde, variando ahora el orden en que los titulares ostentan dichos cargos; se nombra además al Secretario Comisionado para el ingreso de los mozos en la Caja de León, que es donde este año se señala, y se requiere a los Recaudadores de Impuestos y a los Depositarios de los fondos municipales para que procedan a verificar los pagos más urgentes.

Proclamación de la 2ª República en María de Huerva (Zaragoza)       El 18 de agosto pasa a las Cortes el dictamen sobre el Proyecto de la nueva Constitución, y nuestros munícipes consideran en las sesiones de la segunda mitad de este mes la relación de deudas estimadas por el Recaudador “insolventes unas y otras muy difíciles de cobrar”; que se estimule desde la Alcaldía a la Comisión para que “haga con mayor celo y actividad la valoración de las Utilidades del Repartimiento General”; y se realice por la correspondiente Comisión Municipal un “detenido estudio para instar expediente pidiendo subvención al estado para la construcción de Escuelas y reparación de las existentes en los tres pueblos del Municipio”, acogidos a las recientes disposiciones del Ministerio de Instrucción Pública favorecedoras de los Ayuntamientos que por su situación económica no puedan atender a su provisión y a la dotación de materiales para ellas. La memoria se presenta en la sesión del 7 de septiembre, en la que también se nombra como representante de la Corporación en el recién creado Consejo Local de 1ª Enseñanza al Concejal Tomás Cabañas Carnicero, quien es Maestro Nacional (“sin ejercicio”, se dice), y resulta ser, además de un catálogo de la situación escolar de nuestros pueblos al que ya nos referimos en la anterior entrega de esta serie, una excelente muestra del estado económico y social que entonces imperaba en los mismos:

       Manifiesta el informe “que la situación económica de este Ayuntamiento es muy pobre, con solo tener en cuenta que el Presupuesto ordinario de Ingresos oscila ente 16.000 y 20.000 Pts. aproximadamente unos años con otros, con el cual se pretende solamente satisfacer casi siempre los gastos de carácter obligatorio. Por otra parte los contribuyentes en el año actual se hallan en una situación económica verdaderamente deplorable, pues se trata de un Municipio puramente agrícola en escala bien humilde donde la cosecha principal que es trigo y centeno, en este año precisamente es deficientísima por no haber llovido, por cuya circunstancia, además, la de alubias y patatas que existía se halla completamente seca agravando la precaria situación y haciendo que el vecindario se vea sumido poco menos que en la miseria.

       La única fuente de ingresos de que se nutre el Presupuesto de este Ayuntamiento es la del Repartimiento General de Utilidades por no existir otras exacciones, viéndose en la imposibilidad de aumentarlo en las necesidades  que el Municipio exige, pues al contrario, esta Comisión[16] entiende que debiera realizarse alguna rebaja en los Presupuestos para el año próximo por las razones apuntadas….”

   Se siguen produciendo sesiones, algunas de simple trámite, y otras, ya en octubre, en las que se aprueban los Repartimientos de Rústica y Urbana que han de regir para 1932, o se destinan 400 Pts de los Presupuestos municipales, a petición de los Concejales jiminiegos Tomás Cabañas, Rafael Mateos, y Simón Bolaños a sus compañeros, para la terminación de lo que resta del nuevo Cementerio, y su apertura, “en atención a que es un acto de verdadero humanitarismo la clausura del viejo que hoy existe en medio del casco del pueblo”, todo ello mientras Azaña alcanza la Presidencia del Gobierno después de la dimisión de Alcalá Zamora tras el debate del artículo 26 de la Constitución, sobre disposiciones en materia religiosa, y se publica la Ley de Defensa de la República. En la del 2 de noviembre se presentan diversas cuentas por adobes, madera y tejas para la obra del Camposanto de Jiménez, y acceden los asistentes “gustosos y por unanimidad” a la propuesta de los integrantes de la Minoría Socialista de “cambiar los nombres de las plazas de Jiménez de Jamuz, de modo que a la Plaza Mayor, señalada como de Primo de Rivera, se le dé el nombre de Pablo Iglesias, y en cuanto a las demás plazas, el nombre que estimen oportuno, dentro del Régimen actual, los demás compañeros que hoy se hallan ausentes”.

       El 12 de noviembre, en sesión extraordinaria, se requiere a quien había sido Depositario de fondos municipales en época pasada, Matías Vivas Pastor, “a que presente su cuenta con todas las cartas de pago que haya satisfecho”, y a los actuales Recaudadores Tomás Rubio Esteban y Gaspar Cabañas González “para que ingresen las cantidades que resulten justas”; también se cita al presente Depositario, Francisco Cabañas Carnicero, “para que verifique dichos ingresos”. Se discutió el Presupuesto para el año 1932, y quedó pendiente de ultimar por desconocer el importe de la partida de Gastos Carcelarios que se ha de abonar al Ayuntamiento de La Bañeza. Muestra de las estrecheces municipales, se da cuenta de una Circular en la que la Diputación apremia a este y otros Ayuntamientos; se acuerda “pedir un plazo prudencial para ingresar parte de lo que se adeuda y por el resto espere a que se cobre el Repartimiento General de Utilidades”. El día 19 el ex rey Alfonso XIII es condenado, en ausencia, por las Cortes, y el 23 en nuestro Ayuntamiento y en reunión ordinaria se ven obligados a negarse al pago de dos cuentas, una del Crédito Agrícola por 12 Pts, y la otra, por 30, de la Unión de Municipios Españoles, “por no existir cantidad presupuestada para ello,…, y ser tales gastos superfluos”, a la vez que se cifra el descubierto del antiguo Recaudador de Impuestos en 1.610,62 Pts, y “se considera de imprescindible necesidad obligarle al pago inmediato”, y en 1.984,63 el del actual, presente en el Salón de Sesiones, quien ruega y obtiene que “se le designen como auxiliares[17] personas prácticas que sepan las fincas de los hacendados forasteros que se niegan al pago del Impuesto de Utilidades, ya que el relatante, por no saberlas, se ve privado de cobrar”

       La siguiente y última sesión del año, extraordinaria, se celebra el día 24 de diciembre (antes, el día 9, se promulga la Constitución, y el 11 ha accedido a la Presidencia de la Republica D. Niceto Alcalá Zamora), y en ella se designa, de las listas de los mayores y menores contribuyentes en el año actual de cada uno de los pueblos, a los Vocales que han de confeccionar el Repartimiento General de Utilidades para el de 1932[18], al tiempo que se ultima el Presupuesto municipal para dicho año y se dispone su aprobación en la próxima sesión. Unos días más tarde, el último del año, se producirán sangrientos y luctuosos sucesos en el pueblo pacense de Castillblanco.

       Tanto la reseñada permanencia en este tiempo en la política municipal de nuestra tierra de las que ya habían sido elites locales en el anterior régimen, como su posterior trasplante unos años después al impuesto franquista del Nuevo Estado, se patentizan observando las identidades y apellidos de quienes en el periodo aparecen repetidamente en las Actas: de los González Esteban, uno, Domingo, es Concejal  desde el 21 de abril del 31 al 24 del mismo mes de 1936; otro, Tomás, ejerce de Concejal y después de  Alcalde en el Ayuntamiento franquista, hasta febrero de 1938 en que lo cesan (por “irregularidades” que originaron su procesamiento y que en el correspondiente capítulo de esta serie desvelaremos). De los Murciego Fernández, Felix es Presidente de la Junta Vecinal de Jiménez en marzo de 1931, y mayor contribuyente en ese año; Vicente, que ya era Concejal en 1930, sigue siéndolo en 1931 y hasta abril de 1936; y Justo será a su vez el primero de los alcaldes designados después por los golpistas, y Teniente de Alcalde más tarde hasta febrero del 38 en que es también y por lo mismo cesado. De los Rubio García, Antonino ya era Concejal y Teniente de Alcalde en 1930, y continuaría siéndolo en 1931 y hasta abril de 1936; Simón, Concejal en 1931, desde el 21 de abril al 22 de mayo, lo volvería a ser el 26 de julio de 1936 en la Gestora Municipal que entonces impusieron los sublevados.

 

Ourense, enero de 2007.

 


[1] Biblioteca Guerra Civil. Editorial Planeta DeAgostini. 2005.

[2]Habría sido común en nuestra tierra, según testimonio de mayores, comprar votos a cambio de media peseta o de una sola alpargata; la otra o el resto del billete los entregaba el cacique después de habérsele votado.

[3] Como afirma la historiadora María Xesús Souto Blanco en “Represión franquista”, artículo en DezEme, nº 2 (O Franquismo). Noviembre de 2000. Revista de la Fundación 10 de Marzo, de Comisiones Obreras.

[4] En las contadas ocasiones en que no se dan Sesiones con tal periodicidad, la suspensión se debe, siendo verano, a causas como “las faenas de la trilla y amenazar lluvia”, o “estar el día lluvioso y tener que recoger las mieses de las eras”.  

[5] Quienes superaban esta edad debían de ser residentes en el Municipio por más de dos años para integrar el Censo Electoral. Los mayores de setenta años y el clero estaban exentos de la obligación de votar.  

[6]Desconocemos quien o quienes de estos influían entonces  políticamente en nuestro Municipio. Llama nuestra atención, a propósito, la existencia en estos años en alguno de nuestros pueblos de terrenos pertenecientes al Marquesado de Esteva de las Delicias, titular de la Dehesa del Hinojo. 

[7] El día anterior líderes republicanos habían firmado el Pacto de San Sebastián, significativo paso hacia la República que vendría. 

[8] Antecedente hasta 1943 del DNI, tenían doble función: identificativa y de tributación directa. Su número se acercaba a 1.500 para todo el Municipio.

[9]Era el de Jiménez D. Emilio Ferrero Cobrero, natural de Morales del Rey (Zamora); lo fue desde 1915 hasta enero de 1931. De Santa Elena y Villanueva lo eran, respectivamente, D. Buenaventura Luengo Alonso, y D. José Antonio Pérez Vega. 

[10] En 1924 la Corporación Municipal había sido nombrada por designación gubernativa.

[11] En pequeñas localidades, los caciques “disuadían” a los candidatos oponentes. Así se privó de voto a un  20 % del electorado en lugares en los que de este modo triunfaron los monárquicos, y que dos años más tarde, con ocasión  de las Elecciones Municipales parciales que en los mismos se realizaron, Azaña definiría como “burgos podridos”.

[12] No existe posterior constancia en las Actas municipales de la efectiva devolución de los fondos.

[13] Sabemos de los dos primeros que eran socialistas (a ellos se alude en un Acta posterior como “la Minoría Socialista”). Formaron parte, en el otoño de 1936, de las 17 víctimas de la represión franquista de nuestro pueblo. Carecemos de otros datos que nos permitan asignar adscripciones políticas e ideológicas a nuestros munícipes para el periodo al que se refieren las Actas estudiadas.

[14] Se hubieron de repetir, en nuestro Ayuntamiento como en muchos otros de zonas rurales, las Elecciones del 12 de abril por irregularidades habidas en aquellas, denunciadas ante el Gobierno Civil y admitidas por éste, y a tenor de lo dispuesto por el Decreto del 14 de mayo (que anulaba para la repetición el art. 29 de la Ley Electoral de 1907)

 [15]  Lo serían hasta el 24 de abril de 1936, fecha en que son cesados.

[16] Es la Comisión Municipal de Instrucción Pública  la que elabora el informe, que se une al Expediente de solicitud de la subvención aludida.

[17] Se nombran así los siguientes auxiliares: Miguel Miguelez Álvarez, y Miguel Cabañas Carnicero, de Jiménez; Antonio Manjón Cuesta, y Felipe Sanjuán Cuesta, de Santa Elena; y Francisco Villar Falagán, y Francisco González Alonso, de Villanueva.

[18]Dejan ahora de serlo los curas párrocos de los pueblos, retirados de las Comisiones del Repartimiento por el Decreto del Ministerio de Hacienda del 18 de noviembre pasado.


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