El presente artículo corresponde al epígrafe de igual título del Capítulo VIII (1935. Las consecuencias del octubre rojo) del segundo volumen (LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA. La Segunda República y sus preámbulos en la comarca bañezana) de la obra LA BAÑEZA 1936. LA VORÁGINE DE JULIO (Golpe y represión en la comarca bañezana), en el que actualmente trabajamos.
José Cabañas González ============================================================================ Diciembre de 2012
A la mitad de agosto de 1935 Italia continuaba con el embarque de tropas para Abisinia, enviadas por Mussolini, por cierto, al igual que los cañones para aquella conquista, con las bendiciones del romano pontífice Pío XI (a pesar de que la Sociedad de Naciones considera a Italia país agresor y le impone sanciones económicas), y gran cantidad de españoles se han inscrito en su consulado en Barcelona como voluntarios en el ejército italiano para tomar parte en la segunda guerra contra Etiopía (la primera se había dado entre los años 1895 y 1896, cuando la invasión italiana del país, uno de los pocos casos exitosos de resistencia armada al colonialismo europeo del siglo XIX), en la que nuestro país se declarará neutral, se noticiaba el día 24, aunque como dirá Julio Camba en ABC, habrá aquí los bandos de los italianistas y los etiopistas, posicionados “no tanto por deseo de exterminar a la otra nación, como por afán de degollar al otro bando, al de derechas favorable a Italia el de izquierdas que se proclama a favor de Etiopía”, si bien, y como afirma aquel cuyo pseudónimo es K-Vernícola en El Adelanto del 19 de octubre, “muchos de los entusiastas del Negus no lo son por devoción a los abisinios, sino porque Roma está en Italia; y ni siquiera porque allí está Mussolini, sino porque en ella está el Papa”, al tiempo que “muchos italianos en edad militar abandonan el país ante el temor de una movilización general con motivo de aquel enfrentamiento”, mientras en España, al decir de El Diario de León, “las disensiones socialistas cada día son más hondas, y sigue el partido dividido en tres tendencias: las que comandan Prieto, Besteiro y Largo Caballero”.Celebración etíope en 1904 de la batalla de Adua de 1896. >>>>>>>>
Se rompen el 3 de octubre las hostilidades entre Italia y Abisinia, que decretaba la movilización general. Las tropas italianas avanzan sobre Ardua, y se producen numerosos muertos y heridos en los primeros combates. Lo relacionado con el país africano, invadido por Italia, estaba de actualidad, y narra El Diario de León el día 12 el episodio vivido hace unos años en la provincia leonesa por quien pretendía ser el verdadero emperador de Etiopía, que sostuvo cordiales relaciones con un industrial de Astorga y hasta estuvo a punto de hacer emperatriz de Abisinia a una bella señorita astorgana, “el negro príncipe Shevington, un personaje de leyenda que por enemistades e intrigas de la corte etíope huyó a Europa, donde estuvo en la guerra europea a las órdenes de Francia, pasando a primeros de 1921 por nuestra provincia trabando en Astorga amistad con el industrial chocolatero José Rubio Valcarce, desapareciendo al poco de la capital maragata para alistarse por cinco años en la Legión Extranjera cuando estaba reciente en el protectorado español el desastre de Annual, aunque estuvo enrolado solo tres, volviendo por Astorga a su licenciamiento en marzo de 1924 para visitar al señor Rubio y su familia acompañado de su secretario, con un lujoso automóvil, haciendo ostentación de hombre adinerado, y sintiendo verdadera predilección por una señorita astorgana perteneciente a la buena sociedad y que se ha casado hace varios años”, con la que mantendría un noviazgo e intercambiaría cartas desde su estancia en Córdoba, donde una enfermedad le retuvo en cama bastante tiempo. A la novia le llegaría a ofrecer ceñir la corona de Abisinia, y al señor Rubio, su amigo, a quien le apadrinaría una hija llamada Covadonga nacida por entonces, un alto cargo en aquel reino.
<<<<<<<<< Fotografía utilizada para alistar voluntarios en la conquista de Abisinia.
Durante su estancia en Astorga se celebraron algunos festejos en su honor, prometiendo a primeros de octubre de 1924 volver allí después de su viaje a Londres, lo que no hizo “acaso porque la señorita en quien había puesto sus ojos no correspondía a sus amores”. Dos días después concretaba el mismo periódico “algunos puntos más, para que se vea que no es pura fantasía”, tomados de lo que a este asunto habían dedicado otras publicaciones madrileñas, y en especial el Diario de Madrid, concluyendo que “el supuesto príncipe que el año 1924 estuvo en Astorga es a quien correspondería ser en la actualidad el verdadero emperador de Etiopía”, y que “aunque ahora no se habla de él es casi seguro que se encuentra en Abisinia presenciando la guerra que se ha desencadenado en su país”, una lucha que se hacía cada día más dura (se dice el 22 de noviembre): los abisinios combaten con el sistema de guerrillas y los italianos bombardean.
En el anterior relato, resumido, hemos recogido lo que El Diario de León publicaba por aquellas fechas, cuya trascripción literal es la que sigue:
El Diario de León.- 12-10-1935. (Sábado).
EL EMPERADOR DE ETIOPÍA POR TIERRAS LEONESAS.
Sostuvo cordiales relaciones con un industrial de Astorga y hasta estuvo a punto de hacer emperatriz de Abisinia a una bella señorita astorgana.
El Gobierno español también le tenía en concepto de príncipe, cuando fue licenciado del tercio.
Reclutas italianos partiendo para el frente etíope. >>>>>>>>
Todo lo relacionado con Abisinia tiene hoy actualidad por eso adquiere relieve entre nosotros los leoneses, un episodio vivido en nuestra provincia por un personaje que pretende ser nada menos que el verdadero emperador de Etiopía. Se trata de Shevington, príncipe etíope que más que príncipe parece un personaje de leyenda. Es casi seguro que este personaje es el verdadero emperador de Abisinia, por ser nieto de Menelik II, que a su muerte dejó dos hijos: la actual emperatriz de Etiopía y el padre de Shevington que falleció cuando este contaba muy pocos años de edad. A la muerte de su padre, como era muy niño, fue nombrada regente la esposa del hoy emperador de Etiopía. No se sabe de seguro si por intrigas habidas en la Corte o por otras causas, lo cierto es que Shevington enemistado con el emperador y altos dignatarios de la Corte, huyó a Europa, donde estuvo en la guerra europea a las órdenes de Francia.
VISITA POR PRIMERA VEZ ASTORGA.
Poco después de terminada la guerra europea, hacia primeros del año 1921, el supuesto príncipe estuvo en nuestra provincia. En Astorga trabó amistad con el entonces industrial chocolatero don José Rubio Valcarce. Este industrial ha fallecido hace aproximadamente siete años, por lo que hemos tenido que valernos de segunda persona para adquirir los datos de cuanto se relaciona con la estancia de este personaje en la capital maragata. No bien llegado a la ciudad la casualidad quiso que el supuesto príncipe hablase con el industrial citado, a quien desde entonces al decir de él mismo, tuvo por el mejor amigo.
Por aquellos días tuvo frecuentes entrevistas con el señor Rubio, de las cuales conservó siempre el negro un grato recuerdo. A los pocos días desaparecía de la capital maragata para alistarse en la legión, ya que por entonces había tenido lugar en nuestro protectorado español el llamado desastre de Annual.
<<<<<<< Menelik II.
EN LA LEGIÓN.
Alistado en la legión siguió conservando un grato recuerdo del señor Rubio, a quien escribió varias cartas. De estas no se conserva ninguna, aunque si otras, que más adelante daremos a conocer a nuestros lectores. En la legión firmó un contrato por cinco años. A los tres se licenció y parece ser que el licenciamiento obedeció a gestiones de Gobiernos extranjeros, probablemente del inglés, aunque esto no ha podido ser bien aclarado. Lo cierto es que a la familia del señor Rubio, a quien vino a visitar más tarde, confesó que su licenciamiento obedecía a una reclamación diplomática.
Su licenciamiento fue presenciado por numerosos legionarios que despidieron a su antiguo compañero dándole los honores de príncipe.
VUELVE A ASTORGA.
Su licenciamiento tuvo lugar aproximadamente por el mes de marzo del año 1924 y a los pocos días volvió a Astorga. En este viaje venía acompañado de otro personaje llamado Ricardo, que parece que era español y venía con el supuesto príncipe en concepto de secretario particular. Tal vez hubiera sido compañero de armas en la legión.
Esta segunda y última vez llegó en automóvil, que decía era de su propiedad. Su primera visita fue para el señor Rubio y familia. Aseguraba que venía exclusivamente a ver a sus amigos, a quienes nunca podría olvidar. Durante su estancia en la ciudad maragata hacía ostentación de hombre adinerado; frecuentaba los lugares a los que iba la alta sociedad, teatros, casinos, etcétera. Fue cuando ya manifestó que era príncipe y que pronto sería proclamado emperador de su país.
Al principio todo lo que decía se tomaba a chacota, pero más tarde fue propagándose la idea de que se trataba de un personaje que encerraba algún misterio.
¿TENÍA NOVIA EN ASTORGA?
La amistad que tenía con el industrial chocolatero le obligó a confesar que sentía verdadera predilección por una señorita astorgana, cuyo nombre nos está vedado decir; pero si podemos afirmar que aquella señorita pertenecía a la buena sociedad astorgana y que se ha casado hace varios años.
Al principio ésta, como las demás astorganas, tomaba al supuesto príncipe por un personaje extraño, a quien no podía dar ninguna clase de crédito; pero a medida que pasaban los días fue creciendo en ella la idea de que se trataba de un personaje poderoso. No debió de desagradar a la señorita el antiguo legionario, pues como más adelante veremos, sostuvo relaciones con él y hasta se cambiaron cartas entre ambos, durante la estancia del supuesto príncipe en Córdoba. No sabemos a ciencia cierta el tiempo que este personaje estuvo en esta segunda y última vez en Astorga, pues, como decimos anteriormente, su “mejor amigo” el señor Rubio Valcarce que es quien podría facilitar datos completos ha fallecido.
MARCHA DE ASTORGA.
De Astorga se ausentó con la firme promesa hecha al señor Rubio de volver nuevamente, al mismo tiempo que le hacía proposiciones para ir a Abisinia, donde él procuraría darle un alto cargo. Marchó a Córdoba y, en esta ciudad, una enfermedad le retuvo en cama bastante tiempo. Desde esta población escribió distintas cartas al señor Rubio. En todas le trataba como a su intimo y mejor amigo.
Una calle de Astorga en los años 30. >>>>>>>>>
PADRINO DE UNA NIÑA.
La amistad que sostuvo con el señor Rubio llegó a tal grado que prometió apadrinar a una hija de éste que nació por aquellos días en que se encontraba enfermo en Córdoba. El señor Valcarce aceptó la proposición y, aunque al acto del bautizo no estuvo presente el futuro emperador de Etiopía, en el registro figura como padrino dicho personaje.
LA PRIMERA CARTA.
La primera carta que conserva la viuda del señor Rubio, doña Aurelia Murias, es una que tiene fecha de 25 de septiembre de 1924. Está fechada en Córdoba. En ella se interesa por la señorita astorgana con quien se suponía sostenía relaciones. Después de manifestar que la había enviado dos telegramas, se expresaba de este modo refiriéndose a la supuesta novia: “Para ella será un sueño el que yo me case con ella, pero no lo es sino que para mí la dicha mayor consistirá en que desease ceñir sobre sus sienes la corona de Abisinia”.
El 29 de septiembre escribe otra carta al señor Rubio. Le anuncia que en breve saldrá para América, pero antes quiere pasar por Astorga. Muestra sus deseos de que su presunta novia sea madrina de una niña que por aquellos días había nacido al señor Valcarce, y termina diciendo que, una vez restablecido, vendrá a Astorga.
Pocos días después se efectuó el bautizo, sin que se cumplieran los deseos del supuesto heredero de Etiopía. No obstante esto la señorita astorgana figura como madrina de Covadonga, que así se llama la ahijada de Shevington.
LA ÚLTIMA CARTA.
Durante aquellos días envió varios telegramas a los señores Rubio, y el día cuatro de octubre escribe la última carta que doña Aurelia Murias conserva en su poder. Manifiesta mucho sentimiento porque no fue madrina de Covadonga la señorita por quien él mostraba tanto interés, pero espera que la consideren como tal. Agrega en la carta: “Pasado mañana, domingo, salgo para Algeciras y continuaré el viaje a Londres, para ventilar asuntos importantes de mi país con aquel Gobierno”.
Esta es la última carta que obra en poder de doña Aurelia, aparte de una tarjeta que también envió, con el escudo imperial de Abisinia. Aunque en esta última carta prometía a los señores de Rubio venir nuevamente a Astorga, no lo hizo, acaso porque la señorita en quien había puesto sus ojos no correspondía a sus amores.
<<<<<<<<< Soldados italianos en Etiopía.
FESTEJOS EN ASTORGA.
Durante su estancia en Astorga se efectuaron algunos festejos en su honor. Al pronto no se tomaba en serio lo que decía, pero más tarde adquirió visos de certeza en Astorga la idea de que era el verdadero emperador de Etiopía.
LA MARCHA DEL EX LEGIONARIO.
Por aquellos días marchó a Londres como indicaba en la última carta que escribió al señor Rubio. Un periódico de León baba la noticia en los siguientes términos: “Completamente restablecido de la enfermedad que le aquejaba marchó de Puerto Real a Cádiz, donde tiene su residencia, el príncipe Shevington de Abisinia. Fue despedido por las autoridades y personalidades más salientes de la población. Durante su estancia en Puerto real fue objeto de numerosos agasajos y muestras de atención.
Por orden telegráfica del ministro de la Guerra al capitán general de la Región y de éste al Gobernador Militar de Cádiz, partió a Puerto Real un médico militar para atender y trasladar al príncipe de Abisinia en caso de que su enfermedad lo requiriese.
Su Alteza agradeció mucho el ofrecimiento oficial y no hizo uso de él por encontrase ya restablecido”.
He aquí como se expresó uno de los periódicos que dio la noticia de su enfermedad. Claramente se deduce que el Gobierno español no había tomado el caso como uno de tantos que se presentan. Este supuesto príncipe hasta para el Gobierno era el futuro emperador de Etiopía.
Artillería italiana en Tembien (Etiopía) en 1936. >>>>>>>
LAS RELACIONES CON LA SEÑORITA ASTORGANA.
Las relaciones con la señorita astorgana dieron comienzo a los pocos días de haber llegado a Astorga licenciado del Tercio. El carácter simpático y bondadoso del príncipe hizo ver en la señorita un personaje a quien adornaban bondades extraordinarias. Las relaciones que éste había adquirido en la aristocracia le sirvieron de mucho para lograr el objetivo que se había propuesto. No bien la conoció mostró deseos de acompañarla. Esta aceptó la propuesta aunque nos consta que nunca tomó en serio las pretensiones del supuesto heredero de Etiopía. En Astorga, como ya hemos dicho, Shevington frecuentaba los centros de la buena sociedad, y esto le proporcionaba ocasión de acompañar con más frecuencia a su deseada. A los pocos días marcha a la Toja esta señorita, y a continuación el supuesto príncipe a Córdoba.
<<<<<<<< Soldados italianos en Etiopía.
El Diario de León.- 14-10-1935. (Lunes).
LA AVENTURA DEL PRÍNCIPE ABISINIO EN TIERRAS LEONESAS.
Descarrila el tren en Plasencia y hay muertos y heridos.
Generosa correspondencia con la señorita astorgana.- Esta rompe las relaciones.- Shevington es el verdadero príncipe de Abisinia, según “Diario de Madrid”.
Después de la información publicada en el último número relativa al príncipe abisinio hemos de concretar algunos puntos más, para que se vea que no es pura fantasía. De este asunto se han ocupado otros periódicos de Madrid, y en especial “Diario de Madrid”, con la diferencia de que ellos han hecho alusión a la estancia de Shevington en nuestra provincia, que es para nosotros lo que más interés despierta.
El supuesto heredero del trono etíope la segunda y última vez que estuvo en Astorga, pasó de un mes, durante el cual alternó con la aristocracia de la población. En el Casino de Astorga, y allí debe constar en acta, se dio un festival en su honor al que acudió muchísima gente.
<<<<<<< Tropas italianas en la ocupación de Etiopía.SE ESCRIBIÓ DURANTE MUCHO TIEMPO CON LA SEÑORITA.
En la última información ignorábamos si la correspondencia que había tenido la señorita astorgana había sido mucha y frecuente; hoy sabemos que fue copiosísima y que duró no solamente el tiempo en que estuvo enfermo en Córdoba y en Inglaterra, adonde según él fue reclamado por su país, sino después de haber regresado a Etiopía. El supuesto príncipe en todas las cartas se expresaba en términos encomiásticos para España.
EL PRÍNCIPE EN PELIGRO.
Sabemos de fuente muy autorizada que la correspondencia con la señorita astorgana, de quien dejamos hecha mención, comenzó tan bien hubo salido de Astorga, desde Plasencia envió la primera carta a la futura emperatriz, y esto obedeció a que el tren en que viajaba descarriló en las inmediaciones de la población dicha, descarrilamiento que tuvo graves consecuencias, ya que en él perecieron algunas personas y hubo bastantes heridos. El exlegionario no podía menos de comunicar a aquella en quien había puesto sus ojos la noticia de que había salido ileso del accidente.
Desde Córdoba fueron muchísimas las cartas que escribió y lo mismo desde Londres y Abisinia.
COMO CESARON LAS RELACIONES.
Las relaciones que se prolongaron bastante tiempo cesaron por voluntad expresa de la señorita astorgana. Esta, que nunca había tomado en serio las cosas, tampoco quería ser protagonista de una aventura.
Batería italiana en Etiopía (octubre de 1936). >>>>>>>>>
¿ERA EL VERDADERO PRÍNCIPE?
Ya queda expuesto que era el príncipe de Abisinia, pero si esto fuera poco, copiamos a continuación lo que dice en una información el “Diario de Madrid”
“…entre los hijos de Menelik II figuraban el padre del príncipe Shevington y la que hoy es emperatriz de Abisinia. Poco antes de la muerte del invencible Negus, Shevington había quedado huérfano, de manera que al desaparecer el rey le correspondía el trono etíope. Como aún era un chiquillo se nombró regente a su tía carnal, a la mujer del poderoso “Ras” Tafari, hoy Rey de Reyes, y el pequeño Shevington quedó encomendado al cuidado de varios fieles de Menelik. La regente y su marido se aposentaron en Addis Abeba. Pronto comenzaron a tejerse intrigas entre los altos funcionarios de la corte negra, intrigas a las que, según parece, no era ajeno el regente consorte, que tendía a desplazar definitivamente de la gobernación del Estado al nieto de Menelik, vinculando el poder a una nueva dinastía que comenzaría con los entonces regentes.
El “ras” Tafari, hombre decidido, inteligente y dominador, viéndose cerca del trono se propuso llegar hacia él. La regente nada podía hacer en contra, pues según las costumbres feudales, imperantes en Abisinia, no era sino un instrumento dócil en manos del marido.
Por todos estos datos que anteceden y otros el supuesto príncipe que el año 1924 estuvo en Astorga es a quien correspondería ser en la actualidad el verdadero emperador de Etiopía.
Así lo creyó el Gobierno español que entonces estaba al frente de los destinos del país, en primer lugar licenciándole de la Legión, sin haber cumplido el compromiso, y más tarde dándole toda clase de facilidades, durante la estancia en nuestra nación.
Los periódicos que dieron la noticia de su marcha a Inglaterra así lo creyeron al dar la noticia.
Aunque ahora no se habla de él es casi seguro que se encuentra en Abisinia presenciando la guerra que se ha desencadenado en su país.
<<<<<<<< La rápida victoria italiana donde unas décadas antes habían cosechado una contundente derrota.
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Mussolini revista tropas en Etiopía. >>>>>>
<<<< La guerra Italo-Abisinia en una revista ilustrada de la época.