EL CARNÉ DE LA UGT DEL SR. FAUSTO
Escondido por su titular, quien fue nuestro convecino Fausto Vidal Pastor, desde los inicios de la sublevación militar y entregado, como ya se dijo, en los inicios de la recuperación democrática al que fue segundo Alcalde y el primero socialista después de aquella, Valentín González Carbajo, quien nos ha facilitado estas imágenes, y a quien agradecemos por ello. Destacamos en este documento el hecho de figurar Fausto Vidal como el asociado número 42 (43 aparece en otro lugar) de la Sociedad de Oficios Varios (en la que por lo visto se integraban los alfareros) de la UGT de nuestro pueblo, lo que nos viene a mostrar una alta afiliación entonces a este Sindicato entre nuestros trabajadores. Creemos también significativa la fecha de afiliación de Fausto Vidal, el 20 de abril de 1936, después del triunfo del Frente Popular en las anteriores elecciones Generales de febrero, y el renovado entusiasmo y la esperanza en los cambios y mejoras que el mismo aquí como en todas partes vino entonces a representar. El rápido triunfo alcanzado en julio en nuestra tierra por los sublevados impidió a Fausto y a muchos otros y otras continuar con las cotizaciones sindicales, en su caso poco después de haberlas iniciado.
Fausto Vidal fue uno de los nueve voluntarios integrantes de la Guardia Municipal nombrada por la Corporación en su Pleno del 19 de julio de 1936 entre los miembros de las Juventudes Socialistas de nuestro pueblo, para mantener el orden y la legalidad republicana y constitucional en el mismo. Fue uno de los solo tres que no sucumbieron bajo el terror fascista en las masacres y desapariciones de septiembre y noviembre, aunque si llegó a ser detenido junto con otros convecinos en el Cuartel de la Guardia Civil de La Bañeza el día 20 de septiembre, y allí torturado durante varios días (peor suerte le cupo a Agustín Fernández García, otro de los con él detenidos, asesinado-desaparecido desde entonces). Más tarde fue Fausto uno más entre los muchos de nuestro pueblo sometidos a multas arbitrarias y despojos, así como obligados a la reconstrucción de la Ermita de la Vera Cruz, para expiar su pasada adscripción al socialismo.
Pasados los años, ya en nuestra infancia y primera juventud, se ganaba la vida y sacaba a su familia adelante regentando en alquiler, y hasta su jubilación, uno de los café-bares del pueblo (el bar del Sr. Fausto, en el mismo local que hoy ocupa la cafetería La Perdiz).
Valgan estas líneas como homenaje al Señor Fausto y a cuantos y cuantas como él, en nuestro pueblo y en tantos otros lugares, sufrieron tan injustas represalias y vieron sus vidas y sus esperanzas truncadas o torcidas por quienes, no respetando las decisiones democráticas y mayoritarias de sus coetáneos, se impusieron a los mismos por el odio, la fuerza y la barbarie.
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