(EN EL 80º ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN)El presente artículo corresponde al epígrafe de título Aparece El Adelanto del Capítulo V (1935. De Castilblanco a El Adelanto en La Bañeza) del segundo volumen (LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA. La Segunda República y sus preámbulos en la comarca bañezana) de la obra LA BAÑEZA 1936. LA VORÁGINE DE JULIO (Golpe y represión en la comarca bañezana), en el que actualmente trabajamos.
José Cabañas González ============================================================================ Diciembre de 2012
El 29 de noviembre de 1932 comunica al gobernador civil y a la alcaldía bañezana Eugenio Llamas Ferrero, director de la oficina del Banco Central, que “bajo su dirección se publicará los sábados El Adelanto” (a finales de abril de 1933 será sustituido por Santiago Manjón Martínez), aunque el regente efectivo fuera siempre el sacerdote Ángel Riesco Carbajo, coadjutor de la parroquia de El Salvador, quien tal vez no se ocupara de los trámites de la autorización del semanario para no obstaculizarla por causa de la reciente sanción gubernativa que le había sido impuesta por desafecto al régimen republicano y poseedor de escritos conspirativos contra él, y por las mismas razones pudo no ser el presbítero y si de nuevo Eugenio Llamas quien solicitara el 15 de diciembre permiso para celebrar el día 18 en la Iglesia de Santa María una reunión a la que se llamó desde la circular repartida al vecindario y anuncio en El Adelanto y que tratará de establecer (como así se hizo) en La Bañeza una Junta parroquial para ocuparse del sostenimiento del culto y clero en la ciudad, cumpliendo lo preceptuado en la pastoral del obispo de León con ocasión del inicio del otoñal mes del Rosario de “aplacar la justicia divina atendiendo a lo uno y lo otro y a seminaristas pobres, y ayudando a la buena prensa…” (de la que la nueva publicación pasaba a formar parte). Integraron la comisión organizadora de aquella iniciativa Joaquín Nieto, José Marcos de Segovia, Mariano de la Fuente[1] y el director de El Adelanto, y la Junta que recaudará, administrará y distribuirá los ingresos procedentes de la suscripción fija y voluntaria establecida: Laureano Alonso González (médico), Manuel Ramos García (comerciante), Joaquín M. Moro García (industrial), Marcelino Martínez Simón (labrador), Valentín González Castro y Francisco López Ordás (obreros), además del párroco o sacerdote delegado y Joaquín Nieto.Surgía El Adelanto el día 3 de diciembre (sábado), propiedad de la parroquia de Santa María (regida por don Lucas Castrillo Martínez) e impulsado por don Ángel Riesco, “su director de hecho y de derecho”[2], para contrarrestar la influencia del semanario izquierdista Avance (editado en La Bañeza, “contra el caciquismo y la clerecía”, desde el 12 de marzo del mismo año 1932) y para llevar las consignas y doctrinas católicas y morales a la sociedad bañezana y de la comarca, comprometidos con el coadjutor para lanzarlo y mantenerlo una pequeña plantilla de feligreses entre los que formaron los abogados Laureano Alonso y Diez-Canseco, José Santos Fernández (notario en Santander), y José Marcos de Segovia, Eugenio Fernández, Conrado Blanco León, y Agustín Quiñones (que se encargó de los deportes), todos los cuales solían escribir con pseudónimo, incluido don Ángel (que utilizaba varios, Demófilo, Dionisio, Jesús Requejo, K-Vernícola, Clarito, entre ellos), continuando además la colaboración de algunos de aquellos en La Opinión, que siguió publicándose durante los primeros meses de 1933 y en cuya desaparición influyó tal vez el trasvase de las más caracterizadas de sus firmas a la novel cabecera.
Se tiraba el nuevo semanario en la imprenta de la Viuda de Manuel Fernández (doña Encarna), en la que el tipógrafo socialista Ramón Santos Prada era maestro de taller y junto al que había un grupo de cajistas encargados de componer los diferentes artículos, así como las editoriales y anuncios. Se distribuía a suscriptores y en La Buena Prensa al inicial precio de diez céntimos[3], e incluía desde el 10 de diciembre en sus páginas, “como atención preferente a las clases menesterosas y porque así se lo dicta su programa social y religioso”, una sección que llama “Bolsa de Trabajo” en la que darán cabida gratuita a las demandas de empleo de los trabajadores y las ofertas de los patronos. Contiene también composiciones poéticas a veces mordaces contra los planteamientos y usos de quienes serán tomados desde el principio como enemigos declarados y blanco de sus ácidas diatribas: marxistas, masones, ateos, y laicos (“los sin Dios”, en suma). Contra el laicismo precisamente se blande en la edición del día 24 (en el poema Cantares) un argumento curioso y desde luego más convincente para el sexo masculino: ¿Tú eres varón? Pues tendrás / más pasión, más ocasión; / luego necesitarás / más dosis de Religión. A la lucha y a la defensa de los intereses político-religiosos que lo animan dedicará en este tiempo y a lo largo del restante del periodo republicano el semanario el grueso de las secciones y artículos que llenan sus páginas, algunos publicados previamente por El Diario de León, y de ellas entresacamos los retazos que siguen.
En el mismo establecimiento bañezano (regentado por María y Aurora y sito en la calle Juan de Mansilla, frente a la iglesia de Santa María) se vendía también por entonces, entre otras publicaciones merecedoras de hallarse en uno con aquel apelativo, el hebdomadario Ideas, de Acción Obrerista, partido-sindicato católico de asalariados creado en Madrid recientemente al calor de Acción Popular y su Coalición Española de Trabajadores para frenar la pérdida de preeminencia del sindicalismo amarillista y católico en favor del de clase, que anunciaba su próxima implantación en la capital de la provincia, y que llevaba la doctrina social de la Iglesia católica a los extremos de abogar por el reparto equitativo de las plusvalías del trabajo entre el patrono y los asalariados, y a pedir el salario familiar colectivo, que no tiene nada de utópico, dicen, por cuanto ya se concede en Norteamérica, y aquí, “en una fábrica harinera de Benavente llévase ya con este salario redentor la paz, el pan y la cultura, y también la gracia de Dios, a muchas familias”. A primeros de enero de 1933 se constituirá en Astorga una sociedad obrera de esta agrupación, “que ya actúa bajo el lema Religión, Familia, Propiedad, Enseñanza, Orden y Trabajo” (decía El Diario de León), la misma que en ofensiva político-sindical se había lanzado en numerosos pueblos del sur para contar con mano de obra barata y debilitar a los sindicatos de izquierda, ofreciendo empleo, por salarios muy inferiores a los establecidos en las bases de trabajo, a quienes abandonaban las filas de la ugetista Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra (FNTT)[4], y que pretendía hacer de los campesinos leoneses muchos pequeños propietarios mediante el patrimonio familiar y obrero que también para ellos propugnaba[5]. Un poco antes, al inicio de diciembre de 1932 (precisamente cuando surge El Adelanto), según el censo establecido desde el gobierno civil de la provincia, se dice que son unos 300 los afiliados al sindicato UGT en las tierras bañezanas[6].
Había irrumpido el nuevo “semanario católico independiente” (así se definía) combativo y beligerante, recuperando y reactivando en La Bañeza incluso controversias y pugnas que ya habían tenido su cima de algidez y su declive un año antes (como la de la laicidad de la enseñanza, exacerbada ahora) e introduciendo otras como la de la retirada de las asignaciones estatales al culto y clero que (al contrario de las respuestas en otros lugares provinciales) habían tenido aquí escaso eco, atizadas ardorosamente ahora por plumas casi siempre ocultas por pseudónimo, y entre los propósitos de actuación y metas que en su número del 31 de diciembre se marcaba El Adelanto para 1933 se hallan los de “potenciar la Acción Católica y luchar, hasta dar la sangre si es preciso, por la prensa y la enseñanza cristianas, combatiendo el esperpento, el monopolio inicuo de la escuela única, laica, atea, aborto de la masonería, que quiere descristianizar España y poner a todos los niños en manos de cuatro maestros sin Dios…, no enviando jamás a los hijos a esa escuela e impidiendo que vayan los de los parientes, amigos y conocidos, y favoreciendo por todos los medios los colegios católicos; peleando contra el divorcio (y los matrimonios civiles, que también en la ciudad se iban produciendo) como leyes injustas, heréticas e inmorales; guerreando hasta desterrar a la prensa impía, oponiendo a la prensa mala la prensa católica, favoreciéndola y reforzando este arma de combate”. Así, de acuerdo con aquellas pretensiones, traería frecuentemente a sus páginas artículos de la buena prensa de derechas, como El Debate, del que copiaba para su primer número del nuevo año el que versaba sobre la influencia masónica en las decisiones del gobierno de España.
Una oposición maniquea entre el Bien y el Mal presentes en los textos fascistas de preguerra[7] y en el discurso de la prensa de derechas desde abril de 1931, mantendría el semanario católico independiente bañezano desde su creación y a lo largo de la época republicana (exacerbada en momentos como los electorales de noviembre de 1933 y los de 1936 y los posteriores a la revolución de octubre de 1934) y enardecida hasta la exaltación de la Cruzada después del golpe militar que desatará el enfrentamiento armado.
En La Bañeza, según El Adelanto, la Juventud de Acción Popular se proponía a finales de noviembre de 1933 iniciar la campaña electoral dando mítines y conferencias en los pueblos principales del partido, y “como estas propagandas cuestan sus buenos puñados de pesetas, se encarece a los elementos de derechas a que coadyuven en esta hermosa labor”. Se anima al triunfo, y a votar contra las izquierdas para evitar “la vuelta a los días de prisión de sacerdotes y de personas de significación católica” (alusión aquella sin duda local y muy directa, pues no estaban muy lejanas las respectivas detenciones de los dos principales soportes del semanario, Ángel Riesco Carbajo y José Marcos de Segovia), y se seguiría haciendo en los sucesivos números, llamando a “votar contra los verdugos de España, contra los que han perseguido nuestros ideales y conculcado con sus decisiones la Religión que profesamos”, y por la candidatura agraria, cuya lista y programa presenta en las portadas, señalando a quienes se ha de votar (agrarios y personas de orden) y a quienes no: “ningún católico puede votar en conciencia a radicales”. Aunque muchos de ellos fueran conservadores ideológica y socialmente, como lo era su líder bañezano el militar y diputado Herminio Fernández de la Poza (tenido en 1939 por masón), quien a pesar de sus cercanos familiares valedores no podrá evitar ser represaliado por el franquismo (al que después rendirá importantes servicios bélicos) con multa y una breve detención en el otoño de 1936.
Al principio de enero de 1934 se denunciaba desde El Adelanto que los lectores de El Debate y ABC de la ciudad bañezana están hartos de verse burlados por el servicio de Correos, y que no entienden que saliendo los paquetes de periódicos del mismo lugar, en la misma fecha, y por el mismo conducto, lleguen a unos destinatarios y a otros no, por no ser gratos a ciertos elementos, y se anuncia que, de no corregirse la anomalía y la arbitrariedad, desde La Buena Prensa elevarán queja documentada y firmada por los lectores al ministro de Comunicaciones contra el entorpecimiento de que son objeto las publicaciones de derechas, que no debió de cesar, pues el 17 de marzo desde el semanario se continuaba acusando de seguir siendo escamoteados y saboteados los ejemplares de El Debate por socialistas de los servicios de Correos, y de que en La Bañeza el día 13 hubo de bajarse de la estación para La Buena Prensa el paquete de aquel diario protegido por la Guardia Civil. El 14, miércoles, ya no llegó, sino que lo llevaron a Astorga, de donde lo devolvieron al día siguiente por la mañana.
Ya el 25 de marzo de 1933 se habían quejado desde El Adelanto de que “algunos suscriptores de muy cerca de La Bañeza no reciben el semanario que les envían por correo”, impedimentos y obstrucciones que también se practicaron antes contra el socialista semanario Avance, en el que el 17 de septiembre de 1932 se relatan las dificultades existentes para que lleguen los ejemplares a lugares como Redelga, Bercianos del Páramo o La Nora, y como en Santa María se agudizan, pues “hay allí cura que sale al paso de los peatones del correo y los cachea para despojarlos de la prensa mala”. Las de El Adelanto se reproducían en enero y febrero de 1936, según cuenta su corresponsal en Destriana el día 8, en plena campaña de las elecciones generales que se celebrarían el día 16, quien señala que “desde hace más de un mes ha vuelto a llegar allí aquel semanario con retraso, como otras veces en que también se ha protestado por las trabas y estorbos que se dan en la administración de Correos bañezana”. Ya adivina el delegado en la Valduerna donde puede estar la causa, añadiendo que “el que tenga oídos que oiga y no dé lugar a que alguien se tome la justicia por su mano”. No solo se saboteaba en ocasiones, al parecer, a la prensa de derechas, pues el 25 de marzo de aquel año desde la Agrupación Socialista de Sabero se trasladaba queja al administrador de Correos de León por la repetida falta de los paquetes del periódico El Socialista que allí se envían (noticiaba La Democracia entonces).
A la mitad de julio de 1935 en La Bañeza, desde El Adelanto, el sacerdote que firma K-Vernícola se sigue oponiendo a practicar la cristiana compasión con los sentenciados capitales por los tribunales que continúan juzgando a los revolucionarios de octubre del 34, algunos de los cuales eran aún perseguidos y detenidos, como Moisés Rodríguez Martínez, de 30 años, complicado en los sucesos de la cuenca del Sil y apresado al finalizar el mes por la Benemérita de Valencia de Don Juan.
“Lea usted Trabajo, el periódico reivindicador de los derechos proletarios. Nada de política. Todo por el obrero y para el obrero. El gran periódico de los obreros todos, sin matiz político. 15 céntimos. De venta en La Buena Prensa. La Bañeza”, proclamaba la publicación bañezana el día 14 de septiembre del mismo año 1935, y añade que “se anuncian elecciones municipales (para el mes de noviembre se preveían una vez más, sin que tampoco entonces llegaran a realizarse), y urge una amplia inteligencia de las fuerzas de orden para llevar al ayuntamiento una digna representación de La Bañeza y que no se vean más las corporaciones de gentes socialistas y de desgobierno padecidas hace algún tiempo que se entretenían en comprar lápidas laicas y en quitar las cruces del cementerio” (aunque en el ayuntamiento republicano-socialista al que se aludía los segundos habían estado en minoría de cuatro frente a ocho del total de doce concejales).
En su número del 2 de noviembre insiste El Adelanto en que en La Bañeza se continúa ”sin movernos” (así titula el suelto), y en que “desde los últimos escritos sobre la necesidad de lanzarse a la propaganda política y social en nuestra ciudad se han celebrado actos de tal naturaleza en León, en Astorga, y en casi todas las poblaciones limítrofes de categoría similar, y en otras muchas muy inferiores. Todos se mueven, todos se ponen en marcha por el camino que conduce a la victoria, y nosotros seguimos sin movernos. Están equivocados quienes creen que el fermento revolucionario ha muerto; está oculto, agazapado, esperando el momento oportuno para lanzarse sobre los incautos y descuidados que pagarán muy cara su imprevisión y su descuido. Muchos, la mayoría, de los que piensan en revolucionario, y serán un día quizás puñal asesino o pistola traidora, viven en el mayor de los engaños… Hay que fomentar la propaganda. Hay que organizarse en nuestro pueblo. Cuando un día (en los de la revuelta de octubre de 1934) sonó por nuestras calles el grito de ‘!vienen los de Fabero¡’ el pánico irrumpió en todos los hogares aquella noche aciaga. Si los de Fabero hubieran venido en realidad habrían rodado cabezas de bañezanos, habría habido fusilamientos y pillajes. Las casas hubieran sido destruidas, las mujeres deshonradas y escarnecidas, los niños terriblemente mutilados, y la muerte hubiera sentado sus reales sobre este pueblo digno de mejor suerte. Pues los de Fabero se están criando entre nosotros, transitan por nuestras plazas, se codean con sus futuras víctimas. Un pueblo que crece en la ignorancia de la religión y la moralidad y es presa de prédicas continuas y disolventes es la mejor escuela de asesinos y bandoleros. ¿Qué se hace para evitar esto? Nada en absoluto”.
Miraba a primeros de diciembre de 1935 hacia atrás El Adelanto y realizaba balance de los tres años de la publicación, con ausencias justificadas de colaboradores, “por las razones que tiene esta pícara vida”, y también con deserciones injustificadas por cobardía y miedo, que hacen preguntarse a sus redactores “de los hombres que con nosotros empezaron ¿cuántos quedan?” Cuando se trata de apoyar al periódico todos son sordos, todos son mudos, todos son mancos (dicen). Para exigir, todos implacables; para ayudar, ausentes todos, “conducta en la época que corre verdaderamente suicida, pues la revolución acecha cual pantera herida el momento de echar su zarpa sobre la sociedad, mientras esos elementos gustan más del vivir tranquilo y ciego de la ciudad alegre y confiada”.
En lo que hemos podido conocer, muy lejos estuvo la propaganda y la campaña electoral de los comicios generales del 16 de febrero de 1936 desde el periódico socialista leonés La Democracia tanto de la extensión como de los excesos, la acometividad y las agresividades, los tonos apocalípticos y los modos irrespetuosos de El Diario de León, y sobre todo de la además gruesa, falaz, visceral y pasionalmente incendiaria artillería desplegada por El Adelanto.
"¡Leoneses, a luchar contra los traidores y los cómplices! (los que ayudan con sus candidaturas a que saquen menos votos las derechas –porque las dividen- y por tanto ganen las izquierdas)", llamaba el semanario bañezano en su edición del 25 de enero de 1936, insistiendo en que en las elecciones que se avecinan “dos ejércitos, dos fuerzas se disputan la posesión de España: la revolución por un lado y la contrarrevolución por otro. Los que quieren que triunfe España, y los que quieren que seamos el estado soviético número dos. Nos vamos a jugar la existencia; peligra la Patria; la Religión es amenazada. Españoles: nos quieren convertir en un pueblo salvaje, sin Dios, sin Patria, sin Familia, sin Propiedad. Nos quieren hacer esclavos… En Rusia han quitado los hijos a los padres y los han declarado propiedad del Estado; han roto la Familia, y cuántos se encuentran sin mujer, sin hijos, sin bienes, obedeciendo al látigo de un tirano… ¡A votar todos integra la candidatura de las derechas!”, aunque ya desde más de una semana antes habían publicado las izquierdas del Frente Popular su manifiesto y su programa, tan alejado de lo que propalaban aquellos insistentemente aireados e interesados y catastróficos augures y de lo que sucederá cuando estas triunfen en las urnas, ante las cuales (según publicará El Adelanto el 22 de febrero de 1936) “se celebró el domingo pasado en La Bañeza la contienda electoral, y nos sentimos orgullosos de este pueblo honrado y progresivo, donde absolutamente todos conservaron una gran serenidad y continencia. El día de las elecciones transcurrió con toda normalidad y sosiego. Fue un gran triunfo de la ciudadanía y la cultura a la que todos contribuyeron ahogando las pasiones que en estos casos excita la política. Merecen un cerrado aplauso las diversas organizaciones por su ciudadano comportamiento. Hoy (transcurrida casi una semana de la victoria electoral general de los republicanos y los socialistas, ‘los revolucionarios’), existe en La Bañeza orden, tranquilidad y sosiego. No se ha producido altercado alguno”.
[1] Había sido concejal en 1928, y sería uno de los 24 derechistas bañezanos detenidos entre la noche del 20 y la media tarde del 21 de julio de 1936 por su afección al golpe militar del 18 de aquel mes, y uno de los gestores municipales impuestos por los sublevados el 4 de agosto de 1936.
[2] MARCOS DE SEGOVIA, José . Algunas efemérides bañezanas. León. Imprenta Comercial. (1957), p. 108.
[3] CRUZ CABO, José. “75 años del Adelanto Bañezano”. El blog de lbhoy. 25-03-2008.
[4] PRESTON, Paul . El holocausto español. Odio y exterminio en la guerra civil y después. Barcelona. Debate.(2011), p. 113.
[5] PUENTE FÉLIZ, Gustavo y CARANTOÑA ÁLVAREZ, Francisco (coords.) . La guerra civil española en León. León. Universidad de León. Junta de Castilla y León. (1986-1987), p. 77.
[6] PIÑEIRO MACEIRAS, José. “La sublevación militar de julio de 1936 en el suroeste provincial y su incidencia en la defensa del orden público. I”. Revista Argutorio, nº. 23. (2009).
[7] RUIZ GONZÁLEZ, Cándido . La espiga cortada y el trigo limpio. La comarca de Toro en la II República y primer franquismo (1931-1945). Edición del autor. (2011), p. 278.
IMÁGENES.-
En la fotografía aparecen los sacerdotes Ángel Riesco Carbajo y Rogelio García San Román, coadjutores de la parroquia bañezana de El Salvador.
Los carteles corresponden a la campaña electoral previa a las elecciones generales del 16 de febrero de 1936.
Los dibujos forman parte de los publicados en ejemplares de El Adelanto a lo largo de las semanas previas a la fecha de aquellas elecciones, acompañados de los siguientes textos (se trascriben los que no resultan muy visibles):
Votad contra la barbarie. Así incendiaron vilmente las turbas izquierdistas iglesias, conventos, universidades, centros de cultura y casas particulares. Votad todos como un solo hombre la candidatura integra del Bloque Antirrevolucionario, sin quitar ni poner un solo nombre.
¡Atrás los incendiarios! (que llevan en sus figuras las inscripciones Comunismo, Odio a la Religión, Escuela Laica, Amor Libre). A esa chusma incendiaria y destructora, no hay que dejarle adelantar ni un solo paso. Pretende reducir a escombros nuestra fe y atentar contra lo más sagrado. Católico: ¡Por tu honor y tu conciencia! Con el voto en la mano, haz retroceder a esa caterva. Defiende tu religión y tu patria. Vota integra la candidatura del Bloque Antirrevolucionario, sin quitar ni poner ni un solo nombre.
El paraíso ruso que nos prometen las izquierdas. Así entran y salen en Rusia, de las fábricas, los pobres obreros: bajo el terror de las bayonetas. Hombres, mujeres y jovencitos obedecen a tiranos sin entrañas. Y ¡Ay del que se queje! Es considerado enemigo de los soviets y al punto fusilado. Españoles: esa vergüenza de la civilización nos quieren traer a España” ¡Votad contra la revolución y sus cómplices!
La esclavitud que nos espera. Ahí ves -lector- como trabajan los pobres obreros rusos. Cual bestias de carga hacen trabajos terribles, azuzados siempre por el látigo infame de los tiranos, que los castigan como a un animal cualquiera. A eso llaman igualdad. Eso es el comunismo. Eso quieren traer a España las izquierdas. Piénsalo bien. Vota integra la candidatura del Bloque Antirrevolucionario, sin quitar ni poner un solo nombre. El tachar un nombre y poner otro equivale a dar un voto a las izquierdas, aunque no lo creas.
Un mitin en Jiménez. ("Viva la anarquía y el aguardiente. Avajo la religión. Comez salchichón de cura", dice el sujeto del dibujo). Habló en el noble y culto pueblo de Jiménez un simpático camarada. Dijo cosas tan gruesas que uno del público exclamó: - ¿No hay albardas en este pueblo? La fotografía representa un gesto prócer del sabio y elegante camarada.
La serpiente que matará a España. El socialismo y las izquierdas pretenden ahogar y envenenar a España. Españoles: Evitadlo con vuestro voto. Contra la revolución y sus cómplices. Votad integra la candidatura del Bloque Antirrevolucionario, sin quitar ni poner ni un solo nombre.
No votes a los cómplices. La figura que representa a Portela Valladares, con signos de masón, golpea con el martillo de la coacción (ayudado por los nombramientos, los delegados, los traslados y los encasillados) la cuña del centrismo, que rompe la contrarrevolución.
Bajo el dibujo de una mujer desgreñada y malencarada aparece el texto: No votéis / a las izquierdas / que además / de ser muy lerdas / muy malonas / muy rabiosas / son feonas / -ya lo veis- / y legañosas.
Nos quieren hacer esclavos de Lenin. 1.- Adorando dioses falsos. 2.- La humanidad creyente acudiendo a la Cruz redentora. 3.- Nos quieren destruir la Religión. 4.- Para obligarnos -látigo en mano- como a borregos a que adoremos a Lenin. Españoles: ¡Votad contra el comunismo!
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80 Aniversario 1932 - 2012
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El actual El Adelanto Bañezano publicó el 21 de diciembre de 2012 un número especial de celebración del 80º aniversario del semanario, y en el mismo, en el artículo que se titula "Pequeña aproximación a la fundación de El Adelanto", y que firma Luís Carnicero, se dice, sobre dicha fundación, que "hay que entenderla no en contra de nadie".
José Cruz Cabo en "Historia de El Adelanto (I)", en el artículo que dedica a los "75 años del Adelanto Bañezano" en El blog de lbhoy el 25 de marzo de 2008 dice lo siguiente: "Ya había yo cumplido dos años, cuando Don Ángel Riesco Carbajo, entonces coadjutor de El Salvador, convenció a Don Lucas Castrillo que era el párroco, para editar un semanario que contrarrestara, el periódico de izquierdas “El Avance”.
Se añade en el artículo del pasado 21 de diciembre: "... y por más que haya quien, todavía hoy, vea "conspiraciones" derivadas de la "crispación política" que entonces se vivía". Cabe señalar ante tal afirmación que ante la misma "crispación política" cada cual actuó a su manera, y con respecto a la actuación del fundador y responsable de El Adelanto de entonces (también de La Hojita Parroquial), don Ángel Riesco Carbajo, fueron otras personas, las autoridades políticas del momento, las que entonces "vieron" "conspiraciones" y desafecciones en su proceder, por lo que actuaron contra él según se narra en el artículo que nosotros hemos titulado "Las derivaciones de la Sanjurjada en La Bañeza", también colocado en esta web y al que se accede desde La "sanjurjada" en La Bañeza.
Se continúa afirmando en El Adelanto Bañezano del 21 de diciembre de 2012 que "Aquel diciembre de 1932 era el final de un año, el de la "sanjurjada" y el de la expulsión -una vez más- de los jesuitas -torpe decisión del gobierno, al que le resultaba incómoda su preocupación educativa- con agitaciones anticlericales que se habían prolongado desde la quema de conventos de 1931".
Podemos compartir lo de la "torpe decisión del gobierno", y también "la torpeza y lo contraproducente de otras medidas laicistas que los gobernantes republicanos y la Constitución que promovieron establecían, incautas algunas y otras irresponsables, y con limitaciones fácilmente sorteables por otra parte" [Preston, 2011: 34-48, 77], pero la disolución (que no expulsión) de la Compañía de Jesús la decide el gobierno como consecuencia del artículo 26 de la Constitución (que trataba sobre las confesiones religiosas) y de su cuarto voto de obediencia a la autoridad vaticana distinta a la legítima del Estado que dicha Compañía imponía estutariamente, confiscando sus bienes a efectos de fines benéficos y docentes. Por otra parte, con el gobierno derechista surgido de las elecciones del 19 de noviembre de 1933 los jesuitas no tardaban en volver a ocupar sus centros docentes [Thomas, 1995: 150].
En cuanto a las agitaciones anticlericales aludidas, un católico, republicano de derechas y moderado, como fue don Niceto Alcalá-Zamora, se refiere en sus dietarios (los conocidos como "diarios robados") a "los primeros actos de gobierno y “el encono sañudo con que preferentemente nos combatieron plutócratas y clero -nuestras masas clericales incultas y fanáticas, torpemente impulsadas por algunos jerarcas- a los moderados de la República”; las dificultades que al gobierno provisional crearán la algazara monárquica, el inquieto obispo de Vitoria (y retrogrado e intemperante), el intransigente cardenal Segura, enemigo irreconciliable de la República, “terco en sus obstinaciones y de limitado y escaso horizonte mental”, y sus instrucciones sobre ocultación de bienes de la Iglesia y contratos simulados (parte de los subterfugios para sortear las medidas reseñadas), y los excesos anticlericales de la algarada de mayo de 1931 que encenderán las provocaciones monárquicas torciendo la prosperidad inicial de la República y ocasionando funestas repercusiones en la moneda y en el crédito, además de los conspiradores extremistas de la izquierda" [Alcalá-Zamora, 2012].
La ola anticlerical y la quema de conventos surgida a primeros de mayo de 1931 en Madrid y extendida por otros lugares nace allí como reacción a la provocación que se realiza desde la inauguración del Círculo Monárquico Independiente en la capital. Ímpetus anticlericales como aquellos y otros que ya se habían dado y se darían (agresivos planteamientos reconocidos años después, en el exilio, como erróneos por el republicano leonés Félix Gordón Ordás) se hacen entendibles (nunca justificables) conociendo la trayectoria histórica de la clerecía española [Amoedo López, 2010: 232, 233].
Hemos estudiado con detalle la prensa conservadora (derechista y clerical) leonesa y bañezana del periodo republicano, y no hemos hallado ningún otro episodio de agitación anticlerical hasta mayo de 1936 en Madrid, iniciado también, a lo que parece, por otra previa provocación desde las derechas (según el diario leonés La Democracia): El ministro de la Gobernación, Casares Quiroga, dice el 4 de mayo estar dispuesto a castigar a los propagadores de bulos, como el que ha circulado de haberse repartido en Madrid (arrojados en el Parque del Retiro) caramelos envenenados a los niños, que habrían producido intoxicaciones, y que crean un ambiente de excitación contra los fascistas, bastante pronunciado ya, y tumultos en Cuatro Caminos y Tetuán que derivan en heridos y la quema de dos iglesias y el intento de incendiar otras de diversos conventos y colegios católicos. El mismo día una nota de la madrileña Casa del Pueblo desmiente aquellos rumores, y también se hace desde el Partido Comunista, “que recomienda disciplina y serenidad y estar siempre atentos y vigilantes ante engaños como aquellos que pretenden inflamar la indignación de los trabajadores y lanzarlos a realizar hechos que provoquen choques con la fuerza pública que en nada benefician nuestros intereses y solo perjuicios pueden ocasionar al pueblo”.
Se dice también en el mismo artículo del número extraordinario de El Adelanto Bañezano que "La Bañeza lucía convivencia ejemplar y larga nómina de publicaciones de "izquierdas, derechas, abajos y arribas", paralela a la nacional, con similares "registros". Hay que recordar que se venía de una libertad de prensa que permitía que en los rotativos cupieran todo tipo de "opiniones enfrentadas" y "al instaurarse la República -en otros órdenes valiosa-, pasó a ser de dificultades para la prensa católica".
A la larga nómina de publicaciones bañezanas a las que se alude hemos dedicado el artículo "La prensa histórica. De La democracia a La Voz Bañezana", al que se enlaza desde Prensa histórica en La Bañeza.
En cuanto a que (al fundarse El Adelanto) se venía de una libertad de prensa, tan solo dos apuntes: "Desde septiembre de 1923 el ciudadano vio anulada su seguridad personal, preso y deportado sin formación de causa, multado extrarreglamentariamente, allanada su morada y violada su correspondencia, censurados sus periódicos,...", decía Luís Jiménez de Asúa en 1931 en su Defensa de una rebelión. Informe ante el Consejo Supremo del Ejército y Marina como mandatario de don Santiago Casares Quiroga. También don Niceto Alcalá-Zamora se refiere en sus ya citados dietarios (La victoria republicana. 1930-1931. La esfera de los libros. 2012) a "la censura de prensa" (pág. 332) y a "la mordaza monárquica" (pág. 362) durante la dictadura primoriverista. Era esta la "libertad de prensa" de la que se venía cuando se proclama la República. La censura previa de la prensa, por cierto, se impondrá en diversas ocasiones también durante el tiempo republicano, a lo largo de los abundantes estados de excepción (de prevención, alarma o guerra) que en él se sucedieron.
Por lo que respecta a las pretendidas dificultades de la prensa católica al instaurarse la República, señalaremos lo siguiente: A la instauración de la República existía en La Bañeza, desde 1930 en su segunda época, el "semanario independiente" La Opinión, y se crea en marzo de 1932 Avance, semanario de izquierdas. Existen en León La Democracia (socialista) y El Diario de León (derechista y clerical -"vespertino católico cercano a la extrema derecha"-), además del "conservador independiente" La Mañana (desde 1928). En Astorga existen ya La Luz de Astorga, El Pensamiento Astorgano y El Faro Astorgano, y se crea en junio de 1931 El Combate, semanario de izquierdas.
En el periodo republicano, en León "La Democracia está 20 días sin publicarse al inicio de 1931 por dificultades económicas" [Checa Godoy, 1989: 54]. El Diario de León será cerrado, "por sus feroces críticas a la República, desde el 10 de Agosto al 12 de Septiembre de 1932". En Astorga, por los mismos motivos que el diario católico de la capital, y en el mismo tiempo de la sublevación de Sanjurjo, se cierran El Pensamiento Astorgano y La Luz de Astorga. Desde el principio de octubre de 1934 hasta el inicio de enero de 1936 está cerrado y suspendido el semanario El Combate, que desaparece en mayo de 1936 (el trisemanario Horizonte que lo sustituye entonces sucumbe -lo sucumben- el 18 de julio del mismo año) y en todo aquel tiempo la prensa que no era de derechas estaba en su mayoría clausurada, y la activa, como era el caso de La Democracia (una de las escasas cabeceras que sobreviven y se mantienen después de octubre de 1934, tal vez por su anterior y dura crítica de la tendencia revolucionaria socialista promotora de la revuelta), sometida a estricta censura previa hasta el 7 de enero de 1936, siendo clausurada con la sublevación de julio e incautados sus talleres y rotativas (desde ellos saldrá luego el diario falangista Proa).
En La Bañeza, por último, en mayo de 1934, con ocasión de la huelga campesina y la censura de la prensa que se decreta, "el día 30 requería el alcalde a los directores de El Adelanto y Avance para que, en cumplimiento de las disposiciones dictadas por el gobierno, se abstengan de referirse y de nombrar aquella huelga en sus publicaciones. A Avance, ya el 2 de junio (cuando le faltaba poco más de mes y medio para dejar de editarse) se le comunica que no publique los artículos titulados “A los campesinos”, “A la opinión pública”, y algún otro, y a El Adelanto el día 9 la supresión del suelto de título “Adelantando” que habitualmente realizaba el clérigo Ángel Riesco Carbajo firmando K-Vernícola". La Opinión había dejado ya de publicarse en 1933, y Avance desaparecía a finales de junio de aquel año 1934. Tan solo El Adelanto permanecería, sin otros obstáculos y a pesar de las pretendidas dificultades, desde su creación en diciembre de 1932 durante todo el tiempo republicano, y el posterior hasta hoy.
Reconociendo indudables y muy valiosos méritos en El Adelanto y su posterior continuación como El Adelanto Bañezano, así como la enorme importancia que en muy variados órdenes ha tenido y tiene para la ciudad de La Bañeza y su comarca, creemos que, al mismo tiempo, no se pueden desconocer otros aspectos de la publicación (en el número extraordinario con ocasión de su 80º aniversario se ha desconocido, por cierto, a quienes figuraron como sus dos primeros y anteriores directores), tales como lo que fue y representó en los diversos momentos históricos por los que en su larga trayectoria ha transitado, y los rasgos y características, la línea seguida por la publicación en tales épocas (la de su inicio y las posteriores), realidades que resultan evidentes para cualquiera que se tome la molestia y el trabajo de consultar los ejemplares que de su periodo inicial en el tiempo republicano y de los siguientes se conservan, con acceso público, libre y gratuito, en el Archivo Municipal de La Bañeza.