---:::---   Actualizado:  O5-05-2008   ---:::---

RECORTES  DE  PRENSA

(AÑO 2006)


Extraido de "La Mañana" de Lleida           (02-03-2006)

Diego Aránega.-

Francisco Ferrándiz: "La exhumación de fosas comunes de la Guerra Civil es imparable"

El desconcertante pero acertado ciclo de conferencias sobre Imagen e identidad que acoge la Fundació "la Caixa" dedicó su segunda entrega a las fosas comunes de la Guerra Civil. El antropólogo Ferrándiz tituló su charla: "Desaparecer: imágenes del horror e identidades del silencio".

- ¿Qué es eso tan poético de las identidades del silencio?

- Hace referencia a los vencidos de la Guerra Civil, personas parcas en palabras, que nunca han hablado de lo que sucedió, ya sea por miedo o para protegerse. Son personas que carecen de un lenguaje para articular sus experiencias de sufrimiento.

- Supongo que eso se puede aplicar a todos los conflictos y guerras.

- Así es y no sólo a las guerras, sino que también se puede aplicar a traumas ocasionados por fenómenos naturales. Desde la antropología podemos estudiar cómo los procesos políticos, militares, administrativos o judiciales se inscriben en los espacios más íntimos de la experiencia humana. Y en este caso, las guerras producen silencio, olvido y sufrimiento.

- Pero el silencio también se rompe.

- Efectivamente y eso es lo que yo investigo. A mí me interesa analizar lo que ocurre en un pequeño pueblo cuando se abre una fosa común y cuando la visión del horror, del sufrimiento, provoca reacciones en cadena que rompen las identidades del silencio. Es curioso comprobar, por ejemplo, que la democracia, la amnistía de 1977, no logró quebrar este silencio. Tanto ha sido así que durante estos 30 años hemos perdido miles de testimonios de personas fallecidas, que ya no se pueden recuperar.

- ¿Pero qué hace un antropólogo en la exhumación de una fosa común?

- Eso es lo que me preguntan hasta los forenses que trabajan en las exhumaciones. Ellos trabajan con las evidencias de la barbarie: huesos, balas, tiros de gracia, huellas de tortura, objetos personales. Mientras que yo trabajo con los sentimientos, con las historias de vida de esas personas. Trato de reconstruir el sufrimiento que ese suceso ha provocado en estas comunidades, generalmente pueblos pequeños donde los secretos son públicos.

- Entiendo que usted espera a que se rompa el silencio para poder hablar con los descendientes de las víctimas.

- Sí, pero no sólo con los descendientes de las víctimas. A mí me interesan todos los discursos de la memoria: los que puedan hacer arqueólogos, forenses, sicólogos y demás, pero también me dedico a analizar cómo los medios de comunicación, los artistas, los narradores, mediatizan estas imágenes y estos hechos y los incorporan de nuevo a la sociedad.

- Pienso en esas imágenes que usted dice y apenas me vienen a la memoria, ¿acaso hay una cierta autocensura?

- Yo realmente tengo problemas con las imágenes a la hora de montar un power-point porque no me gusta mostrar cadáveres. Por el contrario, creo que se han publicado muchas imágenes de fosas comunes en los medios de comunicación. De hecho, existe un gran debate sobre la necesidad de abrir fosas y de mostrar el horror.

- No debe ser nada fácil hablar con personas que llevan tantos años silenciando la desgracia, ¿verdad?

- Antes que nada, debo precisar que no todo el mundo ha guardado silencio. Muchos han hablado desde el exilio. En todo caso, la exhumación de una fosa tiene un efecto catárquico porque generalmente se abren en presencia de autoridades, de periodistas, y eso hace que las víctimas y sus descendientes, que antes eran los derrotados, los parias, pasen a tener un reconocimiento social e institucional. Por eso hay mucha gente que delante de las fosas habla por primera vez. Por ejemplo, en la fosa de Fontanosas, en Ciudad Real, había siete fusilados y cuatro eran de una misma familia. Uno de sus descendientes no había hablado nunca del tema y cuando yo saqué mi cámara de vídeo para grabarle le dijo a su mujer: "Ha llegado elmomento". Desde entonces ha salido cuatro o cinco veces por televisión.

- ¿No es esa una forma de liberación, de hacer justicia?

- Sí, pero es mucho más que eso. Yo llamo a estos testimonios "memorias fugitivas" porque pertenecen a personas que han estado conviviendo con el silencio y cuando se hacen públicas, cuando salen en televisión en hora de máxima audiencia, entonces se convierten en otra cosa que yo estudio y que todavía no tiene nombre.

- Sin embargo, los vencedores del conflicto quieren mantener el silencio, ¿no es así?

- Claro, hay gente que está en total desacuerdo con todo esto e incluso habla de "guerra civilismo", es decir, que advierte de que se están abriendo viejas heridas. Se trata de personas políticamente vinculadas al bando que ganó la guerra y que, curiosamente, dedicaron un gran esfuerzo económico, institucional, jurídico y simbólico a rendir homenaje a sus propios muertos. Es indudable que hubo asesinatos en la zona republicana, pero sus víctimas fueron desenterradas, identificadas, homenajeadas e incluso los hay que están en el Valle de los Caídos.

- Algunos incluso han sido declarados beatos.

- Efectivamente, hay víctimas que se han beatificado e iglesias con listados de fallecidos del bando nacional. Por tanto, es normal que sus descendientes piensen que las heridas de la guerra ya están cerradas y que no hay que seguir adelante.

- Por tanto, ¿la transición democrática no es tan modélica como se creía?

- Así es. La transición española pasó a la historia porque hubo un pacto para no remover el pasado y, por tanto, porque no hubo ninguna comisión de la verdad. Esta transición, que parecía modélica, resulta que 25 años más tarde vemos que todo ha cambiando y que mucha gente quiere que se exhumen las fosas comunes. Y eso ese es un fenómeno imparable.

- ¿Los nietos tienen más interés que los hijos en descubrir el pasado?

- Sí, porque ven el tema con más distancia y con una cultura política distinta. No se puede generalizar, pero es verdad que hay muchos hijos de los derrotados que no quieren recordar el pasado y que sólo quieren morir en paz. Éstos son quienes dicen a sus hijos: cuando yo haya muerto haced lo que queráis. Por el contrario, los nietos empiezan a enterarse de que hay una fosa común en el paraje donde jugaban de pequeños o de que dos vecinos del pueblo mantienen una relación fría que proviene del enfrentamiento de sus antepasados. Hay que tener en cuenta que la magnitud de la represión fue enorme. Los historiadores contabilizan más de cien mil fusilados.

- ¿La historia oficial, académica, ha suavizado estas cifras?

- Sí, se han suavizado. Incluso hay historiadores que conscientemente suavizaron el tema durante la transición y que defienden el pacto y la amnistía como algo necesario para prevenir el golpismo. Éstos defienden que ya está todo estudiado y documentado y que, por tanto, no hace falta remover el pasado. Sin embargo, en los pueblos esta visión historicista no han llegado y es evidente que en muchos casos quieren recuperar el pasado.

- Sin duda, usted ha debido oír historias sobrecogedoras.

- Hay muchos casos, pero le puedo explicar el caso de una mujer cuyo padre fue asesinado en el monasterio de Valdedios, en Asturias, que durante la guerra funcionó como hospital psiquiátrico. Unos días después de que Franco tomara Asturias y declarará la paz en la zona, se fusilaron a muchas personas. Entre ellos había 27 enfermeros y enfermeras del hospital de Valdedios, cuyos cuerpos aparecieron uniformados y con  material sanitario. Como digo, la hija de uno de ellos, que se exilió y vivía en Estados Unidos, fue avisada de laexhumación de la fosa y viajó hasta Asturias, donde pude entrevistarla. Y al regresar a su país me siguió enviando mails y uno de ellos me sorprendió sobremanera: me hizo una petición que no puede cumplir, pero que resume la emoción de todo eso.

- ¿Y qué le pidió?

- Un proyectil del fusilamiento.

- Su trabajo es un tanto detestivesco, ¿no le parece?

- Bueno, cuando se abre una fosa siempre pedimos fotografías de las víctimas. Eso puede ayudar a su identificación. Además, facilita las entrevistas porque lo que nosotros intentamos es dar sentimientos y querencias a los cuerpos y si hay una foto eso es bastante más fácil. También nos ayudan mucho los documentos: los certificados de defunción, las causas judiciales, las cartillas militares.

- ¿Se hacían certificados de defunción?

- Hubo una burocracia de la muerte llena de eufemismos y a la vez terrorífica. En la exhumación de la fosa de Fontanosas encontramos siete fusilados y todos ellos murieron, según el certificado médico, por hemorragia postraumática. Por tanto, hubo una inscripción documental del olvido, de la humillación, de la mentira y nosotros hacemos el trabajo inverso, damos nombres y apellidos a los muertos y explicamos las causas y las circunstancias de su fallecimiento.


DIARIO DE LEÓN   -   13 de Abril de 2006

Acacio Díaz corresponsal | sahagún

Pamparacuatro ya es parte de la historia

Incluso el público votó a favor de la enmienda
| Crónica | Un día en rojo |
El Pleno nombra hijo predilecto de la villa a su primer alcalde, con la abstención del PP en desacuerdo con las formas

El Pleno del Ayuntamiento de Sahagún decidió nombrar hijo predilecto de la villa a Benito Pamparacuatro, primer alcalde de la villa, que ejerció su labor en tiempos de la República. La oposición no quiso secundar la moción, y se abstuvo, excepto en un caso, que votó en contra, por entender que la convocatoria no se había realizado ni en modo ni en forma adecuada, y propusieron sin éxito dejar sobre la mesa el punto único del orden del día . Durante el acto, se recordaron versos pronunciados en su día por el homenajeado: La mayor inocentada /es hacer labor honrada/ para la masa oprimida / en una ciudad dormida / que no se entera de nada .
 


ANIVERSARIO DE LA II REPÚBLICA 2006 EN LEÓN            DIARIO DE LEÓN

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El memorial a los represaliados de León abre un proceso histórico contra el olvido
El Foro por la Memoria y el Ayuntamiento colocan hoy la primera piedra de la capilla laica en homenaje a los «paseados»
Cataluña, Valencia y País Vasco acudirán a la inauguración del monumento, todavía sin fecha definitiva
Marco Romero - León

Viernes santo y republicano, y desde luego una fecha histórica para León. Hoy tendrá lugar en el cementerio de la capital (12.00 horas) el acto de colocación de la primera piedra del monumento a los represaliados del franquismo, un gesto cargado de simbolismo al abrir, por primera vez en la provincia, un proceso masivo de recuperación de la memoria histórica diluido por 40 años de dictadura. El Foro por la Memoria de León, volcado en la restitución de los derechos de las familias de los paseados, actuará de anfitrión en una jornada marcada por el dolor y el recuerdo. No en vano, allí estarán presentes muchos ancianos que han soportado silenciosamente durante décadas el drama de sus desaparecidos. El primer homenaje de León a los paseados -los historiadores han aportado ya más de mil identidades- se iniciará con la instalación de la arqueta del monumento diseñado por el arquitecto Óscar García Luna.

Se trata de dos murales de 35 metros de longitud que configuran una especie de capilla laica, donde se inscribirá el nombre de los ejecutados, su fecha de muerte y la edad en la que fueron ajusticiados. Se da la circunstancia que el lugar en el que se levantará el monumento se encuentra sobre la fosa común donde eran depositados sus cadáveres y, paradójicamente, muy cerca del homenaje que León hizo en su día a los caídos del bando falangista.

El próximo año por esta fecha

No hay plazo de ejecución para esta obra, pero el proyecto ya ha sido aprobado por el Ayuntamiento de León, por lo que se espera que el próximo año, en la misma fecha, pueda celebrarse su inauguración.

Responsables del Foro por la Memoria de León anunciaron que, para entonces, estarán invitados, además del presidente del Gobierno, las instituciones autonómicas de Cataluña, Valencia y País Vasco, puesto que un gran porcentaje de los registros del cementerio durante esa época corresponden a milicianos procedentes de estas comunidades.

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Villamanín prepara un tributo a sus vecinos y al Frente Norte

M. R. VILLAMANÍN

«A las mujeres las llamaban 'hijas de la Pasionaria' y a nosotros nos llevaban a la cárcel sin motivo. A mí me metieron en la Modelo de Oviedo por 'comunista peligroso' y porque decían que espiaba por las ventanas. ¡Manda narices!, pero si no tenía ni 18 años y ellas no sabían ni quién era la Pasionaria», relata Agustín Alonso Castañón, uno de los vecinos de la montaña central leonesa cuya familia sufrió reiteradas vejaciones por parte de los soldados falangistas.

Si hay una evidencia clara del despertar que viven algunas de las zonas rurales más azotadas por la represión en León ese es el caso del municipio de Villamanín, donde se han contabilizado 76 vecinos desaparecidos y más de mil hombres ejecutados tras la caída del Frente Norte en Peña Laza.

La intención de un grupo de habitantes de los 19 pueblos que integran este ayuntamiento montañés es recuperar la memoria de los suyos con un conjunto de cinco monolitos que recuerden la barbarie que se padeció en este enclave, el último de la provincia leonesa en caer en manos de los sublevados.

Una de las piedras tributará un homenaje a los vecinos muertos o desaparecidos y el resto se dedicará a cada una de las regiones con víctimas en esta zona: León, Asturias, Cantabria y País Vasco.

Su ubicación pretende ocupar una parte de la campa de Rodiezmo, un lugar extraordinariamente simbólico donde se celebra cada año la fiesta sindical minera a la que acuden las principales figuras políticas del socalismo. Es, además, donde el presidente del Gobierno ha decidio retomar cada otoño el curso político tras las vacaciones estivales. Otra de las opciones es levantar este proyecto sobre el solar que antiguamente ocupaba el consistorio republicano.

Un silencio de años

La Asociación Pozo Grajero se está encargando de los trámites. De salir adelante, sería el segundo gran homenaje de León a sus represaliados, después del que está desarrollando el Ayuntamiento de la capital leonesa, gobernado por un alcalde del PP.

Pero la cruel historia que se vivió en esta zona no ha quedado en el olvido, aunque se haya vivido en silencio. Un grupo de cuatro vecinos relataba a este periódico hace unos días que los listados de los rebeldes los facilitaban los curas que las tres iglesias del municipio pronto se convirtieron en cárceles improvisadas, donde se hacinaba a los detenidos antes de trasladarlos al campo de concentración de San Marcos.

De ello y de otras muchas circunstancias queda constancia en el libro Represión de los tribunales militares franquistas en Oviedo, donde, por ejemplo, se recoge una carta del secretario de Villamanín, Amador Viñuela, a su esposa, de la que se extrae esta frase: «Muero por un ideal del cual no reniego y vosotros no quedáis sumidos en el fango, pues no soy un criminal».

«Los firmantes de este manifiesto no queremos seguir lamentando la triste brutalidad de aquel retroceso, sino celebrar la emocionante calidad de los logros que le precedieron» «CON ORGULLO, MODESTIA Y GRATITUD», manifiesto conmemorativo de los 75 años de la II República

«A las mujeres las llamaban 'hijas de la Pasionaria'. Pero si no sabían ni quién era»

<<  AGUSTÍN ALONSO CASTAÑÓN, represaliado de Villamanín, con la foto de su hermano José.

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«Pesan sobre nosotros 40 años de una mentalidad sofocada por la dictadura»
| Entrevista | Antonio Gamoneda |
El poeta leerá hoy un manifiesto suscrito por docenas de intelectuales en defensa de los valores republicanos que sesgó el franquismo. «No hay más juicio que el histórico», sentencia
MARCO ROMERO - LEÓN

Inclasificable poeta, Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) es una figura emblemática de las letras europeas. La excepcional fuerza de su obra le ha valido el Premio Nacional de Poesía (1988) y el Premio Castilla y León de las Letras (1985). Hoy, esta gran voz del panorama literario actual leerá el manifiesto Con orgullo, modestia y gratitud , un texto conmemorativo del 75 aniversario de la II República suscrito por importantes intelectuales. «Alguien ha entrado en la memoria blanca, en la inmovilidad del corazón. / Veo una luz debajo de la niebla y la dulzura del error me hace cerrar los ojos. / Es la ebriedad de la melancolía; como acercar el rostro a una rosa enferma, indecisa entre el perfume y la muerte», expresa el autor en su geórgica Aún

-Parece que el Ayuntamiento ha tenido problemas para enviar representación institucional al ceremonial. ¿Qué le parece?

-Si el Ayuntamiento entiende que representa a los ciudadanos leoneses no debiera tener únicamente la inclinación que se deduce de su actitud partidaria, sino aquella que realmente representa. Y parece ser que existe voluntad de recuperar la memoria histórica en relación con los represaliados, y eso ni siquiera es una cuestión política, sino histórica. El Ayuntamiento debiera representarnos.

-¿Qué hemos heredado de la tradición republicana?

-Realmente muy pocas cosas porque hay un intervalo de dictadura muy largo, en el cual las cosas realmente interesantes que se iniciaron con la República, con independencia de que hubiera errores, eran serias en relación con la educación y los derechos civiles y humanos. El intervalo de la dictadura ha hecho que, al restablecerse la democracia, no tengamos propiamente una herencia, sino que la nueva democracia tiene que ir descubriendo valores cívicos y de convivencia que se cortaron en 1936.

-¿Quiere decir eso que España ha perdido su oportunidad de reinstaurar una república?

-No es tanto el hecho de una república o una monarquía, esa alternancia en estos momentos no es planteable. Lo que sí es un hecho cierto es que el empujón histórico que la república supuso se ha perdido. Se ha producido una regresión de 40 años en el sentido histórico y se ha perdido esa actualización histórica. Sin embargo, tenemos que volver a descubrir la democracia y los datos de progresión histórica que se iniciaron entonces.

-¿Cómo recuperar esas vanguardias sociales y culturales que introdujo la república?

-No hay una fórmula mágica. Pienso que el hecho tan simple de vivir en democracia supone una actitud en la que la recuperación se hace posible, aunque el aprendizaje sea más difícil; pesan todavía en nosotros los 40 años de una mentalidad sofocada por la dictadura. En cierto modo tendremos que fijarnos en lo que ocurre en otros países. Acabamos de ver cómo en Francia los estudiantes han frenado una actitud del Gobierno que les perjudica. Eso se hace con una fuerza social y con datos ideológicos, pero también con lo que yo llamaría experiencia cívica: ellos están mucho más formados que nosotros en ese sentido.

-Verá. Usted habla de «experiencia cívica» y lo primero que me viene a la cabeza en este momento es cómo concebir en una sociedad que se presupone laica una exaltación tan ferviente de la Semana Santa. ¿Tiene esto algo que ver con ese concepto?

-Esa exaltación viene decidida por razones turístico-económicas. La Semana Santa ha dejado de ser clarísimamente una práctica religiosa para ser un espectáculo que genera dinero. Y todo lo que genera dinero tiene unas posibilidades que son las que explican que, sea quien sea quien esté en el poder, no va a hacer nada por modificarla. Eso sería imposible porque la modificación la han impuesto las razones económicas. Quiero decir que no es una cuestión que pueda ser dirimida o aclarada por un enfoque de tipo partidista, es ya una realidad económica muy fuerte y una exigencia de la economía global del país.

-Hablemos de la recuperación de la memoria histórica. Hay quien opina que el silencio supone el mayor de los respetos hacia los represaliados.

-Hay que hablar de ellos, no sólo para restablecer la memoria histórica, sino para que la recuperación se convierta en un aviso al porvenir, para que no vuelva a ocurrir lo que ocurrió, para que una forma de articulación del Estado no se resuelva con un golpe militar. La recuperación de las verdades históricas, en ese sentido, nos ayudan a ser más precavidos. De todas maneras es un aprendizaje largo y difícil.

-Nuestra Audiencia Nacional ha juzgado otras dictaduras, como las de Chile y Argentina, y, sin embargo, mantiene un silencio rotundo respecto a la de España. ¿Un proceso judicial sería el único modo de restablecer la memoria?

-Nuestro caso es muy antiguo. Prácticamente no existen supervivientes. Tengo una memoria completamente infantil de los años 35 y 36, cuando España era republicana. Pero, ¿a quién juzgar? No hay más juicio que el histórico.

-¿Confía en que Zapatero restablezca la memoria de las víctimas del franquismo?

-Sé que tiene unas excelentes intenciones, pero tenemos que considerar el cúmulo de problemas que están tratando de encontrar solución en España. Si Zapatero tiene circunstancia para ello es muy posible que lo haga porque es un hombre muy condicionado por la memoria histórica, dado que su familia ha insistido siempre en la referencia de su abuelo, fusilado en agosto del 36. Esa postura crítica y moral sé que Zapatero la comparte. Ahora bien, no todas las cosas se pueden hacer a la vez.

-¿Existe una república de la poesía?

-Hay mucha afición a hablar de la república de las letras, pero yo no me he enterado muy bien todavía de qué va eso. La poesía es coincidente con los hechos históricos, pero sobre todo es subjetiva y, por tanto, individual, lo cual no quiere decir que no sea solidaria.

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JOSÉ ALONSO CASTAÑÓN
«Lo llevaron a la parroquia, el santuario del criminal fascista»

«...San Marcos, el símbolo de la barbarie». Así define el funesto campo de concentración leonés el hermano pequeño de José Alonso Castañón, fusilado en Puente Castro. Agustín, que hoy cuenta con 85 años, recuerda que su hermano estaba en Peña Laza, lo detuvieron y lo llevaron a la parroquia de Villamanín, «el santuario del criminal fascista». Después a León, «a ese sitio que ahora llaman hostal», afirma con la mirada perdida en unas fotos antiguas. Desde allí siguió el macabro camino hacia Puente Castro, destino de otros muchos cientos.
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NEMESIO BAYÓN DÍEZ
                                                                               
Rotilio muestra fotografías antiguas de su hermano >>
«A su mujer le dijo que moriría en la horca, no de un tiro»
A Rotilio Bayón García le asesinaron tres tíos y un abuelo, éste último en León capital. Nemesio Bayón Díez, casado y con cuatro hijos, tenía 25 años cuando fue ejecutado. Aguantó en la resistencia del Frente Norte hasta que decidió huir a Galicia, donde fue capturado cuando quería embarcar rumbo al exilio. Su destino fue San Marcos. «A su mujer le decía que esperaba morir en la horca, no de un tiro», relata su hermano Nemesio. Acababa de hacerse una casa. Le fue incautada y convertida en el cuartel de la Guardia Civil de Villamanín hasta que murió el caudillo.
                                                                                                                               
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MARÍA SANTOS DEL AMO Y MARTÍN RAMOS DE LA VIÑUELA
«Mi abuela se quedó a cargo de seis hermanos y cuatro hijos»
<<  Ana y Olaya con la imagen de Martín, alcalde mayorgano

María Santos del Amo fue víctima del malquerer de alguien cercano y de la brutalidad de sus asesinos, a quienes no importó dejar sin madre a siete chavales en septiembre del 36. La buscaron y la mataron. La forma está reflejada en una carta que guardan sus descendientes. La mayor de las hermanas se hizo cargo de todos. Más tarde tendría que sufrir el asesinato de su marido, alcalde socialista de Sahelices de Mayorga. Se quedó, además de con sus hermanos, con sus cuatro hijos, el pequeño de meses. «El mérito es de la abuela», afirma Ana.

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MANUEL CEREJIDO MORANDEIRA

«Fue una generación valiente porque nos enseñó a no odiar»
                
Una sobrina de Manuel revisa el archivo del cementerio  >>

Era capitán del Ejército republicano. Quizá por ello su ajusticiamiento fue especialmente cruel. Manuel tenía 23 años cuando fue asesinado a tiros. Le llevaban maniatado y uno de sus ejecutores le arreaba con la culata del fusil cuando le dirigía hacia el paredón. Quiso defenderse mordiéndole y allí mismo fue disparado. «Mi padre -hermano del ejecutado-nunca quiso hablar de ello, pero su vida fue muy triste y dolorosa». Raquel Cerejido, sobrina de Manuel, dice que aquella generación «fue muy valiente porque enseñaron a vivir y no a odiar».

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SANTIAGO VIÑUELA GUTIÉRREZ
«A mi hermano Santiago le hicieron más que a Jesucristo»

<<  Federico, hermano del represaliado, en Villamanín

Tenía 26 años cuando fue asesinado tras el calvario que padeció en el campo de concentración. Vivía en Villamanín y se dedicaba al comercio, aunque estudiaba para cartero urbano, según recuerda su hermano Federico. Cuando supieron que le buscaban se entregó en la iglesia del pueblo. En San Marcos «lo metieron en la carbonera, donde dormía de pie con otros muchos». Antes de morir le desnudaron. Sus últimas cartas fueron dirigidas a la novia. «Cuando las escribía fumaba porque estaban algo quemadas. A mi hermano Santiago le hicieron más que a Jesucristo».

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RAFAEL SOTO SOTO

«Mi madre, desesperada, quiso suicidarse con todos nosotros»

    Los hijos y la biznieta de Soto posan con su foto nupcial >>

 La desesperación llevó a la viuda de Rafael Soto Soto, asesinado a los 36 años de edad en Valverde, a juntar a sus cinco hijos e intentar un suicidio colectivo en las vías del tren. Pero los lloros de la más pequeña advirtieron a un vecino, que evitó otra tragedia a la familia. Después, los niños fueron separados en cinco familias. Antonia, la viuda, vivió en silencio aquella amargura, pero jamás inculcó odio por tanta sinrazón. Guardó durante años restos de la ropa quemada de su esposo. Los restos de Rafael yacen bajo el asfalto del enlace a la autopista de Astorga.
 


DIARIO DE LEON                                                Domingo, 16 de Abril de 2006

14-A PARA LA HISTORIA

Claveles para la reconciliación
PEIO GARCÍA

Alfonso Ordóñez, en el centro, representó al Ayuntamiento de la capital

Docenas de personas, algunas casi centenarias, presenciaron la colocación de la primera piedra del monumento a los «paseados» en un acto cargado de sentimiento y simbolismo
Marco Romero león

Fotos, monedas, recuerdos personales, el Diario de León del día y una caja cuya tapa representa la imagen de le heroína Lady Godiva son algunos de los símbolos que yacen bajo la primera piedra del monumento a los represaliados del franquismo en León.

Fueron enterrados el pasado viernes, coincidiendo con la conmemoración de la II República, en un acto muy emotivo presidido, fundamentalmente, por familiares de las víctimas; hombres y mujeres casi centenarios que acompañaron a los suyos en la tortura del ayer y que, pese a su delicado estado de salud, no quisieron perderse el homenaje que hoy les tributa el Foro por la Memoria de León.

Al grito de «¡Fascismo, nunca más!», Eduardo Silva, uno de los máximos responsables de esta entidad, dio paso al poeta Antonio Gamoneda, que leyó un manifiesto suscrito por cientos de intelectuales de todo el país en defensa de los valores republicanos diluidos por 40 años de dictadura. «La circunstancia [de encontrarse en el cementerio de León] no es totalmente triste porque recordamos a aquellos que feuron asesinados», dijo Gamoneda.

A sus palabras se sumaron voces de familiares que leyeron poesías en honor a sus muertos, algunos de ellos procedentes de lugares como Cataluña, Valencia y País Vasco, aunque principalmente los presentes eran leoneses y asturianos que ondeaban la bandera tricolor e insignias como estandartes del Che Guevara y del Partido Comunista.

Se notaron muchas ausencias políticas, aunque finalmente el Ayuntamiento de León envió representación en la persona del concejal de Cultura, Alfonso Ordóñez, encargado de realizar la ofrenda floral.

Reconciliación con la historia

Al terminar esta parte del acto, docenas de claveles rojos y flores fueron depositados sobre la piedra que simboliza la reconciliación con la historia. A partir de ahora, todo está en manos del Ayuntamiento. El proyecto de la capilla laica, definido por el arquitecto leonés Óscar García Luna, no tiene fecha de ejecución concreta, aunque la Mancomunidad de Serfunle, de donde saldrá el presupuesto, se ha comprometido a resolverlo en cuestión de meses.

Dos murales de 35 metros de longitud recogerán la identidad de más de mil personas que fueron ejecutadas durante los años de la represión franquista en León, una idea similar a la que se desarrolló en Oviedo.


CURSO DE VERANO EN VILLABLINO            17 al 21 de Julio de 2006

"La Guerra Civil 70 años después"

Así lo contaron el  DIARIO DE LEÓN (fundamentalmente), y LA CRÓNICA DE LEÓN/EL MUNDO:

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La historia sacude el fantasma del 36

  El experto en la Guerra Civil española defendió ayer en el curso que conmemora su 70 aniversario que «no había una revolución en marcha» que justificara el golpe de Franco

Secundino Serrano habla del paralelismo entre guerrilla y resistencia

Ponencias: José Andrés Rojo | Juan Andrés Blanco

A. Gaitero villablino  

Ni había una revolución en marcha, ni el asesinato de Calvo Sotelo, el 14 de julio de 1936, pueden usarse para justificar el golpe de Estado que acabó con la IIª República española el 18 de julio de 1936. Así lo defendió ayer en Villablino el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Santiago Aróstegui, en el curso de verano que conmemora la trágica efeméride con un repaso histórico a sus principales acontecimientos.

Aróstegui señaló que ciertamente había en el país «desorden laboral», pero «no había una revolución en marcha y todo podía haber sido arreglado por vías democráticas», como de hecho sucedió en otros países europeos que, como Francia o Austria, también estaban inmersas en conflictos sociales.

En cuanto al asesinato del político orensano, ministro de Hacienda entre 1925 y 1930, el historiador subrayó que cuando fue cometido este crimen, «el golpe ya estaba plenamente preparado». De hecho, la tesis de Aróstegui es que la sublevación «se empezó a gestar en el mismo mes de febrero de 1936 en que gana las elecciones el Frente Popular» y, es más, la República lo supo.

El precedente de la sublevación del 32, en la que Sanjurjo fracasó, motivó que «pese a las muchísimas advertencias que se dieron al Gobierno de Casares Quiroga se descuidara seriamente el proceder» para evitarlo. Con todo, tras setenta años de la sublevación que lideró Franco entre otros militares, el historiador no se atrevió a asegurar que la detención del general Mola —el cerebro de la operación— hubiera sido la solución. «Podía haber empeorado las cosas», reconoció.

Aróstegui también desmintió la versión de que el accidente aéreo de Mola pudo ser provocado para despejar el camino a Franco. «Para entonces —en 1937— Mola ya no tenía nada que hacer, Franco había tomado las riendas», precisó.

«Es evidente que la República, con todos sus intentos reformistas, no pudo controlar la situación», reconoció finalmente el historiador para quien resulta «preocupante» que un 36% de la población vea justificado el golpe de Estado.

«El fantasma no desaparece hasta hasta que se descubre», advirtió. En este sentido, recordó que Zapatero prometió en julio de 2004, en el primer consejo de Ministros, celebrado en León, rehabilitar a las víctimas «y dos años después no se ha hecho y lo poco que se ha hecho es totalmente equivocado». Aróstegui se refirió al decreto sobre excavaciones en fosas comunes de paseados de noviembre de 2005. «Con esta medida el Gobierno se lava las manos y da subvenciones a asociaciones privadas para un asunto de Estado que requiere medidas científicas y judiciales» y del que se excluye a universidades y a entidades públicas. En este sentido, alabó las iniciativas de comunidades como Cataluña y Andalucía.

También denunció que los movimientos sociales de recuperación de la memoria histórica «tienen mucho voluntarismo pero quieren saber poco», hasta el punto de protagonizar «esperpentos» como la exhumación de restos de personas que eran agnósticas o ateas y son enterradas de nuevo con ritos religiosos. «Muchos fueron denunciados por los curas», recordó.

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Secundino Serrano habla del paralelismo entre guerrilla y resistencia

 La oposición armada contra el franquismo y el régimen hitleriano por parte de los vencidos de la guerra civil y la relación que se estableció a partir de 1944 entre ambos movimientos de resistencia serán abordadas por el historiador leonés Secundino Serrano esta mañana en Villablino.

En el marco del curso de verano sobre la guerra civil organizado por la Universidad Carlos III, la Universidad de León y el Ayuntamiento de Villablino, en colaboración con la Fundación Sierra Pambley, Serrano esclarecerá algunos datos como la notable cifra de combatientes —5.000— y enlaces —unos 100.000— que intentaron acabar con la dictadura de Franco mediante las armas.

Emilio Grandío, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago, hablará del «ascenso contínuo del conservadurismo durante la II República» y de la oposición de la jerarquía de la Iglesia al régimen.

Bajo la premisa de que «España sólo puede ser monárquica», la reactivación de la derecha, explica el ponente, «tiene lugar desde los últimos meses de 1931 y los primeros de 1932» con proliferación de asociaciones conservadoras cuyo propósito «es recuperar el poder perdido y solventar la escasa representación parlamentaria».

Serrano estima que 40.000 mujeres se jugaron la vida como enlaces del maquis
«Las enlaces hicieron política en un tiempo que conculcó los derechos de las mujeres»
«La represión franquista empujó al monte a la guerrilla», afirma el historiador leonés
 
El maquis o guerrilla antifranquista en la que participaron unos 5.000 hombres, y excepcionalmente alguna mujer, no hubiera sobrevivido en los montes durante la posguerra española de no haber sido por los cien mil enlaces que les prestaron apoyo en el mundo rural. De este contingente de personas que «se jugaron la vida» para apoyar y suministrar sustento e información a los guerrilleros se cree que entre el 20 y el 40% eran mujeres. Así lo apuntó ayer el historiador leonés Secundino Serrano en el curso de verano La Guerra Civil setenta años después, que se celebra en Villablino.

El pionero de las investigaciones sobre la guerrilla antifranquista, tras reconocer que el interés del público por el maquis «no es comparable» con ningún otra tema relacionado con la guerra civil, apuntó que los guerrilleros han devenido en «personajes legendarios» porque «son la parte débil de una lucha desigual».

«Si hubiera existido en Estados Unidos, la guerrilla sería un subgénero cinematográfico», apostilló para señalar que su gesta radica en que «ellos solos se enfrentaron a todo el aparato de represión franquista». Tras más de veinte años de estudio y rastreo, pueblo a pueblo, de esta resistencia armada al régimen, el historiador ha llegado a la conclusión de que «más allá de cualquier consideración política e ideológica, el maquis es un inventario de las mayores miserias y grandezas humanas». En síntesis, «revolucionarios a la fuerza, sólo 200 eran políticos de verdad, personas sin especial educación política e incluso analfabetos que aprendieron a leer y analizaban El Capital en el monte. Animalizados en lo físico, olían a lobo, pero no desde el punto de vista intelectual y personal».

Fueron «seres excepcionales» que «todos los días y a todas las horas estaban esperando a que les mataran», aseguró a la veintena de estudiantes que siguen el curso en Villablino, dirigido por el profesor de Historia Contemporánea de la ULE Javier Rodríguez.

Respecto a la participación de las mujeres, Secundino Serrano subrayó la paradoja de que fuera precisamente «en el medio rural y en una sociedad que conculcó los derechos» de las féminas donde las mujeres enlaces -que pudieron alcanzar la cifra de 40.000- «participaron de la actividad política».

«Ante la situación de abandono de los perseguidos, las mujeres decidieron ayudarles mitad por humanidad, mitad por conciencia política», agregó antes de reclamar un homenaje a los y a las enlaces.

De la misma manera, Serrano enfatizó el papel de las exiliadas españolas en la resistencia francesa contra el régimen hitleriano y el gobierno colaboracionista de Vichy. «Su participación fue magnífica pese a sufrir una discriminación de género dentro de ese régimen», apostilló el catedrático de Geografía e Historia del IES Sánchez Albornoz de León.

Sobre el surgimiento del fenómeno maquis en España, Serrano puntualizó que «fue la represión lo que les empujó al monte» porque aunque todas las guerras civiles «son durísimas», en el caso de la española «la política de venganza y de no aceptar a los vencidos» obligó a muchos a echarse al monte «para salvar la vida». Otra cosa es que muchos de ellos, como fue el mítico Girón, optaran por no escapar de esa vida cuando la guerrilla queda aislada a partir de los años 50.

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CRÓNICA | LA DERECHA EN LA II REPÚBLICA
 
La historia de un golpe anunciado
El historiador gallego Emilio Grandío señala que «todo el mundo sabía, desde febrero de 1936, que iba a haber sublevación militar, pero se ha supervalorado la participación civil en ella»
El profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Santiago de Compostela, Emilio Grandío, resaltó ayer en Villablino que «para los historiadores es evidente que la Iglesia católica tiene una implicación absoluta en la reorganización de la derecha durante la IIª República y en dotar de un discurso al régimen franquista durante y tras la guerra civil». La Ceda, constituida en 1933, aglutina a la derecha católica coincidiendo con la subida al poder del Partido Nacional Socialista Alemán. «La derecha se muestra exultante por el éxito de la modernidad nazi y la católica Ceda copia su estética y su retórica», explicó.

En octubre de 1934 consigue que se nombre a tres ministros suyos en el gobierno republicano, El predominio de la derecha se hace patente «ante un Partido Radical en franca descomposición interna». Así el año 35 se desarrolla lleno de prohibiciones, suspensiones, nombramientos de gestoras y juicios a representantes de la izquierda. Es entonces cuando Alcalá Zamora decide agotar su cupo de convocatorias electorales y contra todo pronóstico, incluso para la izquierda, la Ceda pierde las elecciones de febrero del 36. La gran expectativa de voto que tenía hizo que su «percepción de la derrota fuera mucho mayor».

El profesor matizó a este respecto que «el golpe fue dirigido por militares y cuando fracasa y llega la guerra civil también es dirigida por militares». Aunque «todo el mundo sabía a partir de febrero de 1936 que iba a producirse una sublevación militar», cree que «la participación civil en la sublevación militar se ha supervalorado».

Para este investigador falta que la sociedad española comprenda por qué se produjo la guerra y superar «tópicos falsos» como que fue «una guerra entre rojos y azules», para lo que recomendó a los historiadores distanciarse del discurso político.  

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JOSÉ ANDRÉS ROJO

«Mi abuelo, un general leal, quedó muerto en vida tras ser juzgado por rebelión militar»

Vicente Rojo. Retrato de un general republicano es la biografía que su nieto, el periodista José Andrés Rojo, presentó ayer en Villablino como parte del curso de verano sobre la guerra civil. El militar republicano que jugó un papel más importante en la guerra civil, había quedado diluido en el olvido como «todos los militares leales».

 Setenta años después, su nieto considera que, frente a la permanencia de los nombres de los militares rebeldes en la memoria colectiva, «falta una justicia simbólica» hacia todos los militares «que cumplieron con su deber, que es lo más importante en una sociedad democrática».

Rescatar la memoria del abuelo, ese gran desconocido hasta en la familia, le ha costado años y lágrimas, especialmente a la hora de encajar los capítulos más trágicos de la vida del general. «Regresa desde Bolivia en 1957 porque su mujer estaba enferma y lo juzgan por rebelión militar, con penas accesorias que le inhabilitan para ejercer de ciudadano normal. Para él, fue una muerte en vida», relató el jefe de cultura de El País.

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JUAN ANDRÉS BLANCO

«Los 'nietos' de la guerra la ven sin complejos y reclaman más conocimientos»

 Con setenta años de historia sobre «catástrofe que supuso el 18 julio de 1936» ya son tres las generaciones implicadas en su memoria. El profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca, Juan Andrés Blanco, señaló que si la visión de quienes vivieron la guerra estuvo marcada por los extremismos y la de los hijos por un cierto olvido, «los nietos la miran sin complejos y reclaman más conocimientos» sobre el acontecimiento.

«Los jóvenes quieren saber cómo se llegó a la guerra civil y y por qué». En este sentido, señaló que la historiografía aún está coja de «una buena historia económica de la guerra, tampoco se han estudiado en profundidad los aspectos culturales ni la sociedad que hace la guerra». En todo caso cree que «debemos reflexionar sobre cómo se está estudiando la guerra y el franquismo para que aún haya gente que no acepte que fue una dictadura».Blanco consideró esperanzador para esclarecer muchos capítulos de la contienda la apertura de los archivos y de modo especial los estudios históricos locales si son serios.

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Jueves, 20 de Julio de 2006 

 70 AÑOS DE LA GUERRA CIVIL

Peña Laza, reducto del frente norte

La comisión de la memoria tiene sobre la mesa una petición para esclarecer la caída del bastión republicano en León

Una asociación quiere que el monte sobre Rodiezmo sea símbolo «contra la barbarie»

A. Gaitero / Villamanín  

«En el pueblo de Busdongo, todos miraban al cielo. Las peñas de Peña Laza estaban que echaban fuego ». La coplilla, que Rotilio Bayón escuchó tantas veces a la señora Quica, de Busdongo, es una síntesis popular de la caída del frente norte en León, en octubre de 1937, durante la guerra civil. Peña Laza fue el último bastión republicano en León y los pueblos de Cármenes, Villanueva de la Tercia, Barrio de la Tercia y Golpejar los últimos en caer en manos de los franquistas.

Setenta años después del golpe de Estado (18 de julio de 1936), que desembocó en la guerra fratricida, sigue sin esclarecerse la toma de Peña Laza por las tropas franquistas, oficialmente el 14 de octubre de 1937, que dejó expedito el camino hacia Asturias y acabó definitivamente con el frente norte. Eliminado este reducto, Franco se pudo centrar en el acoso a Madrid y el frente de Aragón y además sumó a los recursos agrarios que ya controlaba en la provincia, la riqueza minera.

La asociación Pozo Grajero, que trabaja para la recuperación de la memoria histórica de la guerra civil, ha pedido a la comisión creada por el Gobierno para que se investigue la verdad sobre la toma de Peña Laza. En los partes de guerra franquistas se dice que el 14 de octubre quedó ocupada la peña y «se han cogido 28 muertos del enemigo con armamento». Pero el gobierno republicano reseña en documentación oficial que ese día la peña es objeto de duros bombardeos por parte de la aviación y que al día siguiente «los facciosos después de dura lucha, tomaron Peña Laza».

Según estas versiones, en Peña Laza se habían ido juntando milicianos supervivientes de los combates de Aralla, Peña Ubiña, Pola de Gordón, Villamanín, Sierra del Cueto, los Celleros y Perruca o Pico del Moro. Estos milicianos, entre los que se encontraban vascos procedentes del frente de Santander, habrían resistido ferozmente los ataques en la peña y al ser derrotados muchos de ellos habrían sido fusilados a los pies de la montaña. Una inscripción en una piedra hallada en la cueva donde se cree que estuvo su cuartel general (bajo la peña El Rubio) hace referencia a las fuerzas republicanas que estuvieron en Peña Laza en los últimos días antes de la caída: «1ª Brigada Montañesa (...) nº 2. Chalet Miramar. 10-10-1937».

Del general Aranda, que mandaba las tropas franquistas en la zona, se recuerda por estos pueblos que advirtió en las vísperas de aquel episodio: «Vamos a tomar Peña Laza y no quiero prisioneros».

«Eran chavales y lloraban»

«Los sacaban de la iglesia de Ventosilla, llorando, cuando los llevaban a fusilar», señala el testimonio de una mujer recogido en el informe remitido a la comisión de la memoria histórica. «Eran chavales de 18 o 19 años y lloraban cuando los iban a fusilar», comenta Agustín Alonso, un vecino de Rodiezmo que entonces contaba 15 años y a los pocos días huyó a Pola de Lena para luego ser encarcelado.

La asociación, que también contabiliza más de 70 paseados civiles de pueblos de la zona, pretende que la montaña sea reconocida, y para ello protegida, como un «monumento contra la barbarie».

La derrota republicana en el frente norte fue decisiva para la victoria final de los sublevados», precisa el historiador Javier Rodríguez.

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Jueves, 20 de Julio de 2006 

 La configuración del frente norte en León

Golpe contra la II República

El golpe de Estado de 1936 se desarrolla entre el 17 y el 21 de julio. El 17 se pronuncia el ejército en Marruecos apoyado por Franco en Canarias. Los sublevados son Mola, Queipo de Llano, Cabanellas y Aranda. En León triunfó y sólo dos jefes de la Guardia Civil (el coronel Santiago Muñoz y el capitán Rodríguez Calleja) permanen fieles al régimen republicano.

Sábado 18 de julio

Llegan noticias a la capital sobre la sublevación de Franco y otros militares en el norte de África. Por la noche se oyen los primeros disparos.

Domingo 19 de julio

Llegan a León unos cinco mil voluntarios asturianos a quienes el coronel Aranda prometió que les entregarían armas en la capital. Emilio Francés, gobernador civil, se niega a dárselas. El inspector general del Ejército, Jesús García Gómez, media y consiguen algunas («escasas y defectuosas») bajo la promesa de salir de León. Con su salida, los sublevados tienen las fuerzas a su favor.

Lunes 20

Los sindicatos declaran la huelga general y piden armamento. A las 14.00 horas salen las tropas del cuartel del Cid, la Guardia Civil y los números de asalto que se habían sumado a la rebelión. Toman el Ayuntamiento, Telefónica, las emisoras de radio y la catedral y, por último, el Gobierno civil. Bajo amenaza de bombardeo aéreo, se rinden y son detenidas las principales autoridades civiles: Emilio Francés, gobernador civil, Ramiro Armesto, presidente de la Diputación, Miguel Castaño, alcalde, Alfredo Barthe, delegado de Campsa, Nicostrato Vela, director del matadero municipal. Fueron fusilados. Al igual que militares fieles como el capitán Rodríguez Lozano, La casa del pueblo y San Marcos fueron los últimos focos de resistencia. La rebelión se impone sin problemas en Tierra de Campos, el Páramo y La Cabrera, pese a que en Valencia de Don Juan, Sahagún, Valderas y Mansilla había importante organización sindical. En Astorga, sede del regimiento de Burgos número 36, el comandante Elías Gallego, partidario de la rebelión declara el estado de guerra. El alcalde, Miguel Carro, es detenido y luego fusilado. El Bierzo, Laciana y la montaña leonesa, configuran el frente norte leonés.

 Martes 21

Una columna del regimiento de infantería de Zaragoza nº 30, de Lugo, llega a Ponferrada apoyada por la aviación. Levantan el cerco al cuartel de la Guardia Civil y la resistencia en el Ayuntamiento. El alcalde Juan García Arias, detenido.

Miércoles 22

Comienzan los combates para avanzar sobre el frente norte de la provincia, marcado por la línea Riaño, Lillo, Boñar, La Vecilla, La Robla, La Magdalena, San Pedro de Luna, San Emiliano y puerto de Leitariegos.

Lunes 27

Las tropas franquistas toman Cistierna y llegan a Puente Almuhey.

Agosto

Ocupan Matarrosa del Sil y Páramo. Caen Láncara de Luna y Palacios del Sil; entran en Villablino, con resistencia. Se dirigen a Murias de Paredes y toman Barrios de Luna el 12 de agosto y, acto seguido, San Pedro de Luna, San Emiliano y Vega de los Viejos. El 15 de agosto entran en Caboalles y el 19 en Leitariegos. En la zona oriental, el 6 de agosto toman Lario, Acevedo y seguidamente Maraña, Lillo y Valdeteja.

Diez mil hombres y la aviación

El sector sublevado cuenta con unos 10.000 hombres desde Leitariegos a Sabero. Es decisivo el apoyo de la aviación, que bombardeó desde octubre de 1936 alrededores de San Emiliano y el puerto de Ventana, Torrebarrio, Peña Ubiña, Aralla, Geras, Mallo, Perales, Pola de Somiedo, Llombera y Orzonaga. Ametrallaron las estribaciones de Pajares, cuyos accesos cubrían entre 300 y 400 milicianos al principio de la guerra.

Comité de milicias leonesas

El 26 de agosto se crea en Busdongo el comité provincial de Milicias Antifascistas Leonesas. En septiembre el Frente Popular de León, que tiene ahora sede en Villamanín. El 26 de septiembre Belarmino Tomás es nombrado gobernador general de Asturias y León. Tras constituirse el Comité de Asturias y León se crea el III cuerpo del ejército con comandancias en León: Belmonte (mandada por José García González), puerto de Ventana (por el socialista David Antuña) , Pola de Gordón (capitán Eduardo Rodríguez Calleja), a su vez dividida en Geras, Pola de Gordón y Cármenes.

27 de octubre

Los republicanos toman Somiedo en una ofensiva que se extiende a Ventana, San Emiliano y San Pedro de Luna, con duros combates también en Villablino.

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Jueves, 20 de Julio de 2006 

La caída del frente norte en Léón

21 de noviembre

Las fuerzas rebeldes atacan Correcillas y debilitan el frente de Matallana-La Vecilla.

6-10 de enero de 1937

Villamanín, Busdongo y La Robla son duramente bombardeados y en días posteriores el norte de La Vecilla, Oseja y Soto de Sajambre.

9-13 de enero

El batallón de Asturias nº 50 (republicanos) toma el pueblo y el balneario de Caldas de Nocedo. Los rebeldes se hacen fuertes en Portilla de la Reina.20-22 de enero

Ataque republicano en Torrebarrio también ocupan Orzonaga y llegan hasta Matallana y luego Valdepiélago. Las tropas comandadas por el mayor de milicias Morán atacaron La Robla y llegan muy cerca de León, pero no logran consolidar posiciones.

Febrero

Francisco Ciutat es nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército Popular del Norte. Nace la 6ª división en el frente republicano y se hace cargo de ella Rodríguez Calleja, con tres divisiones (Pajares, Geras y Puerto de Pinos).

Mayo

Frente estable en los primeros meses hasta que en mayo comienza la última acción ofensiva republicana con una gran envolvente por los puertos de Tarna y San Isidro. El general Aranda consigue ocupar Peña Ubiña.

20.000 soldados de Franco

En junio, nuevo ataque republicano sobre Oseja de Sajambre. Toman las alturas de Ribota, Pío, Soto de Sajambre y Pica Ten. Son ya 20.000 hombres los desplegados en la montaña leonesa.

El caudillo, en León

El 9 de junio alecciona a los militares en León para resolver el frente norte. A comienzos de julio los franquistas recuperan Somiedo.

Septiembre

Tras caer Bilbao y Santander, en el norte sólo queda el frente asturleonés. El día 1 de septiembre el general Solchaga inicia el ataque por el mar y por el sur es el general Aranda se introduce por el norte deLeón con dos brigadas navarras. El 9 de septiembre comienza la fase final. Hace muy mal tiempo. Múgica toma Pedroso y Aralla y Gistau Gordón. Refuerzo de seis batallones milicianos.

 Días 10-15

Múgica toma Oblanca y la carretera de Aralla a Geras. Bajas numerosas en ambos bandos. Caen Geras, Paradilla y Carbonera hasta Pola de Gordón, incendiado por los milicianos antes de ser abandonado. Apoyadas por la aviación, las tropas franquistas cruzan el río Bernesga. Cuando alcanzan Peña Ubiña y Pajares los avianes ametrallan decisivamente. Los combates se centran en las alturas que dominan Villamanín. Los refuerzos republicanos a este pueblo contraatacan sin éxito y los franquistas toman Villasimpliz y La Vid. Aranda alcanza la línea de Celleros-Peña Prieta.

Días 17-22

Los franquistas llegan al túnel de la Perruca y controlan la carretera a Gijón. Toman Viadangos, Villamanín, y las tropas estacionadas entre Matallana y La Vecilla rompen el frente y ocupan cotas circundantes. El mal tiempo impide el uso de aviación y artillería. Alcanzan Busdongo (Salguerón) Robledo de Caldas y Caldas de Luna. En la zona oriental se ordena el avance sobre el puerto de Tarna. Los franquistas ocupan Fontún, Velilla y Vegacervera y alcanzan los altos de Villamanín y Cármenes, con fuertes contraataques de las milicias.

Días 25-30

Se rompe el frente y desde la clíneaMaraña-Uña-Polvoredo-Burón toman el puerto de Ventaniella. Camposolillo y las alturas sobre la carretera Cármenes-Valdeteja. Controlan la carretera de Cofiñal a Tarna y rodean Lillo. Avanzan por Valporquero. Desde Vegamián toma Rucayo la 81 división. Muñoz Grandes toma Cofiñal.

1 de octubre

Ceano llega al puerto de San Isidro y a Tolibia. El 7 la II brigada llega a Tarna, que se hallaba incendiado y el 10 suben por la carretera de Vegarada y alcanzan Redipuertas.

Días 16-19

Las fuerzas franquistas toman Pedrosa, Valverdín y Canseco, incendiado.

Día 20

Cármenes, barrio de la Tercia, Villanueva de la Tercia y Golpejar. Desde León cruzan los puertos en dirección a Asturias, lo que resulta decisivo para la victoria final de Franco en el frente norte.

Día 21 octubre de 1937: Con la entrada de la IV Brigada de Navarra en Gijón desaparece el frente norte y la guerra se centra en Aragón, Cataluña, Levante, y Madrid.

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Jueves, 20 de Julio de 2006 

  Aróstegui: «La República no actuó como debía para atajar el levantamiento»

Varias mujeres se trasladan con sus hijos y un pequeño equipaje en los días de la guerra en León

«La Guerra Civil, 70 años después», en los cursos de verano de la Universidad Carlos III en León LA DERECHA EN LA II REPÚBLICA Acción común con la Iglesia LA INVESTIGACIÓN Pioneros anglosajones EL 18 DE JULIO LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

Historiadores hacen balance esta semana en Villablino de la contienda civil en su setenta aniversario

D. López / León  

David Ruíz, catedrático emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Oviedo, es el encargado de abrir esta tarde en Villablino el curso «La Guerra Civil, 70 años después», que hasta el viernes abordará, «bajo criteriores estrictamente historiográficos», el estado de la cuestión, precisa su director, Javier Rodríguez.

Las repercusiones de la revolución de octubre del 34 sobre el conflicto y el papel de las fuerzas políticas de la izquierda centrarán la ponencia de Ruíz, que abordará también los procesos de radicalización del PSOE y la CEDA en este período y su culminación en la insurrección obrera, que se saldó con 15 veces más muertes que en las huelgas de 1917. Emilio Grandío, de la Universidad de Santiago, profundizará en otra ponencia en el ascenso de «en el escalón organizativo» de las fuerzas de la derecha durante la II República, sólo interrumpido momentáneamente por el fallido golpe de estado de Sanjurjo. «La unidad de acción de catolicismo y conservadurismo es un referente» a lo largo de este período es uno de los aspectos que analizará en su intervención Derecha y II República: entre el evangelio y la reacción .

La historiografía de la Guerra Civil es el tema que abordará Juan Andrés Blanco, que presenta un estudio sobre lo que se ha escrito y cómo se ha escrito, desde las primeras investigaciones de anglosajones (Paul Preston, Gabriel Jackson, Malefakis, etc.) hasta el denominado revisionismo. El golpe fallido del 23-F, en 1981, se dirá, es uno de los factores que contribuyeron a «frenar» la investigación en los años ochenta.

El impacto del golpe de Estado

Las consecuencias del golpe de Estado del 18 de julio sobre el Gobierno de la República y la evolución del mismo y los sectores que le apoyaron será abordado por el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, Julio Aróstegui. Recientemente ha publicado el libro Por qué el 18 de julio... y después , en el que considera que «el gobierno de la República tenía información confidencial, e incluso se sabe que tenían teléfonos de los sublevados intervenidos, pero incomprensiblemente no actuó como tenía que haberlo hecho para atajar el levantamiento».

El historiador apunta una posible justificación: «Quizá el gobierno de Casares Quiroga y el propio presidente Azaña pensaban que los militares no se atreverían a hacer el ridículo después del fracasado levantamiento de Sanjurjo en 1932».

Al igual que otros historiadores, sostiene que «si Azaña se hubiera decidido por nombrar presidente del gobierno al socialista Indalecio Prieto, habría cambiado el curso de la historia, pues Prieto era un político más de acción y habría ordenado la detención del general Mola, el cabecilla inicial del levantamiento militar», informa Efe.

Por su parte, el historiador leonés Javier Rodríguez analizará dentro del mismo bloque la evolución política en la zona sublevada y la configuración del régimen franquista. El profesor titular de la Universidad de León mantiene que los sublevados «se vieron obligados a improvisar un Estado, un Gobierno y una Administración en zona que controlaban». En conjunto, el nuevo orden «tiene una finalidad depuradora y represora». Entre las fechas clave, menciona el 1 de octubre de 1936, cuando la Junta de Defensa transmite los poderes al general Franco, en torno a quien se produce en adelante la unificación de falangistas y tradicionalistas. Entre las primeras leyes destacan el Fuero del Trabajo, la ley de Prensa, la de Enseñanza Media y la creación de la Comisaría General de Abastecimientos. El entramado creado en las provincias sublevadas ayuda a ejecutar esta política.

Combatientes y enlaces

Más de cinco mil combatientes republicanos y cien mil enlaces trataron de acabar con el régimen franquista desde la guerrilla, según los datos que aportará en el curso el leonés Secundino Serrano.

El maquis, especialmente activo entre 1944 y 1947, cierra su historia en 1965 con la muerte del último guerrillero conocido, José Castro Veiga «Piloto», que abatido por la Guardia Civil en Lugo.

Serrano ha investigado también el apoyo de los milicianos españoles a la resistencia francesa en la II Guerra Mundial contra Hitler, muchos de los cuales regresaron a España para luchar contra Franco, aunque «se saldó con un rotundo fracaso, que consolidó definitivamente la dictadura franquista», precisa.

LA REPRESIÓN

Biografías y documentales

Bernardo Maíz, de la Universidad Carlos III, abordará la «extrema violencia sobre los derrotados» según lo estipulado en la instrucción número 1 del general Mola y las diferentes formas de represión del franquismo por períodos, hasta el fin del régimen en 1977, dos años después de morir Franco. Carme Molinero, de la Universidad de Barcelona, planteará como un reto para los historiadores «conseguir que la historia penetre en la memoria». Como parte de esta memoria, en el curso se conocerá el proceso creativo y el valor historiográfico de la biografía del general Rojo, escrita por su sobrino, el periodista José Andrés Rojo, y el documental La escuela fusilada , del periodista leonés Daniel Álvarez, que aborda uno de los capítulos más sangrientos de la provincia.

«El último guerrillero conocido, José Castro Veiga, Piloto, fue abatido por la Guardia Civil en 1965 en Lugo»

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ENTREVISTA | JAVIER RODRÍGUEZ

«La represión ayudó a instaurar la dictadura»

El historiador leonés Javier Rodríguez es el director del curso de verano

Las cifras de la represión en León son una de las asignaturas pendientes de la historia en los estudios sobre la Guerra Civil

A. Gaitero / León  

El historiador Javier Rodríguez es el director del curso «La Guerra Civil, setenta años después» organizado, en el marco de los cursos de verano de Villablino, por la Universidad Carlos III de Madrid, la Universidad de León y el Ayuntamiento de Villablino con la colaboración de la Fundación Sierra Pambley. Profesor de Historia Contemporánea en la universidad leonesa y autor del libro León bajo la dictadura franquista: 1936-1951 , Rodríguez considera que el setenta aniversario de la guerra civil llega a una sociedad «más receptiva y que quiere saber más tanto de la IIª República, que celebra su 75 aniversario, como de la Guerra Civil, porque la democracia está perfectamente consolidada y hay más trabajo de los historiadores».

Además, destaca, «hay una buena receptividad de las instituciones públicas» y se han creado expectativas sobre un asunto que la Transición democrática dejó pendiente, la memoria, con las excavaciones de fosas de paseados y la preparación de una ley de memoria. La apertura de archivos que hasta hace poco han estado vedados también ha permitido rastrear sobre personas de las que se tenían testimonios orales.

-¿Qué significado tiene León en la guerra civil?

-León forma parte del apoyo básico para el bando sublevado porque desde los primeros días los mandos militares, salvo excepciones, se pusieron de su parte. Aunque hasta 1937 se mantiene un frente de guerra en el norte de la provincia, desde el Bierzo hasta la zona oriental de la montaña.

-Sin embargo, la represión fue muy fuerte.

-Precisamente por ser una de las primeras provincias sublevadas y porque con la represión se ayuda a instaurar el nuevo orden, que no debemos olvidar que fue dictadura. León es un buen ejemplo donde se puede estudiar la represión porque fue sublevada desde el principio.

­-También en el bando republicano hubo represión. ¿Es equiparable?

 -Durante la guerra hubo represión en los dos bandos, pero existe una clara diferencia en la naturaleza de las dos represiones. En la zona sublevada es un terror organizado que se irá convirtiendo poco a poco en una forma de acción política; en la republicana, las deficiencias de control de los centros operativos explican en gran parte el carácter de la represión, que afectó a personas que apoyaban la sublevación, siendo el clero uno de los grandes perjudicados.

-Pero aún no hay cifras definitivas sobre el alcance de esta represión, ¿se puede aproximar alguna?

-Yo no me atrevo, porque en León hace falta hacer un recuento -similar al que hizo Santos Juliá en varias provincias- y de momento no hay un proyecto global, sino cuestiones aisladas. Las cifras que se han dado son los 1.018 muertos por fusilamientos que constan en el cementerio de León y que investigó Secundino Serrano a partir de su registro. Además, Salas Larrazábal atribuyó a la provincia 1.409 muertos, 624 por aplicación de sentencia y 785 producto de asesinatos irregulares. Pero habría que ir más allá y es necesario porque nos daría una visión mayor de cómo fue la represión en León. No es que se imprescinble porque también hay que incidir en la calidad de esa represión.

-¿Qué otros aspectos aspectos hay pendientes de estudio?

-Falta todo el orden político desde el 51 hasta la reinstauración de la democracia. Con mi libro llegué hasta el año 51, que era el límite permitido para acceder a documentación personal según la ley de archivos, que establece 50 años para ello. Creo que debería limitarse un poco este período.

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Jueves, 20 de Julio de 2006 

 Las trincheras olvidadas y los símbolos franquistas permanentes

A. Gaitero / León  

Los restos de la guerra civil en la montaña leonesa están olvidados, aunque todavía permanecen en pie algunos ejemplares como el búnker de Aralla (en la foto). Construcciones bélicas similares fueron arrasadas en el norte de León con motivo de las obras del gasoducto, sin que se realizara ningún tipo de estudio sobre las mismas. Además, en el norte permanecen también líneas defensivas levantadas con piedras, como la que se puede contemplar en las inmediaciones de la estación invernal de Valgrande-Pajares.

Como ejemplo de estudio de la arqueología de la guerra civil está la línea de trincheras construidas al sur de Madrid por el ejército republicano para la defensa de la ciudad a finales de 1936. Se realizó, como parte del estudio de impacto ambiental, con motivo de las obras de construcción del tren de alta velocidad Madrid-Sevilla, aunque no pudieron conservarse. Se documentaron, en el páramo que domina la vega del río Manzanares, trincheras, puesto de mando, polvorín, nidos de ametralladora y puestos de tirador, además de recuperarse material de tipo bélico y civil. «A todos nos duele la cruenta guerra civil, pero es quizá el conocimiento profundo de la misma el que puede hacer contemplarla de otra forma».

Frente a este olvido, permanecen aún en diversos lugares las placas en homenaje a los «caídos por la patria», que representan sólo a los muertos del bando franquista. Si en localidades como Valderas se ha sustituido el monumento franquista a los caídos por otro que alude a todas las víctimas de una guerra injusta, en algunos monumentos, como la iglesia de Santa Colomba de la Vega, se mantiene la placa de homenaje.

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Jueves, 20 de Julio de 2006  

 CRÓNICA | RESISTENTES

La larga huida de Armando

Uno de los supervivientes de Peña Laza sobrevivió en el monte hasta 1950, cuando, ya sin compañeros, fue ayudado por un vecino de Busdongo para ir a Vigo y de allí a Brasil con documentos falsos

A. Gaitero / León  

Entre los milicianos leoneses que resistieron en Peña Laza hubo alguno que pudo escapar, como Armando Bayón, vecino de Busdongo, que había llegado desde el frente de Aralla. Anduvo huído por el monte con otros catorce hombres hasta que en 1950, se quedó solo. Sus compañeros habían ido cayendo uno tras otro. El último fue detenido y encarcelado. Aquel invierno, cuando se le cayeron las uñas de los pies del frío que había pasado decidió que ya no podía seguir en el monte.

Según cuenta su sobrino, Rotilio Bayón, «un vecino de Busdongo, de derechas, aunque amigo de la familia», se prestó a sacarlo de la zona y conducirlo hasta Vigo donde el Partido Comunista de España le ayuda a salir del país rumbo a Brasil «con documentación de un muerto».

Así fue que Armando vivió como Emilio hasta 1979. Aquel año, recuperada la democracia en España, decide regresar a su patria a intentar recobrar su nombre y su honra como combatiente republicano. Emilio retornó a Brasil como Armando, pues consiguió recuperar su identidad tras una gestión en la comisaría de León. Su partida de nacimiento, como la todo el municipio de Rodiezmo había perecido en el incendio del flamante consistorio de piedra durante la guerra civil.

Entre las llamas, el pueblo de Rodiezmo perdió también la sede municipal, pues el gobierno franquista decidió trasladarla a Villamanín, donde permanece desde entonces. Los incendios, que se atribuyen a los milicianos republicanos en su retirada, también asolaron el caserío en Villamanín, en Santa Lucía y en pueblos como Canseco en los últimos días del frente.

El caso es que Armando Bayón moriría en Brasil año y medio después de recuperar su nombre en León, lamentando que la democracia recién llegada no reconociera los servicios que prestó como miliciano. «Esta no es la democracia por la que luchamos», le decía a su sobrino.

Armando había perdido, al caer el frente norte, a su hermano Herminio, entonces alcalde de Rodiezmo, que fue fusilado, al igual que otro hermano, Nemesio y a su padre. Luis, el vecino que ayudó a Armando a escapar, salvó de la prisión de San Marcos por aquel entonces a otro hermano, el padre de Rotilio. Amador Viñuela, tío por parte materna pereció fusilado en la collada de Cármenes. «Al único del otro bando que se mató fue a Adolfo Cañón, diputado provincial de la Ceda; y por uno mataron a 70 de varios pueblos».

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LA CRÓNICA DE LEÓN.-                                        jueves, 20 de julio de 2006  

VILLABLINO / Curso sobre la Guerra Civil 70 años después

La profesora catalana Carme Molinero analizará esta tarde 'El franquismo y su memoria' 

L. DE LA VILLA / F. FERNÁNDEZ

La jornada de hoy anuncia dos interesantes ponencias. La de la tarde correrá a cargo de la profesora de Historia Contemporánea de la Autónoma de Barcelona Carme Molinero, que hablará de 'El franquismo y su memoria'. Pretende en su ponencia ir un poco más allá de los tópicos que se han repetido sobre el franquismo, la memoria y la forma de escribir la historia. «La sombra del franquismo se proyecta sobre nuestro presente y, en buena medida, la reanimación del mercado editorial de libros de historia está vinculada, más que a la demanda de conocimiento, al interés por aquellos aspectos que hasta ahora permanecían ocultos para muchos, reprimidos en la memoria para otros».

Molinero resalta que se ha estudiado mucho la represión franquista, pero señala que «La dictadura franquista fue un régimen cuya brutalidad no puede explicarse por la guerra civil, como pretenden siempre sus defensores, sino por sus propósitos originarios —aniquilar la denominada Anti-España— y por sus características —estado totalitario—. Por eso, siendo tan importante y diversa la represión ejercida por el régimen sobre la sociedad española es imprescindible resaltar que la política represiva fue solo un instrumento al servicio de la política tout court».

Por ello cree que ahora es el momento de «conseguir que la historia penetre en la memoria, es decir, conseguir entender por qué se produjeron aquellos acontecimientos para que la comprensión del pasado nos ayude a interpretar el presente y nos prepare para el futuro».

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<< Bernardo Máiz plantea en su ponencia un largo viaje por todo el franquismo, de 1936 a 1975, y un análisis de sus métodos de represión. «La guerra acabó en 1939, pero la resistencia al franquismo y las actitudes represivas de los vencedores perduraron tanto y más de lo que el franquismo duró». Afirma que los 'alzados en 1936' «ejercieron desde el primer día una extrema violencia sobre los derrotados, siguiendo rigurosamente lo estipulado en el articulado del Bando de Guerra con el que se sublevaron».

Mantiene el profesor gallego que la represión duró todo el franquismo, pero no siempre se ejerció igual y divide el periodo en varias etapas. «La legislación de guerra y del 'Nuevo Estado', entre 1936 y 1958; la legislación del franquismo consolidado, entre 1958 y 1972 y finalmente la legislación del último franquismo, entre 1972 y 1977».

Señala el ponente que esta legislación que analizará en su ponencia «conformaba un todo, del que lo más conocido es lo directamente político y lo menos conocido es su práctica, su ejercicio efectivo sobre la población, por lo qué cada uno de periodos en los que he dividido toda la etapa franquista requiere un análisis en el que hay que incidir en aspectos muy diversos a tener en cuenta».

A la hora de señalar esos apartados que habría que analizar habla de algunos grandes bloques, entre los que se encontrarían «Represión político-sindical; la represión educativo-cultural; la represión lingüística; la represión económica y la represión sexista, todas ellas muy presentes en todas las legislaciones y con gran importancia práctica».

Finalmente planteará Bernardo Máiz un análisis de qué es lo que «ha permanecido en nuestra memoria de toda aquella represión que a todos nos ha tocado sufrir de una u otra manera».

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Viernes, 21 de julio de 2006.-

VILLABLINO / Curso sobre la Guerra Civil

 Daniel Álvarez ofrece hoy una conferencia y presenta el documental 'La escuela fusilada' 

Jesús Calvo, productor, y Daniel Álvarez e Iñaki Pinedo, guionistas y directores del documental 'La escuela fusilada'. / D. RUBIO 

  FULGENCIO FERNÁNDEZ

El documental que analiza la represión sufrida por el magisterio después de la Guerra Civil —'La escuela fusilada'— que han realizado nuestro compañero Daniel Alvarez, redactor jefe de Provincia de EL MUNDO / LA CRONICA, e Iñaki Pinedo, ha sido el elegido para cerrar las actividades del curso sobre 'La guerra civil' celebrado en Villablino. A su vez, Daniel Alvarez también pronunciará una conferencia sobre 'Documentales y Guerra Civil. La ocasión perdida'. «El desarrollo de los documentales que se dedican a la Guerra Civil y a la posguerra, es un fiel reflejo de la etapa histórica por la que ha pasado el país desde la muerte de Franco. La Transición ofrecía todas las posibilidades del mundo, aún estaban vivos muchos de los protagonistas, pero apenas se hicieron documentales». Alvarez ofrece una explicación para ello. «Se insistió en que la guerra no interesaba y en que había que pasar página y eso fue muy nocivo».

El periodista leonés celebra algunas excepciones a esta teoría. «Menos mal que, por ejemplo, Jaime Camino rodó en 1977 'La vieja memoria'. De lo contrario, nos habríamos quedado sin el testimonio audiovisual de Diego Abad de Santillán, de Gil Robles o de Líster, por citar algunos personajes. Un lujo que un país que ha vivido el trauma de la Guerra Civil no se puede permitir».

En los años 80 «la Guerra Civil era cosa de los abuelos y la asignatura de Historia de España siempre se acababa en Cánovas y Sagasta, los abuelos mueren sin 'contar su batallitas' . En el siglo XXI, nos encontramos con el despertar de la memoria histórica, pero damos de bruces con la paradoja de que ya no queda quien nos la cuente. Descubrimos que aquellas 'batallitas' no eran sólo del abuelo, eran de todos, pero ya demasiado tarde».

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Cómo se hizo el régimen 

 El profesor de Historia Contemporánea de la ULE, Javier Rodríguez, coordinador a su vez del curso, ofrecerá la última conferencia del ciclo. Hablará de 'La evolución política en la zona sublevada: la configuración del régimen franquista'. Parte el profesor de la evidencia de que «con el comienzo de la guerra civil, los sublevados se vieron obligados a improvisar un Estado, un Gobierno y una Administración en la zona que controlaban. La creación de este aparato de gobierno no estaba planificada, pues de haber triunfado el golpe se habría formado una junta militar en Madrid. No sabemos que características hubiera tenido ese régimen, ni el grado de similitud con el franquismo; aunque se nos antoja que hubiera sido distinto, pues este último se explica precisamente por su nacimiento en una coyuntura de guerra civil» y a partir de ahí realiza un minucioso análisis de cómo fue evolucionando tanto desde la legislación como desde la vida diaria del país.

 

DIARIO DE LEÓN.-          Viernes, 21 de julio de 2006.-

 CURSOS DE VERANO EN VILLABLINO

Tres muertes que auparon a Franco

El curso «La Guerra Civil setenta años después» concluye hoy con una ponencia de Javier Rodríguez sobre la evolución del régimen franquista en las zonas sublevadas desde el 36

A. Gaitero / León  

Para entender por qué un militar solo y único, el general Francisco Franco, que incluso tuvo reticencias para sumarse al golpe del 18 de julio, se hace luego con todo el poder «es muy importante ver lo que sucede en la guerra» y en particular, señala el profesor Javier Rodríguez, las muertes, en distintas circunstancias, del general Sanjurgo, el jefe de Falange, José Antonio Primo de Rivera, y el general Mola.

El primero, que iba a ser el líder de la operación, muere el 20 de julio de 1936 en un accidente de avión en Portugal; muy importante se considera desde el punto de vista histórico la desaparición de Primo de Rivera, fusilado el 20 de noviembre de 1936 en la cárcel de Alicante, controlada por el bando republicano. Por último, Rodríguez constata el significado de la muerte de Mola, en otro accidente aéreo en Burgos el 3 de julio de 1937. «Si hubiera sobrevivido, el régimen habría sido muy diferente», afirma el director del curso de verano La Guerra Civil setenta años después organizado por la Universidad Carlos III, la Universidad de León y el Ayuntamiento de Villablino en colaboración con la Fundación Sierra Pambley.

En su análisis sobre la evolución política en la zona sublevada, Rodríguez detallará cómo se realiza la sustitución del personal político y de los funcionarios, en los primeros momentos de la guerra por designación de los militares y después a través de la única vía de participación en la política, afiliándose a Falange Española Tradicional y las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS) que Franco unificó en un decreto de 19 de abril de 1937.

El calado sociológico de la «dictadura fascistida», tal y como la denomina el historiador, está relacionado con la resistencia de una parte del imaginario colectivo «a indentificar a Franco como un dictador, mientras que nadie duda de que Hitler o Mussolini lo fueron».

La historia comparada y las definiciones de lo que es y no es democracia serán utilizadas en su intervención para subrayar el carácter dictatorial y totalitario del régimen: «La democracia implica el sufragio universal, masculino y femenino y elecciones libres, que en una dictadura no se dan».

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Bernardo Maíz: «La dictadura colocó al país en permanente minoría de edad, más aún a las mujeres»(Diario de león.- 04-08-2006)

  La prolongación de la represión en España más allá de la Guerra Civil e incluso de la muerte del dictador, en 1975, y sus características a lo largo de tres períodos claves (1936-1958; 1958-1972 y 1972-1977) fueron los aspectos abordados ayer por el profesor gallego Bernardo Máiz en el curso de verano La Guerra Civil setenta años después que se clausura hoy en Villablino.

«Nunca podremos saber la totalidad de su extensión», dijo Máiz acerca de la represión no sólo por la dificultad para aquilatar el número real de víctimas mortales sino por su diversidad más allá de la muerte legal y los «paseos»; los encarcelamientos, destierros, depuraciones y humillaciones «sembraron con éxito el miedo en varias generaciones de españoles», subrayó.

Si la represión de los primeros años «fue brutal», «no hay que olvidar que más de 60 personas murieron a manos de la policía o la guardia civil entre 1960 y 1977, cuando era más atenuada», recordó. Pero además, todos los aspectos de la vida cotidiana estaban bajo ese sistema represivo: la educación segregada, la represión lingüística, el trato sexista o la prohibición de los anticonceptivos o la inclusión de los homosexuales en la ley de vagos y maleantes... En definitiva, dijo, «la dictadura colocó al país en una situación permanente de minoría de edad, más aún para las mujeres» a las que, si se eran viudas, no se les permitía tutorizar a sus hijos o se les exigió la firma del marido para abrir una cuenta bancaria.

Máiz señaló que pese a que «hubo una resistencia social muy fuerte, de gente que no quiso colaborar con la dictadura» y que el «franquismo no tuvo la grandeza de aparato que el nazismo», el régimen triunfó «en cuanto consiguió que amplísimas capas de clase media se acomodaran».

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Carme Molinero: «La voluntad de hacer una ley de memoria histórica no invalida a la Transición»

  Los avances históricos de los últimos diez años y el debate cívico sobre el pasado reciente ha permitido que los historiadores empiecen a hacer oir su voz para construir una «nueva memoria pública» sobre la guerra civil y el franquismo que «es imprescindible en cualquier sistema democráctico», señaló ayer en Villablino la historiadora catalana Carme Molinero.

La profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona subrayó que «la voluntad actual de hacer una ley de memoria histórica no invalida el proceso de la Transición», ya que en aquella época el problema fundamental «era que se consolidara la democracia». «Nadie se planteó esta cuestión como urgente más allá de la ley de amnistía de octubre de 1977» con la que se quiso «anular la legislación franquista y reconocer que la lucha contra el franquismo era justa», precisó.

Es a partir de los años 80, dijo la historiadora, cuando no sólo en España sino en todo el mundo se empieza a tener una visión diferente sobre los derechos humanos y políticos. No obstante, la historiadora apuntó la necesidad de «hacer una ley que reconozca y compense moralmente a las víctimas, que las hubo en los dos frentes, flataría más, pero lo que se defendía no tiene el mismo valor ético».

Carme Molinero explicó que el franquismo construyó la memoria pública de la guerra civil, con todos los recursos a su alcance, sobre la «idea básica» de que la sublevación del 18 de julio «salvó a la patria del caos de la República». Esa memoria no reconoció, en cambio, que la República fue «una experiencia democrática, la primera del siglo XX», ni incorporó en la represión a las víctimas de la sublevación, mientras «todo el mundo sabía en cada población, la sufrida por el clero».

La profesora invitó a superar el vínculo exclusivo entre franquismo y represión y dijo que uno de los retos de la historiografía es hacer ver que «el proyecto franquista era acabar con lo que significaba la democracia, es decir, la libertad y la capacidad de las organizaciones políticas y las fuerzas sociales de luchar por sus ideas». El franquismo, por el contrario, quiso «instaurar una sociedad con un orden marcado por la disciplina, la jerarquía y una única verdad que todo el mundo tenía que aceptar», concluyó.

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«La escuela fusilada», del periodista Daniel Álvarez, cierra el ciclo

La depuración de maestros y maestras es una de las caras que más tempranamente despertó la curiosidad sobre la represión durante y después de la Guerra Civil. En León, ya en los años 80 se publicó el trabajo de Wenceslao Álvarez Oblanca y la propia Fundación Sierra Pambley, donde se celebra el curso de verano, fue objeto de la represión en la provincia de León. El documental La escuela fusilada , del periodista de El Mundo-La Crónica, Daniel Álvarez, viene a enriquecer el trabajo sobre la depuración pedagógica en la guerra fratricida con testimonios de primera mano que cada vez son más difíciles de conseguir por la evidencia del paso del tiempo.

«Sin testimonios de primera mano, sin personas que vivieron aquello no hay documental», señala Álvarez. La sociedad, que asiste al despertar de la memoria histórica, tiene la última oportunidad de salvar lo poco que queda de aquellas «batallitas del abuelo que antes nadie quiso escuchar».

 

sábado, 22 de julio de 2006  

 VILLABLINO / Curso sobre la Guerra Civil 70 años después

 Javier Rodríguez se muestra satisfecho con estas jornadas que clausuró con Daniel Álvarez 

Javier Rodríguez clausuró el curso con una ponencia sobre la organización del régimen político en la España sublevada desde el inicio de la Guerra Civil, tras el golpe de Estado.

Cuándo fue la primera vez que os hablaron de la Guerra Civil y el franquismo en vuestros colegios o facultades?». La pregunta se la lanzó Daniel Alvarez en el debate de su ponencia a los alumnos del curso sobre 'La Guerra Civil setenta años después' que ayer se clausuraba en Villablino. Los asistentes son universitarios, de diversas carreras, y algunos tuvieron que reconocer que hasta que no llegaron a este ciclo nadie les había hablado en serio de este asunto tan vital en la Historia de España reciente.

El coordinador del curso, Javier Rodríguez, señalaba que esa respuesta justificaba el curso y era uno de los motivos que le había llevado a organizarlo. «Yo soy historiador y me he centrado en este periodo, he hecho la tesis y publicado artículos y libros, pero creo que hace falta dar un paso más, estoy convencido de que la función social del historiador es llevar sus conocimientos más allá de los círculos especializados, contárselo a la gente; para lo que también es necesaria la colaboración de los medios de comunicación, que llegan a mucha gente».

Señala el coordinador del curso que uno de los aspectos más positivos de esta mirada a la época de la Guerra Civil desde la atalaya de 70 años de distancia ha sido «la comunicación entre los ponentes y los chavales, que no eran todos estudiantes de historia, los había de Derecho, Económicas... Con ello se ha cumplido lo que se pretendía, dotar de instrumentos a los alumnos para la reflexión, para el debate».

GRAN NIVEL Javier Rodríguez no ocultaba su satisfacción por cómo había resultado este curso. «Ha sido una primera iniciativa y creo que se ha ganado el apoyo para futuras ediciones. La historia es una ciencia como otra cualquiera y las instituciones deben entender que tan importante como puede ser para un veterinario hablar de la vida de las ovejas lo es para un historiador la Guerra Civil, sin tapujos pero con documentación, con datos, con estudios».

En resumen se atreve a señalar que «ha sido un curso de una calidad muy elevada en función, sobre todo, de la incuestionable valía intelectual de los ponentes, muchos de ellos grandes expertos a nivel nacional en los asuntos que han abordado en este curso de Villablino». Pues, a seguir.

 «No hay que tener miedo a estudiar la historia»

La calidad de las ponencias y la participación del alumnado han marcado la semana lectiva en que se ha desarrollado el curso sobre la Guerra Civil en la universidad de verano de Villablino, según señaló su director, Javier Rodríguez.

El profesor asociado de Historia Contemporánea de la Universidad de León también destacó que «no ha habido un discurso único» sobre la contienda, de forma que el alumnado puede tener una visión completa sobre lo que supuso la Guerra Civil para el país.

 Rodríguez defendió la necesidad de que la historia, como ciencia que es, estudie cualquier acontecimiento sin miedo. En concreto, señaló que el último siglo de la historia de España «es muy importante para poder entender el presente» y la Guerra civil «tiene muchas aristas» que deben ser investigadas «más allá de lo que puede ser un año como este en el que se celebra el 70 aniversario».

 

DIARIO DE LEÓN                                              Sábado, 22 de Julio de 2006 

Clausura del curso sobre los setenta años de la Guerra Civil con «La escuela fusilada»

Daniel Álvarez ofreció una conferencia y presentó el documental "La Escuela Fusilada".

El periodista Daniel Álvarez señala que el magisterio no pudo «plantar cara» a la represión: «En la guerra no hubo clemencia con los maestros, fueron víctimas puras»

A. Gaitero/ León  

El criterio de pasar página sobre la Guerra Civil imperó en las primeras décadas de la democracia. También para el género documental que, salvo la honrosa excepción de La vieja memoria , de Jaime Camino, decidió prescindir de los valiosos testimonios que aún se podían recoger de muchos de sus protagonistas. Así lo señaló ayer el periodista leonés Daniel Álvarez en el curso de verano La Guerra Civil setenta años después , que se clausuró en Villablino tras una semana de intensas sesiones sobre el conflicto y el régimen franquista que surgió del mismo.

Es la generación de nietos de la guerra la que se ha puesto manos a la obra para rescatar a las pocas voces vivas que aún quedan, no tanto del conflicto como de la posguerra. Daniel Álvarez y el profesor Iñaki Pinedo se adentraron primero en el mundo la guerrilla antifranquista y este año han estrenado La escuela fusilada, un relato audiovisual con testimonios de maestros depurados, hijos de los fusilados y las frías pero abultadas cifras de la represión pedagógica que supuso la Guerra Civil y que profesores como Francisco Norente Valero y Vicens Navarro han aportado con sus investigaciones.

Uno de cada cuatro maestros de de los 61.000 que había en España, sufrieron algún tipo de sanción (traslado, suspensión, etcétera) y 6.000, casi el 10% fueron separados definitivamente de su profesión.

Para Daniel Álvarez, la gran diferencia entre la guerrilla y la depuración del magisterio es que mientras los primeros «fueron víctimas que se defendían» con su lucha armada en el monte, los maestros y maestras «no pudieron plantar cara a nada, fueron víctimas puras». El periodista leonés precisó que «el régimen actuó sin clemencia y sin ninguna búsqueda de la reconciliación» que cabría esperar de los vencederos de la guerra.

El cortometraje se desarrolla en varias provincias, entre ellas León y Teruel. Emocionante fue el encuentro de Paulino Rodríguez Hidalgo, maestro represaliado de Villafeliz de Babia con alguno de sus alumnos en el pueblo setenta años después. Los autores del corto le propusieron viajar al pueblo babiano y propiciar el reencuentro.

Como anécdota, Álvarez cuenta que habían avisado a los vecinos de Villafeliz de Babia el día anterior pero cual no sería su sorpresa al llegar y ver que no aparecía nadie. «No nos creyeron», dice riéndose. El caso es que el encuentro se produjo y para Paulino Rodríguez Hidalgo, que veranea en La Magdalena, ya es uno de los momentos históricos de su biografía, marcada por aquel 18 de julio de 1936

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DIARIO DE LEÓN  -   04-08-2006

¿Solicitará Zapatero que se le reconozca la pérdida del diario propiedad de su bisabuelo?

Con el golpe de estado del 18 de julio de 1936 se desencadenó la represión, que afectó directamente a los medios informativos. La Democracia -alentada por la familia de Miguel Castaño-, Distrito Universitario -en manos de Marcos Candanedo- y La Mañana -dirigida por Pinto Maestro y propiedad del suegro de Rodríguez Lozano, abuelo del presidente del Gobierno- cayeron bajo el peso del plomo.

En la misma sombra se sitúan otros episodios que con la entrada de la ley podrían ser revisados: la incautación de las fincas sobre las que creció el barrio de San Claudio a María Sánchez Miñambres, primera concejala de España; la venta por un peseta de uno de los principales solares de Ordoño II hecha por la familia González Roldán, vinculada a la logia masónica; el paso de la propiedad del Monte San Isidro y San Cayetano de manos de Sierra Pambley al régimen por 10 pesetas; o la operación por la que la millonaria Viuda Hevia Chausant perdió sus terrenos para que creciera el barrio de Pinilla.

Esta popular zona en la margen derecha del río, que se pobló de habitantes de los pueblos tapados por los pantanos, lleva el nombre de su promotor: Carlos Pinilla, subsecretario de Trabajo y Gobernador Civil de León desde 1940 hasta agosto de 1941, que inauguró en 1942 la cooperativa de viviendas del Hogar Nacional Sindicalista; aunque el Foro por la Memoria también le acusa de «sembrar el terror».

Bajo el criterio de mantenimiento de aquellos nombres que tuvieron relación con León, Carlos Pinilla permanecerá en el callejero. Un punto de vista por el que desde los círculos de izquierdas, encabezados por la CNT, también se reclama que finalmente tenga su homenaje en la ciudad el anarquista leonés Buenaventura Durruti.

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EL MUNDO- LA CRÓNICA DE LEÓN                           miércoles, 20 de diciembre de 2006  

 TRIBUNALES.-         Unos ovetenses reclaman la propiedad de una parte del leonés barrio de Pinilla 

 DANIEL ÁLVAREZ

 LEÓN.— Parece una broma del cercano día de los Santos Inocentes pero no lo es. Una familia asturiana ha iniciado los trámites para reclamar judicialmente sus derechos de propiedad sobre los terrenos en los que en los años 40 se edificó buena parte del actual barrio de Pinilla, en el que viven más de 10.000 personas. El bufete de abogados de Oviedo Queipo y Riego han presentado en el Juzgado número dos de León una demanda que, de prosperar, podría suponer al Estado el pago de una indemnización millonaria.

La cliente de este equipo de letrados es la bisnieta de María Luisa Garrido, propietaria de 30.000 metros cuadrados en lo que hoy es el barrio de Pinilla. Según la denuncia, en 1941, fue obligada, bajo la amenaza de recibir una multa diaria de 10.000 pesetas, a vender su finca a la Obra del Hogar Nacional Sindicalista, dependiente de Falange, para la construcción de la actual barriada. El precio pagado por estas tres hectáreas de terreno fue de 523.579 pesetas de la época.

 ¿Cómo demostrar después de más de 60 años que existió esa coacción? La edición del día 6 de mayo de 1941 del periódico Proa se ha convertido en el mejor testigo. Un anuncio firmado por el gobernador civil Carlos Pinilla evidencia estos hechos. Bajo el titulo de «Nota del excelentísimo señor gobernador civil» aparece una columna en la que se da cuenta del proyecto de construcción de 750 viviendas para acometer «a fondo la resolución de la vivienda modesta en la capital». Para ello, continúa la información, «se están adquiriendo 300.000 metros cuadrados entre las carreteras de La Magdalena y San Andrés del Rabanedo». La nota destaca que muchos propietarios dieron «toda clase de facilidades», pero «en contraste con ellos» otro grupo «viene ofreciendo resistencia pasiva a tal proyecto». Ante este hecho, el anunció concluye que se impone una multa de 10.000 pesetas diarias a Luisa Garrido.

 Uno de los abogados que lleva el caso, José Ramón García Queipo, manifestó ayer que los vecinos del barrio de Pinilla no tienen que preocuparse por esta demanda ya que lo que se reclama es la nulidad de todo derecho de aquella venta, lo que invalidaría el cambio de la propiedad, pero no se reclama la reversión de la misma sino una indemnización que debería correr a cargo del Estado de forma subsidiaria. «Se gane o se pierda, no va a inferir en nada en las personas que viven en esas casas», apuntó García Queipo.

El proceso ya ha iniciado la fase de comparecencias y el otro abogado que lleva el caso, Luis del Riego, consideró ayer que el Juzgado número dos de León podría pronunciarse el próximo mes de febrero. Su compañero, José Ramón García, señaló que cuando pusieron el caso en manos de su despacho, comprobaron que había jurisprudencia al respecto. Uno de los puntos que ha alegado el abogado del Estado en el acto de conciliación previo, en el que no se llegó a un acuerdo, es la prescripción de los hechos. Ante ello, los abogados Queipo y del Riego esgrimen que su petición de nulidad radical del contrato no prescribe y que, en cualquier caso, han encontrado sentencias que especifican que la restitución de prestaciones prescribirían a los 30 años a contabilizar a partir de la aprobación de la Constitución Española. Este plazo se cumpliría en el 2008.

 Los letrados de la familia de la propietaria de un décimo de los terrenos de Pinilla aseguran que éstos no quieren, bajo ningún concepto, dar a conocer su identidad. «No quieren salir en la prensa, quieren que se haga justicia porque han sufrido mucho», señaló Luis del Riego.

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 Un gobernador civil de la posguerra que dio nombre a un barrio 

 LEÓN.— El paso de Carlos Pinilla por León fue muy breve pero dejó una huella imborrable en la ciudad tras la construcción del barrio que lleva su nombre y a cuyo desarrollo contribuyó de forma importante. Fue gobernador civil de León entre los años 1940 y 1941 y su mandato se vio envuelto en no pocos asuntos polémicos.

Carlos Pinilla Turiño nació en la localidad zamorana de Cerecinos de Carrizal en 1911 y ya en 1938 era el jefe provincial del Movimiento en Zamora. Un año después del final de la guerra civil tomó posesión de su nuevo cargo como gobernador civil de León. Antes lo había sido de Zamora. Según relata el volumen de Historia de León que editó este periódico en 1997, Pinilla llegó acompañado de un grupo de falangistas zamoranos que impusieron la ley del terror en León. Entre los abusos reflejados en aquel texto ya se destaca «la imposición injustificada de multas y donativos voluntarios, la arbitrariedad en el reparto del suministro de los cupos racionados, los atropellos desde la secretaría de Orden Público, el favoritismo con sus amigos y la tolerancia con los lupanares de la capital».

Según la referida publicación, estas acciones y las de la guardia personal de Pinilla fueron denunciadas por el abogado Francisco Roa de la Vega ante el Tribunal Supremo. El incidente se saldó con el destierro del denunciante. Carlos Pinilla dejó el cargo de gobernador civil de León a los pocos meses de la denuncia y después de ser nombrado subsecretario del Ministerio de Trabajo con José Antonio Girón. Su sustituto en el gobierno civil leonés fue Narciso Perales Herrero, que ocupó este cargo entre 1941 y 1942.

 Durante los primeros años de la posguerra los cambios en este puesto son constantes hasta que en 1944 llega a León Carlos Arias Navarro, que se mantuvo en él hasta el año 1949 dándole mayor estabilidad a una institución que en aquella época estaba cargada de prerrogativas y competencias.

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«Siempre han tenido esta espina clavada» 

«Esta familia siempre ha tenido una espina clavada con esta historia». Esa es una de las justificaciones que esgrime José Ramón García Queipo para explicar las razones que más de 60 años después han llevado a la reclamación por los terrenos sobre los que se erigió el popular barrio de Pinilla. El agravio sufrido por la propietaria pasó de padres a hijos y llegó hasta su bisnieta que consultó al reseñado bufete de abogados de Oviedo la posibilidad de plantear este caso. «Tras consultar la jurisprudencia vimos que había posibilidades», indicó José Ramón García Queipo. Los abogados también reseñan que, aunque la propietaria del terreno en ningún caso podría calificarse de republicana, tampoco estaba próxima al régimen franquista recién instaurado. «Si lo hubiera estado es casi absolutamente seguro que no hubiera pasado lo que pasó», concluyó Luis de Riego.

 

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