---:::---   Actualizado:  13-03-2010   ---:::---

Huesos al Borde del Camino 

                   José Cabañas González                                                                                  febrero de 2009

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       Una vez más, una historia de nuestra pasada guerra civil, otra historia más cuando algunos, en alguna parte y también cerca de nosotros, claman y dicen que ya basta, que ya está bien, y se molestan por que se siga hablando de ella. Qué hartazgo de aquella aciaga guerra (más adversa para unos que para otros: a unos los hicieron víctimas, y otros se hicieron beneficiarios, cuando no también verdugos[1]) dicen algunos, tal vez interesadamente, tal vez deseosos de no saber y de que otros no sepan, empeñados quizás en que a toda costa se mantenga otra versión, más agradable para ellos, difundida y sostenida durante tanto tiempo, con fondos de todos tantas veces, a pesar de su manifiesta parcialidad, a pesar de ser falsaria en mucho muchas veces, y a pesar de resultar tan  inmerecidamente injusta para tantos. Quienes así se manifiestan desconocen y no valoran que "vivir con la memoria puede ser terrible, pero hacerlo sin ella es aún peor"[2]. Por otra parte, al argumento de que sobre aquel tiempo todo está ya dicho se opone la terca realidad de que de él se habla hoy más que nunca, se crea y se publica más que nunca, y más que nunca se ocupan los medios, mostrando también hoy más que nunca el afloramiento de nuevos y desconocidos horrores, algunos de los cuales como el robo de niños y sus adopciones irregulares durante el franquismo nos tocan de cerca, como muestra la prensa provincial cuando informa del caso del “bebé secuestrado por un oficial nazi de la Legión Cóndor, la niña arrebatada a su madre, presa en San Marcos, en octubre de 1937, primero que sale a la luz de una leonesa arrancada a su familia con total impunidad durante la Guerra Civil”[3], o cuando lo hace sobre la asignación el 22 de febrero de una calle en León a víctimas de la represión de aquel periodo[4].

       Un año antes, el 10 de octubre del 36, eran asesinadas once personas, bañezanas todas o relacionadas con La Bañeza, en un paraje del término de Izagre, al lado de la carretera de León a Valladolid. A primeros de septiembre del año 2008 algunos familiares de aquellas inocentes víctimas pudieron por fin y después de tanto tiempo recuperar los restos de sus seres queridos. Creemos que un hecho como éste sea, además de cercano y novedoso, importante y especialmente significativo en un pueblo como el nuestro en el que hay aún un considerable número de personas y familias que cuentan entre sus deudos a asesinados en parecidas circunstancias, y  de los que, lamentablemente, se desconoce el lugar de su martirio y se carece por ello de toda posibilidad de recuperar sus huesos. Por eso contamos en estas páginas la historia de cómo sus familiares traen a casa a aquellas  personas, de cómo se recogen sus restos del inicuo lugar en el que sus asesinos los tiraron, de cómo se dignifican unos huesos que, en palabras cantadas de Pedro Guerra, no son “…sólo huesos, / desvencijados huesos / enterrados al borde del camino. / Abandonados huesos, no acariciados huesos / de un dolor no amortajado... En el calcio del hueso hay una historia: / desesperada historia, desmadejada historia / de terror premeditado. Y habrá que contar, / desenterrar, emparejar, / sacar el hueso al aire puro de vivir. Pendiente abrazo, / despedida, beso, flor, / en el lugar preciso / de la cicatriz…”.  Desenterramos aquellos restos, los sacamos al aire y los emparejamos, y lo narramos ahora:                                                                                 Abraham Bécares Rodríguez  >>>>>   

A propósito de la preparación, en el año 2003, del homenaje tributado en nuestro pueblo a las víctimas de la represión franquista y a todas las de la violencia en el municipio, en la primavera y verano de aquel año se reactivó en La Bañeza el interés por saber también allí de los represaliados por el franquismo en el tiempo de la guerra civil y la posguerra. Se reaviva entonces el empeño, puesto que ya había habido antes actuaciones públicas, como la del recuerdo y la reivindicación de la memoria de las víctimas bañezanas mediante la publicación de una esquela-recordatorio en El Adelanto Bañezano el 20 de diciembre de 1986. Se produjeron entonces contactos entre familiares de las víctimas de La Bañeza e investigadores de la represión franquista ejercida sobre bañezanos y quienes habíamos indagado sobre la represión en Jiménez, fruto de los cuales fue ampliar el conocimiento de lo sucedido en aquel periodo histórico en ambos lugares.

Ya en el mes de agosto de 2003, familiares e investigadores bañezanos se desplazaron a algunos de los pueblos en los que se suponía habían terminado varios de los asesinados de La Bañeza en el otoño de 1936, Maire de Castroponce e Izagre entre ellos. Además de confirmar en ambas poblaciones la existencia de fosas de “paseados” naturales de La Bañeza, en el cementerio en el primer lugar y en el campo en el segundo, les informaron, en Izagre, de la existencia además allí de otra fosa, cuya ubicación también les señalaron, y en la cual se hallarían once estudiantes de la Escuela de Veterinaria de León. Se confirmó así la existencia en Izagre de dos fosas comunes: la de los bañezanos, con ocho varones y una mujer, y la de los estudiantes, de los que no se aportaba dato alguno sobre sus posibles identidades ni ningún otro que permitiera tratar de esclarecerlas.                                                                         Abraham Bécares Rodríguez  >>>>>  

Una vez manifestada la voluntad de algunas familias de víctimas bañezanas cuyos restos, según los avances de las investigaciones, se hallarían en las fosas de Maire de Castroponce e Izagre, de exhumarlos y recuperarlos para sus respectivos panteones, con la ayuda de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) cuya intervención para ello solicitaron, se incluyó por la Asociación la posible exhumación de estas fosas en la programación del año 2008, después de una reunión mantenida con dichos familiares en La Bañeza a mediados de diciembre de 2007, a la vez que se continuaba con la investigación previa a las mismas, tratando de profundizar en el conocimiento de las identidades de quienes en ellas terminaron y en las circunstancias que allí los condujeron. En febrero de 2008 colaboradores de la ARMH acompañados por descendientes de alguno de los asesinados bañezanos se desplazaron de nuevo a estos lugares, para ubicar las fosas con exactitud, recabar de personas de los pueblos más datos relacionados con las mismas, y estudiar la viabilidad de las exhumaciones. A ellos les confirmaron una vez más los datos que ya nos eran conocidos.

A primeros de julio de 2008 me desplacé a Maire de Castroponce y a Izagre, para tratar de completar las informaciones disponibles sobre las fosas de uno y otro lugar, obtener datos precisos que pudieran facilitar los procedimientos de las exhumaciones, y ultimar lo necesario para proceder en su momento a las mismas, a la vez que me aseguraba de que las sucesivas ampliaciones de la carretera León-Valladolid no habían afectado a la fosa situada, en Izagre, en uno de sus laterales. De lo indagado hasta la fecha, y del cruce de multitud de datos, documentales unos y de aportaciones de testimonios orales otros, pudimos, a lo largo del tiempo, concluir lo siguiente respecto a la fosa de los bañezanos, situada en las cercanías del punto kilométrico 275 de la carretera N-601 León-Valladolid, a la izquierda y ya en esta provincia:                                                                                                                      Abraham Bécares Rodríguez  >>>>>

En ella terminaron 11 personas (diez eran residentes en La Bañeza, y el otro había tenido relación con la ciudad), diez hombres y una mujer, sacados en la noche del día 9 de octubre de 1936 de San Marcos de León donde algunos ya se encontraban desde antes de esta fecha, y otros habían sido llevados a media tarde de ese día desde la Prisión del Partido de La Bañeza, en la que ya estaban encarcelados desde finales de julio o primeros de agosto (hasta el 13 de octubre de 2008 no obtuvimos la certeza de haber sido once los asesinados en Izagre. Antes de esta fecha creímos que habían sido diez, ya que así se había transmitido siempre, tanto en La Bañeza como en Izagre). Llevan este día 9 de octubre, viernes, para San Marcos a estas personas de la cárcel bañezana, y se les dice que es para “sumariarlas”, y efectivamente, todas o la mayoría estaban incursas en el Sumario 151/36 que se les había incoado por los “hechos de julio” en La Bañeza, es decir, por defender la legalidad y al gobierno legítimo que el pueblo, en Elecciones Generales, se había dado; por oponerse al fascismo y defender el estado de derecho y la democracia. Los trasladan a San Marcos en un autobús de la Empresa Ramos al que siguen cierto número de vehículos, particulares y requisados, con las fuerzas de custodia, falangistas, y otras personas. Ese día, viernes y hasta la mañana del sábado, tocaba hacer las guardias en la Prisión de La Bañeza a los falangistas de la villa. Algunas mujeres, familiares de los trasladados, pretenden e intentan seguirlos a León en otros vehículos para interesarse por el lugar al que los llevan, pero no lo consiguen; no encuentran ni encontrarán en los tres días siguientes quien las acerque o permita que viajen hasta León; no hubo en La Bañeza transporte para ellas… (Las hermanas de Julio Fernández Martínez si consiguieron presentarse en San Marcos a la mañana siguiente; les dijeron que ya no estaban allí los bañezanos, y que preguntaran por ellos en la Prisión de Astorga…).

En San Marcos, ya en la madrugada del día 10 de octubre de 1936, sobre las tres de la mañana, sacan a las víctimas para Izagre; 11 personas, de las cuales se encontraban ya allí desde el 16 de agosto Abraham Becares y José Simón Alejo; desde el 5 al 9 de octubre Norberto Ángel Martínez, y desde el mismo día 9 Juan María Begué. En la mañana del 10 de octubre son hallados sus cadáveres en el campo, en la cuneta a un lado de la carretera León-Valladolid, a la derecha, por los primeros campesinos que se dirigen a las labores de la sementera. Conocido el hecho en el pueblo, acuden al lugar el cura, el maestro, y otros vecinos de Izagre. Entre las víctimas hay una mujer, una bañezana, María Alonso Ruiz; lleva aún el pelo corto por el rapado que los falangistas le han aplicado en la Prisión del Partido y se cubre la cabeza con una gorra. Begué Arjona, Registrador de la Propiedad, es el único que porta Cédula de identificación, y una estilográfica marca Schiffer y un anillo de boda que uno de los lugareños que ayudan a enterrarlos, en el lado opuesto de la carretera a aquel donde los hallan, se apropia. Algunas mujeres, familiares de algunas de las víctimas, solo pasados tres días de su traslado consiguen viajar hasta León y desde allí a Izagre. Llegan, pero nada pueden ya hacer sino tomar nota y memoria del lugar de la fosa en la que han terminado sus seres queridos, señalada con piedras, con forma semicircular, y cuya zona no fue labrada en muchos años, pagando para que así se hiciera a los dueños de las fincas. Las familias de algunos asesinados inscribieron la defunción de los suyos en el Registro Civil de La Bañeza en los años siguientes, fuera de plazo, y por lo que respecta a la de Begué Arjona, desde su inscripción intentó su esposa, Olimpia Cantó, la exhumación de los restos de su marido, lo que consiguió en el año 1959, con la aquiescencia de las autoridades del momento. Los restos de Begué Arjona fueron depositados en una sepultura del cementerio de Izagre hasta 1971, en que los trasladan al panteón familiar en Madrid. También recuperó su familia la estilográfica y el anillo que aquél llevaba cuando fue asesinado.                                                                                      Isaac Nistal Blanco  >>>>>

No resultó fácil conocer las identidades de los “paseados” en la fosa de Izagre. Partíamos de saber que allí se encontraban María Alonso e Isaac Nistal, con otros más, y de hecho no conseguimos avanzar en la asignación de filiaciones a los demás asesinados hasta pocos días antes de iniciar la exhumación (de Norberto solo la conocimos cuando, ya iniciada, se presentó allí su sobrino Fernando Calzado), después de entrevistarnos a lo largo del verano con personas de Izagre que habían vivido la aparición en el pueblo de los cadáveres (Ángel Garrido y su esposa, y Claudio Puertas, cuya ayuda resultó tan valiosa tanto en la exhumación de esta fosa como en “la fosa de los estudiantes”, en el cercano pueblo de Albires), y con familiares de algunas de las víctimas bañezanas, como Vicente Nistal, hijo de Isaac, Josefina Alonso, hermana de María, Pilar Fernández, sobrina de Julio, y María Bécares, hija de Abraham. También nos supuso considerable ayuda disponer de los datos obtenidos de las Actas Municipales del Ayuntamiento de La Bañeza, que consultamos previamente, y de los del Registro Civil, que habían puesto a nuestra disposición los compañeros y amigos de AERLE. Nada útil para nuestro objetivo obtuvimos de los documentos de la Prisión de San Marcos y de la Prisión del Partido de La Bañeza, que también amablemente nos facilitaron desde aquella Asociación y que igualmente consultamos. Señalamos que no aparecen en el Registro Civil de Izagre anotaciones de ninguno de los asesinados en el lugar en esta fecha.                                                                       Isaac Nistal Blanco  >>>>>

Hasta el momento no hemos conseguido conocer más que las filiaciones de diez de los once integrantes de la Fosa de Izagre, de los cuales fueron exhumados los restos de diez, después de haber sido retirados en 1959 los de Begué Arjona. De los varones identificados de la fosa, solamente de uno de ellos, Patricio Martínez, hemos obtenido datos de su expediente militar en el Archivo General Militar de Guadalajara; de los restantes, de Julio, Isaac, Eugenio, y Abraham, nos han aportado algunas informaciones de los expedientes de Quintas y otros del Archivo Municipal de La Bañeza. De los asesinados, cinco estaban procesados en el Sumario que se instruía por “los hechos de julio” en La Bañeza (por la mera contestación al golpe militar con el mantenimiento del orden público, por la escasa organización de una resistencia que ni siquiera llegó aquí a materializarse), María, Isaac, José Simón, Juan María, y Abraham, y el  “paseo” de algunos de ellos pudo obedecer a que los represores consideraran que no iban a poder achacarles en el proceso cargos suficientes como para “justificar” su asesinato “legal”, como asesinarían fusilándolos el 18 de febrero de 1937 en León a 17 de los con ellos encausados. Sus últimas declaraciones en el Sumario llevan fecha del 3 de agosto las de José Simón, del 6 las de María, del 7 las de Isaac, y del 28 de julio las de Abraham; el 3 de septiembre declaraba Begué Arjona ante el Juez Instructor, y en dicho Sumario, del que sustraen y desaparecen a varios procesados, no hay después de la fecha de sus asesinatos ni el más mínimo rastro de pesquisa o interés del Juez militar que lo instruía por saber lo que ocurrió con aquellos justiciables a su cargo.                                                                                                      

Juan María Begué Arjona. Tenía 38 años y era natural de Bujalance (Córdoba); casado con una bañezana, Olimpia Cantó, tenía tres hijas, Olimpia, María Luisa, y Gloria, y un hijo, Juan María; había estudiado en los Agustinos de El Escorial, era Registrador de la Propiedad desde los 23 años, y había ocupado esta plaza en La Bañeza (aquí ejercía a la altura de 1927), además de en Pola de Laviana (Asturias) y en Guía de Gran Canaria, su último destino. Se encontraba en La Bañeza con baja por enfermedad cuando se produjo el golpe de estado. Detenido el 23 de agosto hasta el 29 en la Prisión del Partido; en esta fecha es puesto en libertad, después de haber enfermado gravemente, y permanece en su domicilio hasta el 1 de octubre, fecha en que de nuevo es detenido por la Guardia Civil y conducido en un coche a León, al colegio de los Agustinos, donde queda internado y le toman declaración los días 4 y 5 de dicho mes. El día 9 lo trasladan a San Marcos, de donde lo sacan a las tres de la mañana, con los demás, para con ellos ser asesinado en Izagre. Había sido avalista años antes para la construcción de la Casa del Pueblo bañezana, y para la adquisición de un proyector de cine en la misma. Del Sumario cabría deducir que no se le perdonó en La Bañeza que siendo de clase acomodada se hubiera acercado al socialismo y hubiera tomado partido por los humildes.

María Alonso Ruiz. Presidenta del partido Unión Republicana, tenía 32 años, estaba soltera y era hija de Lucas y de María. Fue encarcelada en los primeros días de agosto. Tenía cinco hermanas, Josefina, Nela, Eloísa, Victoria, Eudosia (esposa de uno de los fusilados de La Bañeza, Joaquín Perandones Franco), y un hermano, Ignacio, que pasó cinco años escondido, como “topo”, en la casa familiar de la calle Astorga. La familia tenía un negocio de guarnicionería. Sus hermanas y su madre fueron encarceladas varias veces, en el verano-otoño de 1936, y de nuevo en el invierno de 1941, como represalia por la “huida” de Ignacio, que había sido de las Juventudes Socialistas.                                                                                                           

Isaac Nistal Blanco. Hijo de Cecilio y de Águeda, nacido el 03-07-1882, en Villamañan. Reemplazo de 1902. De 54 años, estaba casado con Baldomera González Castro y tenían 8 hijos, seis varones y dos mujeres. Había sido emigrante en Nueva York y en Cuba. Albañil, contratista de obras, y socialista. Fue Concejal en el Ayuntamiento de La Bañeza, por la minoría socialista, en todas las Corporaciones desde 1931. Ejerció de alcalde en el Pleno del 8 de julio de 1936 por ausencia por enfermedad del titular Ángel González González, (quien lo era por la dimisión de Joaquín Lombó Pollán el 20 de mayo de 1936, a quien sustituyó, como Teniente de Alcalde Primero que era, en funciones de alcalde) y por ser el concejal de mayor edad. Entre los días 18 y 21 de julio de 1936 ejerció ocasionalmente como alcalde, sustituyendo de nuevo las ausencias por enfermedad de Ángel González González. El 28 de julio estaba ya encarcelado en la Prisión de La Bañeza.

Abraham Bécares Rodríguez. De 29 años, del Reemplazo de 1928 y adscrito al Regimiento de Infantería nº 77. Vivía en la calle del Teatro. Tipógrafo en la imprenta de Doña Julita, y había accedido, por oposición, a una las tres plazas de subalterno del Ayuntamiento convocadas en el verano de 1936, iniciando su desempeño a primeros del mes de julio. Natural de Canales-Coomonte (Zamora), hijo de Jerónimo y Adelaida. Casado con María Cubero Rubio, con quien tenía 2 hijos, María Luisa y Juan Manuel. Fue quien parlamentó, por orden del Ayuntamiento, ante el Jefe de las tropas rebeldes que tomaron La Bañeza. El 28 de julio estaba ya encarcelado. Su esposa acompañó a la de Begué Arjona varias veces en sus viajes a Izagre, algunas también acompañadas por la mujer de Ángel Nadal González, y otras por familiares de aquélla.

Ángel González Nadal. Estaba casado y tenía un hijo (al menos); era trabajador de La Azucarera. Natural de Astorga, donde tenía una hermana. Fue encarcelado el 18 de agosto, dos días después del asesinato en Astorga de su Alcalde, Miguel Carro Verdejo, en cuya fecha él regresó de allí a La Bañeza.

Julio Fernández Martínez. Nacido el 11-03-1903. Del Reemplazo de 1924 y alistado en la caja de Recluta nº 56. Tenía 33 años, y era albañil. Hijo de Manuel Fernández Monroy y de Elvira Martínez Castro. Trabajaba en La Azucarera bañezana. Vivía en el barrio de El Polvorín, en la Cuesta de Santa Marina. Estaba casado con Francisca Nadal García (un hermano de ella, Felicísimo, fue también “paseado” en otra fecha y lugar que aún desconocemos), y habían tenido un hijo que les murió al poco de nacer. Su hermano Andrés y su esposa Agustina Ramos Rebollo fueron los padres de Pilar. Lo nombraban Julio “el de los alambres”, por su padre, que había trabajado en el tendido del telégrafo.

José Simón Alejo Barrios. Tenía 20 años, soltero y jornalero. Natural de Zaragoza (creemos que de Caspe), hijo de José y de Catalina, y vecino de La Bañeza. Trabajador de La Azucarera, en la que era uno de los abundantes afiliados al Sindicato Nacional Azucarero, afecto a la UGT.

Patricio Martínez Castillo. Del Reemplazo de 1929, alistado en la Caja de Recluta de Astorga. Natural de La Bañeza, soltero. Trabajaba en La Azucarera bañezana, al igual que otro de sus hermanos, Agapito, fusilado en León el 18 de febrero de 1937 con el grupo de los 17 bañezanos.

Eugenio Carnicero Alonso. Nacido el 13-07-1904. Del Reemplazo de 1925, alistado en la Caja de Recluta de Astorga nº 113, y adscrito al regimiento de Regulares. Vivía en la calle Pablo Iglesias. Trabajaba en La Azucarera. En 1935, según consta en documento, habría estado preso en la Cárcel del Partido, seguramente a resultas de hechos acaecidos en octubre de 1934.

Norberto Ángel Martínez Mielgo. Natural de Hospital de Órbigo, nacido el 07-06-1905, hijo de Fernando y Francisca, tenía 31 años. Perito Mercantil (formado seguramente en la Escuela de Comercio de León), había sido Interventor de Fondos del Ayuntamiento de La Bañeza (donde lo habían apodado, por su disposición a ayudar, como “el pan de los pobres”), nombrado el 08-10-1934, y socio del Círculo Mercantil. Afiliado a Izquierda Republicana. En julio del 36 era Jefe Interino de la Sección de Presupuestos de la Diputación de Palencia, cargo por el que había dejado vacante el de Interventor en La Bañeza, y al que renuncia por motivos de salud, según escrito enviado al Ayuntamiento el 30-09-1936. Detuvieron a su padre, Fernando Martínez Rodríguez, en San Marcos, el 5 de octubre de 1936 para que se entregara su hijo, lo que hizo Norberto entre esa fecha y el 9 de octubre. Al entregarse, su padre fue liberado y regresó a Hospital de Órbigo. La familia siempre supo que había terminado asesinado en Izagre y enterrado al lado de la carretera, e incluso su padre habría estado allí en alguna ocasión.

Transcurrió la exhumación en Izagre desde el día 2 de septiembre hasta el 11, y no sin dificultades se localizó el lugar de enterramiento, a pesar de las facilidades y la ayuda prestada por tantas personas del pueblo, Ayuntamiento y Alcaldía, vecinos, y propietarios de los terrenos, como ardua resultó la tarea arqueológica de recogida de los restos de las víctimas dada la dureza del terreno, incluso con la colaboración tenaz y entregada de un buen número de voluntarios desplazados desde lugares tan diversos como Ponferrada y El Bierzo, Pontevedra, Ourense, León, Barcelona y Bilbao (desde donde se sumó con entusiasmo Roberto, bisnieto de Isaac Nistal). Las escenas de profundo respeto ante lo que el lugar significaba, de emoción contenida y de recogimiento ante la fosa se prodigaban a medida que la delicadeza y la precisión de los arqueólogos y los voluntarios iban sacando a la luz los huesos de los asesinados y lo que de aquello que los acompañaba en el momento del martirio la tierra había respetado, la suela o la goma de unas botas, unas gafas, un zapato, la piedra de afilar la navaja, o un pendiente, objetos todos consignados con los respectivos restos a la espera, con ellos, de ser tratados y analizados por los especialistas pertinentes, Antropólogos Forenses (también voluntarios), con el objetivo de identificar los huesos, de ponerles nombre y apellidos, para ser así entregados a sus respectivos familiares, y la emotividad siempre presente se desbordaba cuando alguno de estos se acercaban a la compartida tumba de los suyos.

De la fosa de Maire, que en su cementerio acogió los cuerpos de los bañezanos Toribio Santos Santos y Ángel González González (último Alcalde republicano de La Bañeza), habíamos ya constatado la imposibilidad de su exhumación, dadas las alteraciones posteriores del camposanto, y hubimos de conformarnos con precisar el exacto lugar en que en la mañana del 23 de septiembre de 1936 aparecieron sus cadáveres. Indagamos también por enterramientos clandestinos y fosas de otros bañezanos en lugares como Pinilla de la Valdería, con el resultado de haber contribuido a exhumar allí a víctimas de otras procedencias. En cuanto a la “fosa de los estudiantes” en Albires, exhumada a continuación de la de Izagre,  habíamos conseguido avanzar los primeros datos pocas fechas antes de iniciar aquella, las identidades de dos posibles integrantes, jóvenes de Villarroañe, cuyas familias reclamaban ahora la recuperación de sus restos. Con la azarosa implicación y con la ayuda, que tan útil y provechosa nos ha venido a resultar, de un experto bañezano en Historia y en Archivos como es Alejandro Valderas Alonso, pudimos poner algunos nombres más a las víctimas de aquella fosa, asesinadas en torno al 20 de agosto de 1936, y, lo que vino a ser más importante, se pudo constatar la laguna existente en el conocimiento de la represión ejercida en León en el verano y otoño de 1936 sobre el colectivo estudiantil, sobre los alumnos de las Escuelas de Veterinaria, de Magisterio y de Comercio, y a partir de aquí, con la colaboración de diversos estamentos universitarios comenzar a colmar ese vacío, algo que desde entonces se viene ya haciendo. Y hubo más aún: estaba ya prevista la exhumación de otra fosa común en Faramontaos de Tábara (Zamora), cercano a Benavente, de la que apenas se sabía quienes la integraban, y fruto de esta cadena de acontecimientos y de las colaboraciones suscitadas se consiguió saber bastante más: los 12 cuerpos de muchachos y muchachas asesinados de la fosa (exhumada a mediados de octubre) corresponderían a otros tantos estudiantes leoneses, posiblemente de Magisterio y de Valderas, y ya, culminando la progresión de favorables encadenamientos, en la prospección de ésta se vino a conocer de la existencia en la misma zona de otras dos fosas, colectiva una, con otro grupo de malhadados estudiantes, e individual la otra, en la que se cree haber localizado al Diputado socialista por Jaén, catedrático y profesor de su Normal, Enrique Esbrí Fernández, del que nada se sabía más allá de su desaparición en León aquel fatídico verano después de haber formado parte del tribunal en las oposiciones de Magisterio que a la mitad de julio se habían realizado.                                      

De todo este cúmulo de acontecimientos y de relaciones, y de la evidencia de este hueco histórico por explorar (la represión universitaria al inicio del golpe de estado), o no explorado todo lo a fondo que se merece, llegó a derivar la pretensión y la previsión de crear en la Universidad de León un Grupo de trabajo de especialistas para acometerlo, y que iba a estar presidido por una señera figura de la investigación y la docencia universitaria leonesa. Más tarde, se optó por investigar en el mismo campo desde la integración de este Grupo leonés en otro Universitario estatal, más extenso y que pretendería abarcar el mismo objeto y ámbito de estudio para todo el colectivo estudiantil y universitario del país.

Además de los posibles y provechosos frutos que estas iniciativas puedan ir deparando, se producirán otros más inmediatos y cercanos si las previsiones con las que trabajamos se nos cumplen: en el mes de abril se habrán producido las identificaciones de los bañezanos asesinados en Izagre, y se contempla realizar la entrega de sus restos en el marco de unas Jornadas de Memoria y Homenaje a todas las víctimas bañezanas del franquismo, a celebrar en fecha adecuada y en el transcurso de las cuales se producirían las inauguraciones de un monolito en Izagre, en el Lugar de Memoria en el que durante tantos años estuvo la fosa, y un monumento a todos los represaliados en algún lugar de La Bañeza. Para acometer unas y otras actividades hemos solicitado en su momento la correspondiente subvención al organismo competente.

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[1] En un Informe de Falange de la Inspección Regional de León, de octubre de 1939, se cita a ciertos industriales de La Bañeza y Veguellina, “…todos con gran capital hecho en su mayor parte durante la guerra…”.  MEJÍA  SINCLAIR, Carmen. “Manuscritos de silencio en la paz de España”, pág. 409.

[2]La frase es del veterano documentalista Felip Solé, autor en TV-3 de títulos como Exilis y El tresor del seté camió, donde abordaba el éxodo republicano tras la Guerra Civil. (ROBLES, Fermín. El País - Barcelona. 20-02-2009).

[3] ROMERO, Marco. Diario de León. 21-02-2009.

[4] “La inauguración de la calle dedicada a Jerónima Blanco y Fernando Cabo se convierte en un clamor en contra de la represión franquista y a favor de la convivencia democrática”. ZAMORA, M. Ángel. Diario de León. 23-02-2009. Por cierto, en la noticia se afirma ser el Ayuntamiento de León el primero en honrar a caídos civiles en la guerra. Sabemos aquí que no es así, y que antes se hizo en el nuestro. (Se envió nota al periódico, que publicó, rectificándoles su error).

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AÑADIDO POSTERIOR                          (13-03-2010)

 

Además de los contratiempos habituales para ubicar la fosa, se dio en ella una sorpresa: se constató haber sido once los allí asesinados, contra la asentada convicción que fue durante tanto tiempo transmitida de que lo habían sido diez, con lo que vino a resultar que la identidad de uno de los varones nos era desconocida. Mediado octubre de 2008 recibí de acreditados testimonios la certeza de que once habían sido, efectivamente, las víctimas, y a través de la prensa bañezana solicité ayuda a sus lectores, sin que obtuviera resultado,  para asignarle a aquél un nombre.

Ya en mayo de 2009, por datos obtenidos del Archivo Histórico Municipal de La Bañeza y contrastados con los procedentes de otras fuentes, hemos podido atribuirle filiación con un alto grado de certeza: Creemos que se trata de Miguel Miguelez Fernández, vecino de Sacaojos (hoy Santiago de la Valduerna), soltero, de 30 años, hijo de Bernardina Fernández Martínez, hermano de Emilia y Victorina, cuñado de José González González (uno de los hijos de quien ejerció de último Alcalde republicano, cuya familia fue dura y extensamente perseguida), todo ello según el Padrón de 1935 y los listados de recluidos en octubre de 1936 en la Prisión del Partido bañezana. Probablemente era trabajador de La Azucarera, uno más de los muchos que siéndolo fueron de variadas maneras castigados.

(Tomado de un pasaje de mi libro "La Bañeza 1936. La vorágine de julio. Golpe y represión en la comarca bañezana", cuya publicación por Ediciones del Lobo Sapiens está prevista para el 5 de abril de 2010)

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Enlace a algunas imágenes de la exhumación de Izagre:

http://picasaweb.google.es/jiminiego/ExhumacionFosaIzagre02#

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Enlace a algunas noticias sobre las exhumaciones de Izagre (fosa de los bañezanos), y de Albires (fosa de los estudiantes):

La Crónica de León:
         http://www.la-cronica.net/2008/09/04/apoyo/izagre-recupera-a-los-banezanos-9629.htm
El País:

http://www.elpais.com/articulo/espana/memoria/guerra/llega/pueblo/leones/Izagre/elpepunac/20080903elpepinac_3/Tes

El Economista:


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